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III. Dificultar a los terroristas el acceso a los medios para llevar a cabo sus atentados

38. Los terroristas precisan medios para perpetrar sus atentados. La capacidad para generar y transferir fondos, adquirir armas, captar y adiestrar nuevos miembros y comunicarse, especialmente mediante el uso de Internet, resulta esencial para los terroristas. Intentan lograr un acceso fácil a sus objetivos y, cada vez en mayor medida, procuran que sus acciones tengan mayores repercusiones, tanto por el número de víctimas como por la atención que les prestan los medios de comunicación. Si se les niega el acceso a esos medios y objetivos se contribuirá a evitar futuros ataques.

A. Negar a los terroristas el apoyo financiero

39. Los terroristas generan fondos de maneras diversas, y el dinero circula en los sectores estructurado y no estructurado de la economía. Aunque algunos grupos terroristas financian sus actividades mediante el cultivo y el tráfico de drogas, los terroristas que operan en redes descentralizadas que anteriormente recaudaban y transferían dinero mediante canales oficiales y fuentes legítimas de otro tipo, como empresas privadas y obras de beneficencia, están recurriendo a métodos que resultan más difíciles de controlar, como el empleo de mensajeros para el envío de dinero. Además, no podemos pasar por alto el hecho de que determinados actos de terrorismo requieren relativamente pocos fondos -el terrorismo "de bajo presupuesto". Los esfuerzos por suprimir esta última modalidad deberían centrarse en disuadir a los posibles terroristas de dedicarse al terrorismo en primer lugar, medida que ya se ha tratado anteriormente en el presente informe. Por otro lado, los métodos establecidos para luchar contra el blanqueo de dinero y contra la financiación del terrorismo podrían resultar más eficaces en la lucha contra las redes mundiales y el terrorismo financiado con dinero procedente de actividades relacionadas con las drogas.

40. El seguimiento de las corrientes de dinero no sólo ayuda a evitar ataques, sino que puede proporcionar información útil para investigaciones posteriores. En su resolución 1373 (2001), el Consejo de Seguridad pidió a todos los Estados que adoptaran las medidas necesarias para prevenir la financiación del terrorismo. El Consejo también ha instado a todos los Estados Miembros a que apliquen las nueve recomendaciones especiales del Equipo de acción financiera sobre el blanqueo de capitales relativas a la financiación del terrorismo. Sumo mi voz a ese llamamiento. En esas recomendaciones figuran disposiciones importantes sobre la cooperación internacional y la forma de evitar que los terroristas utilicen indebidamente las organizaciones de beneficencia y los sistemas no oficiales para transferir dinero. También exhorto a todos los Estados que aún no lo hayan hecho a que se adhieran a la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus protocolos y a que apliquen las disposiciones que figuran en esos instrumentos, ya que ello puede influir en la financiación del terrorismo.

41. Es preciso destacar un instrumento fundamental de la lucha contra la financiación de los actos de terrorismo, a saber, el Convenio Internacional para la represión de la financiación del terrorismo. Al 23 de abril de 2006, el Convenio contaba con 153 Estados Partes. Aunque esa cifra representa un aumento de 149 Estados desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, aún faltan por adherirse 38 Estados Miembros. Exhorto a todos los Estados Miembros que no se han adherido a la Convención a que lo hagan y a que apliquen íntegramente sus disposiciones, sin excepción.

42. El sistema de sanciones financieras de las Naciones Unidas puede ser un instrumento importante para asegurar la eficacia de las medidas contra la financiación del terrorismo. El Consejo de Seguridad impuso hace tiempo un embargo de armas, la prohibición de viajar y sanciones financieras contra miembros de Al-Qaida y entidades asociadas, y ha vigilado su cumplimiento especialmente por conducto del Comité del Consejo de Seguridad establecido en virtud de la resolución 1267 (1999). Es preciso redoblar los esfuerzos para que esas sanciones se apliquen a las personas adecuadas y en su integridad, así como para mejorar la rendición de cuentas y la transparencia de los regímenes de sanciones. En el cuarto informe del Equipo encargado de prestar apoyo analítico y vigilar la aplicación de las sanciones del Comité de Sanciones figuran propuestas que animó a los Estados Miembros a que estudien. Además, debemos asegurarnos de que los regímenes del Comité establecido en virtud de la resolución 1267 (1999) y del Comité contra el Terrorismo se refuercen mutuamente.

