Las acciones para erradicar el consumo de tabaco pueden ayudar a los países a evitar millones de muertes y enfermedades, además de combatir la pobreza y reducir la degradación ambiental, afirma un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Dado a conocer este martes, en vísperas del Día Mundial Sin Tabaco, el informe de la OMS, describe la amenaza que implica para el desarrollo y llama a los gobiernos a poner en marcha fuertes medidas de control.

Entre las restricciones propone la prohibición de la publicidad y promoción de esos productos, la implementación del envasado sencillo, el aumento de impuestos a los cigarrillos y crear espacios públicos libres de humo.

Rosa Sandoval, asesora regional para el control del tabaco en la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señaló que América Latina ha avanzado en varios de esos aspectos, pero sigue pendiente imponer la prohibición de la publicidad y el incremento de los impuestos.

«El uso de los impuestos al tabaco es una medida para reducir el consumo. Es la medida más costo efectiva y además es una fuente de ingresos para los países para financiación doméstica de programas de tabaco».

La OMS señaló que el uso del tabaco mata a 7 millones de personas cada año y cuesta a los hogares y a los gobiernos más de 1,4 billones de dólares en gastos médicos y pérdida de la productividad.

En términos del impacto al medio ambiente indica que los cigarrillos contienen más de 7.000 químicos tóxicos, entre ellos sustancias cancerígenas para las personas. De los 15 mil millones de cigarrillos que se venden todos los días, 10 mil millones van a parar a la basura.

El estudio también indica que unos 860 millones de fumadores adultos viven en países de ingresos medios y bajos. También, muestra que en los hogares más pobres, los gastos en cigarrillos representan el 10% del ingreso de las familias. Un dinero que podría haberse invertido en más comida, educación o cuidados de la salud.

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