B. Negar a los terroristas el acceso a las armas, incluidas las armas de destrucción en masa

43. Cuando un terrorista ha conseguido el dinero para planear un ataque, a continuación tendrá que decidir los medios prácticos que va a utilizar, es decir, la forma de hacerse con un arma. Aunque hasta ahora en la mayoría de los ataques terroristas se han utilizado armas convencionales, no se puede pasar por alto el enorme potencial destructivo de la utilización de armas nucleares, biológicas, químicas o radiológicas con fines terroristas. Varios grupos terroristas han manifestado su empeño en obtener armas de destrucción en masa y algunos han llegado incluso a emplearlas, afortunadamente sin consecuencias catastróficas. La negación del acceso a esos materiales debe ser parte integrante de la labor internacional.

1. Armas convencionales

44. El Consejo de Seguridad ha impuesto un embargo de armas contra Al-Qaida, los talibanes y sus asociados, reiterado recientemente en su resolución 1617 (2005); además, en su resolución 1373 (2001) pidió a los Estados que pusieran fin al abastecimiento de armas a los terroristas. Sin embargo, siguen existiendo lagunas en el control de las armas convencionales. Es preciso intensificar los esfuerzos, entre otras cosas mediante la creación de nuevos instrumentos internacionales que regulen las armas convencionales y la promoción de la adhesión a los instrumentos existentes por un mayor número de países y un cumplimiento más estricto de sus disposiciones. Debemos fomentar la adhesión al Protocolo contra la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, sus piezas y componentes y municiones, y exhorto a los Estados Miembros a que intensifiquen la aplicación del Programa de Acción para prevenir, combatir y eliminar el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras en todos sus aspectos y del instrumento internacional que permite a los Estados identificar y localizar, de forma oportuna y fidedigna, armas pequeñas y armas ligeras ilícitas. Asimismo, insto a los Estados Miembros a que promuevan las medidas legislativas o de otra índole necesarias, en especial la utilización de certificados de usuario final autenticados, para garantizar un control eficaz sobre la exportación y el tránsito de armas pequeñas y armas ligeras ilícitas.

45. Algunos terroristas ya han utilizado sistemas portátiles de defensa antiaérea. Redunda en interés de todos los Estados Miembros dificultar la adquisición de esos sistemas por los terroristas e impedirles utilizar armas de ese tipo. Exhorto a los Estados Miembros a que apoyen la labor regional, nacional e internacional en curso para combatir e impedir la transferencia ilícita de sistemas portátiles de defensa antiaérea y los aliento a que aprueben leyes y procedimientos, o a que mejoren los ya existentes, para prohibir las transferencias de armas de ese tipo a usuarios finales no estatales y garantizar que esas armas se exporten únicamente a gobiernos o a agentes autorizados por gobiernos. Pido también una mayor participación en los instrumentos sobre transparencia gestionados por las Naciones Unidas y la presentación de informes más precisos al respecto, especialmente el Registro de Armas Convencionales de las Naciones Unidas, y apoyo la labor destinada a ampliar su ámbito de aplicación para que abarque también las armas pequeñas y las armas ligeras.

46. La proliferación de armas pequeñas y armas ligeras en países y regiones asolados por conflictos o donde hay riesgo de que se produzcan contribuye a reforzar la cadena de suministro a los terroristas. Para impedir que los terroristas adquieran armas en zonas de conflicto resulta fundamental establecer controles más estrictos sobre las armas pequeñas y las municiones y poner en marcha programas más eficaces de desarme, desmovilización y reintegración. Exhorto al Consejo de Seguridad a que estudie la posibilidad de emplear de forma más estricta y rápida los embargos de armas.

2. Armas nucleares, biológicas, químicas o radiológicas

47. Un ataque terrorista con armas nucleares, biológicas, químicas o radiológicas tendría consecuencias devastadoras de gran alcance. Además de causar muertes y destrucción generalizada, podría asestar un golpe catastrófico a la economía mundial y sumir a millones de personas en la pobreza extrema. Un efecto subsiguiente en la mortalidad infantil podría provocar una segunda oleada de muertes en todos los países en desarrollo.

48. Nuestro objetivo común ha de ser el almacenamiento en lugar seguro, y la eliminación cuando sea posible, de las armas nucleares, biológicas, químicas o radiológicas y la aplicación de controles nacionales y de exportación eficaces de los materiales de doble uso relacionados con las armas de destrucción en masa. Aunque existen dificultades claras para controlar la utilización con fines pacíficos de todos los tipos de materiales peligrosos, organizaciones de las Naciones Unidas como el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas han colaborado con los Estados Miembros para solucionar esos problemas. Es preciso reforzar esa labor fundamental.

49. Por su parte, los Estados deberían fortalecer los mecanismos existentes de no proliferación y elaborar instrumentos eficaces para impedir la proliferación de armas de destrucción en masa y de misiles, de conformidad con los tratados internacionales pertinentes. Como se subrayó, por ejemplo, en la Declaración de Riad aprobada en la Conferencia Internacional sobre la Lucha contra el Terrorismo celebrada en febrero de 2005, es preciso, entre otras cosas, fortalecer las medidas internacionales para impedir que los terroristas adquieran armas de destrucción en masa y apoyar la función de las Naciones Unidas a ese respecto. Los Estados deben aplicar plenamente la resolución 1540 (2004) del Consejo de Seguridad y aprobar y aplicar medidas jurídicas y reguladoras eficaces a nivel nacional para impedir que los agentes no estatales adquieran armas de destrucción en masa. Además, exhorto a los Estados Miembros a que adopten las medidas descritas en la resolución 60/78 de la Asamblea General relativa a las medidas para evitar la adquisición por terroristas de armas de destrucción en masa y en la resolución 60/73 sobre la prevención del riesgo de terrorismo radiológico.

50. La mayoría de los Estados ha presentado informes al Comité del Consejo de Seguridad establecido en virtud de la resolución 1540 (2004) acerca del estado de aplicación de las medidas previstas para cumplir las disposiciones de la resolución, especialmente las relativas a los controles nacionales y de las exportaciones y las contribuciones a la cooperación internacional. Sin embargo, al 20 de abril de 2006, 62 Estados aún no habían presentado sus informes al Comité. Los exhorto a que lo hagan sin demora. Esos informes contribuyen a identificar y eliminar lagunas en el sistema que podrían ser aprovechadas por los terroristas.

51. La reciente aprobación del Convenio internacional para la represión de los actos de terrorismo nuclear, cuyo objetivo es ayudar a los Estados a acabar con los grupos terroristas que poseen material nuclear y en situaciones posteriores a crisis garantizando la seguridad del material nuclear de conformidad con las salvaguardias previstas por el OIEA, constituye un gran avance en la labor multilateral destinada a impedir el terrorismo nuclear. Hago un llamamiento a todos los Estados para que pasen a ser partes en el Convenio y lo apliquen íntegramente. Lo mismo se aplica a la enmienda de la Convención sobre la protección física de los materiales nucleares. Además, encomio la Iniciativa Mundial para la Reducción de la Amenaza Nuclear y los beneficios que ha reportado.

3. La amenaza del terrorismo biológico

52. La principal amenaza relacionada con el terrorismo que sigue sin abordarse debidamente y que exige urgentemente una nueva forma de pensar por parte de la comunidad internacional es la posibilidad de que los terroristas utilicen un arma biológica. La biotecnología, al igual que y la informática, se ha desarrollado de manera exponencial. Estos adelantos anuncian prometedores avances y representan uno de los principales frentes en nuestra lucha por eliminar las enfermedades infecciosas, que todos los años se cobran la vida de más de 14 millones de personas. Sin embargo, también pueden acarrear incalculables daños si son utilizados con fines destructivos por quienes buscan sintetizar enfermedades y patógenos especialmente para ello.

53. En la actualidad nos encontramos en una situación similar a la existente en el decenio de 1950, cuando ciudadanos, científicos, diplomáticos y funcionarios internacionales clarividentes reconocieron las enormes repercusiones, tanto positivas como negativas, que podía tener la energía nuclear. Entonces, la dificultad radicaba en aprovechar la energía nuclear para fines civiles y minimizar su utilización y propagación en forma de armas nucleares. El resultado fue la creación del Organismo Internacional de Energía Atómica y, con el tiempo, el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares. La respuesta al dilema del doble uso que se puede dar a la biotecnología será muy diferente hoy. Pero el planteamiento utilizado para dar con ella ha de ser igual de ambicioso.

54. Para prevenir el terrorismo biológico hacen falta soluciones innovadoras y específicas adaptadas a la naturaleza de la amenaza. La biotecnología no es como la tecnología nuclear. Pronto, decenas de miles de laboratorios en todo el mundo estarán explotando un sector que moverá muchos miles de millones de dólares. Incluso los estudiantes que trabajan en laboratorios pequeños tendrán capacidad para llevar a cabo manipulaciones genéticas. El enfoque que se adopte para luchar contra el uso indebido de la biotecnología para fines terroristas tendrá más en común con las medidas para luchar contra el delito cibernético que con la labor destinada a controlar la proliferación nuclear.

55. Muchos Estados Miembros consideran que las armas biológicas son una amenaza patrocinada por los Estados, contra la cual el antídoto apropiado es la Convención sobre las armas biológicas. En efecto, hace falta reforzar la Convención y espero que en la Sexta Conferencia de Examen, que tendrá lugar próximamente, se avance en este sentido. No obstante, necesitamos medidas adicionales para hacer frente al problema de los agentes no estatales.

56. El diálogo internacional ha empezado con el proceso de seguimiento de la Convención sobre las armas biológicas, al tiempo que la sociedad civil ha hecho esfuerzos novedosos para abordar la cuestión del doble uso de todos estos avances. El Comité Internacional de la Cruz Roja ha procurado señalar el problema a la atención de los gobiernos, la industria y la comunidad científica. El Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología ha redactado, en colaboración con diversas academias nacionales de las ciencias, un código deontológico para los científicos que desarrollan su labor en el ámbito de la biotecnología.

57. Estos esfuerzos son dignos de aplauso pero, a menos que se coordinen, sus efectos serán difusos. Lo que necesitamos ahora es un foro que reúna a los distintos interesados -los gobiernos, la industria, la comunidad científica, la sanidad pública, el sector de la seguridad y el público en general- en un programa común, creado desde la base, que garantice que los avances de la biotecnología se utilizan para el bien general y que sus beneficios se distribuyen equitativamente en todo el mundo. En una empresa de este tipo se ha de garantizar que las medidas que se adopten no impedirán los posibles efectos beneficiosos de esta tecnología. Las Naciones Unidas están en una situación en la que pueden muy bien coordinar y facilitar el funcionamiento de ese foro y acercar a la mesa de diálogo a una amplia variedad de agentes pertinentes. Insto a los Estados Miembros a que examinen esta propuesta en un futuro próximo.

C. Negar el acceso a la comunicación y al proselitismo luchando contra el uso de Internet por los terroristas

58. Las redes terroristas dependen de la comunicación para generar apoyo y reclutar a nuevos miembros. Así pues, debemos negarles el acceso a la comunicación, en particular impidiéndoles que utilicen Internet, cuya importancia como vehículo de proselitismo, información y propaganda por parte de los terroristas aumenta rápidamente. En 1998 los terroristas tenían menos de 20 sitios web. Los expertos calculan que, para 2005, la cifra alcanzaba varios millares. En efecto, parece que algunos de los principales atentados recientes se apoyaron en información obtenida de Internet.

59. Internet es un excelente ejemplo de cómo los terroristas pueden actuar de manera verdaderamente transnacional. En respuesta a ello, los Estados deben pensar y funcionar de manera igualmente transnacional. Quienes quieren utilizar el ciberespacio con fines terroristas pueden hacerlo desde prácticamente cualquier parte del mundo. Los terroristas aprovechan las diferencias en las respuestas de los países ante el problema: si un Estado les impide desarrollar sus actividades, simplemente se trasladan a otro. De este modo, Internet se puede convertir en un refugio virtual que desafía las fronteras nacionales.

60. Los Estados están empezando a reconocer el problema y formular posibles respuestas. En el Programa de Acciones de Túnez, aprobado en 2005 por la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, se subraya la importancia de combatir el terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones, en Internet, respetando los derechos humanos y en consonancia con las obligaciones contraídas en virtud del derecho internacional.

61. En su resolución 1624 (2005), el Consejo de Seguridad dispone la base para tipificar como delito la incitación a los actos de terrorismo y el proselitismo para tales fines, incluso a través de Internet. Ahora, los Estados Miembros deben informar al Comité contra el Terrorismo sobre las medidas adoptadas para aplicar la resolución. El Comité deberá seguir ayudando a los gobiernos a crear capacidad en esta esfera, en particular coordinando la determinación de las prácticas recomendadas y evaluando de las prioridades basándose en las necesidades individuales. Los Estados Miembros que todavía no lo hayan hecho deben adoptar las medidas necesarias para impedir la utilización de las tecnologías de la información y las comunicaciones para promover y llevar a cabo actividades terroristas. Las Naciones Unidas pueden proporcionar asistencia técnica para ayudar a los Estados a elaborar una legislación apropiada y a crear capacidad jurídica en este sentido, así como colaborar con los Estados Miembros con miras a estudiar otras posibles vías de acción para luchar contra la utilización de Internet con fines terroristas.

D. Negar a los terroristas la posibilidad de viajar

62. Gran parte de la actividad terrorista internacional se basa aún en el movimiento físico: la utilización de medios ordinarios de transporte para desplazarse a otro país a fin de difundir un mensaje, reclutar a nuevos miembros, impartir adiestramiento en el uso de explosivos o transferir fondos. Necesitamos seguir trabajando para hacer frente a las lagunas existentes en la seguridad del transporte y ayudar a los Estados a diseñar mecanismos para reconocer documentos de viaje robados y fraudulentos. De conformidad con la resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad, el Comité contra el Terrorismo está trabajando con los Estados en la adopción de medidas legislativas y administrativas para negar a los terroristas la posibilidad de viajar, y esta labor ha de continuar.

63. La comunidad internacional debe hacer frente al comercio ilícito de documentos ilegales que hace posible que los terroristas puedan perseguir sus objetivos. El proyecto de asistencia que la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) acaba de emprender con el fin de adecuar los pasaportes de aproximadamente 70 Estados a las normas de seguridad de referencia es un paso en la dirección correcta. La base de datos de documentos de viaje robados y perdidos que mantiene la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) también es un instrumento eficaz en este sentido, en particular en lo que respecta a la interceptación de terroristas cuando intentan cruzar las fronteras. Insto, pues, a la Interpol a que continúe trabajando en la base de datos y a los Estados Miembros a que hagan pleno uso de este instrumento, en particular intercambiando información pertinente por medio de la base de datos y proporcionando acceso a ésta a sus funcionarios encargados de velar por la aplicación de las leyes sobre el terreno, en particular en los cruces de frontera.

64. Al mismo tiempo, debemos mejorar la eficacia de la prohibición de viajar impuesta en virtud del régimen de sanciones contra Al-Qaida y los talibanes, pues parece no haber sido tan eficaz como se esperaba. Los avisos especiales emitidos conjuntamente por la Interpol y las Naciones Unidas en relación con las personas sometidas a las sanciones impuestas por el régimen del Consejo de Seguridad contra los talibanes, Al-Qaida y sus asociados constituyen un avance positivo, y los Estados Miembros deben darles una amplia difusión con el fin de crear mayor conciencia y aumentar la eficacia de la prohibición de viajar. Aliento al Consejo de Seguridad y a todos los Estados Miembros a que adopten las medidas necesarias para reforzar aún más esta prohibición.

65. También debemos esforzarnos por reforzar el control de fronteras, especialmente en los países en desarrollo con fronteras largas, mal definidas y con frecuencia montañosas. Algunos organismos del sistema de las Naciones Unidas, entre ellos el Banco Mundial, han apoyado la reforma y la modernización de los sistemas, servicios e instituciones de gestión de las fronteras a escala nacional, regional e internacional. Insto a que se continúe trabajando en esta esfera y destaco la necesidad de apoyo político en los países correspondientes a fin de aplicar mejores prácticas para la gestión de fronteras.

E. Negar a los terroristas la posibilidad de llegar a sus objetivos y lograr los efectos deseados

66. Uno de los aspectos más perniciosos del terrorismo moderno es el intento de causar un gran número de víctimas en lugares públicos, en particular lugares turísticos e instalaciones recreativas. Sin embargo, se han dado casos de terroristas que han desistido de un blanco porque consideraban demasiado difícil lograr su objetivo. Así pues, debemos trabajar por mejorar la protección de los blancos fáciles, así como la seguridad y la protección de la población civil afectada por los atentados. Por otra parte, no debemos olvidar la importancia de garantizar la protección del personal de seguridad en tiempo de paz frente a atentados de este tipo.

67. Asimismo, debemos garantizar que, en caso de que se produzca un atentado, se responderá a él con los medios de salvamento más profesionales, especialmente cuando se trata de atentados simultáneos o reiterados. Debemos responder de tal manera que impidamos que los terroristas logren su objetivo de hacer cundir el pánico. Al responder, tiene que quedar claro que mantenemos el control. Al mismo tiempo, debemos hacer que el público sea consciente de los efectos reales del atentado sobre las personas y las comunidades inocentes afectadas.

68. Es crucial crear capacidad en el Estado para proteger mejor a los blancos fáciles y garantizar la respuesta más actualizada. A este respecto, en las secciones siguientes del presente informe pongo de relieve algunas iniciativas concretas al respecto. Como complemento a los esfuerzos de los Estados, hay todo un abanico de iniciativas que se pueden llevar a cabo en asociación con las comunidades y el sector privado a fin de mitigar el riesgo.

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