Mandato del Grupo expedido el 15 de febrero de 2006
Antecedentes
En el Documento Final aprobado por los dirigentes mundiales en la Cumbre
Mundial 2005 celebrada en Nueva York se pedía una coherencia mucho mayor del
sistema de las Naciones Unidas entre los diversos organismos, fondos y programas
de las Naciones Unidas relacionados con el desarrollo. Además de apoyar las
reformas en curso, encaminadas a asegurar una presencia de las Naciones Unidas en
los países más efectiva, eficiente, coherente y que diese mejores resultados, se
invitaba específicamente al Secretario General a que “ponga en marcha actividades
destinadas a reforzar aún más la gestión y la coordinación de las actividades
operacionales de las Naciones Unidas”. El Documento Final también pedía que esta
labor se centrase en asegurar una contribución máxima de las Naciones Unidas al
logro de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los
objetivos de desarrollo del Milenio, así como en formular propuestas para lograr una
“administración más rigurosa de las entidades” que trabajan en las esferas del
desarrollo, la asistencia humanitaria y el medio ambiente.
El Secretario General tiene intención de encargar a un pequeño grupo, con el
apoyo del Sr. Adnan Amin, Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA) como Director Ejecutivo y con la necesaria capacidad de
investigación y análisis del interior y del exterior del sistema de las Naciones
Unidas, que lleve a cabo análisis concretos y completos y formule recomendaciones
a este respecto. El Secretario General está decidido a que, mientras se lleva a cabo
esta labor, continúen las actuales reformas recomendadas en el Documento Final,
incluidas las reformas destinadas a fortalecer la función de los representantes
especiales del Secretario General y de los coordinadores residentes, así como de los
equipos de las Naciones Unidas en los países, en un marco común de gestión,
programación y supervisión. El Secretario General considera que el resultado de
este ejercicio sería una aportación importante a los debates en curso en la Asamblea
General sobre la reforma.
Calendario
El grupo tratará de celebrar consultas con carácter provisional con la Junta de
jefes ejecutivos del sistema de las Naciones Unidas para la coordinación (CEB) en
su reunión de abril de 2006. Esto permitiría proseguir las consultas con los Estados
Miembros en la reunión del Consejo Económico y Social de julio de 2006 y llevar a
cabo un estudio completo antes del próximo período de sesiones de la Asamblea
General de las Naciones Unidas, para poder comenzar a ponerla en práctica en 2007.
Alcance
Tal como se exponen en el Documento Final, los tres elementos del estudio
deberán tener un alcance ligeramente distinto.
En la esfera de la asistencia humanitaria, se han hecho ya progresos considerables en los últimos años, lo que ha permitido ofrecer una respuesta mejor coordinada a las situaciones de emergencia a nivel de los países. El Documento Final también exige a la Asamblea General que fortalezca la coordinación de la asistencia humanitaria y la asistencia de socorro de las Naciones Unidas en caso de desastres, y ya se está llevando a cabo un trabajo independiente de seguimiento a este respecto. Sin embargo, la importancia y el alcance cada vez mayores de los desastres, en particular de los desastres naturales, pone de relieve la importancia de mejorar la oportunidad y la previsibilidad de la financiación de las actividades humanitarias, sobre todo mejorando el Fondo central para la acción en casos de emergencia, en parte mediante a una evaluación a fondo de las lecciones aprendidas de la experiencia reciente. Esta parte del estudio tendrá que centrarse también en la forma de desarrollar y mejorar los mecanismos para utilizar la capacidad de reserva para casos de emergencia a fin de dar una respuesta oportuna a las situaciones de emergencia humanitaria;
Por lo que respecta a las actividades relacionadas al medio ambiente, hay que tener en cuenta dos cuestiones distintas. En primer lugar, en el aspecto normativo, hay que proceder a una evaluación a fondo de la mejor forma en que las Naciones Unidas pueden administrar y supervisar de manera más completa y coherente el número cada vez mayor de acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente. Este trabajo debe incluir el desarrollo de una mayor capacidad científica y analítica para supervisar, evaluar e informar sobre las tendencias críticas en relación con el medio ambiente. En segundo lugar, es necesario integrar mejor la perspectiva ambiental en el contexto del principio general del desarrollo sostenible por lo que respecta a las actividades de las Naciones Unidas en los países, y en particular fortalecer la capacidad y el apoyo tecnológico que presta el conjunto del sistema de las Naciones Unidas. La Asamblea General podría iniciar su propio debate sobre la cuestión de los aspectos de gobernanza ambiental internacional a principios de 2006 y sería importante asegurarse de que estas actividades son complementarias;.
Por lo que respecta al desarrollo, a pesar de las extensas reformas llevadas a cabo en los últimos cinco años fortaleciendo el papel del coordinador residente y del equipo de las Naciones Unidas en los países, tanto a los países en desarrollo como a los países donantes les sigue preocupando el hecho de que, en general, las actividades de desarrollo de las Naciones Unidas a nivel de los países sigue sigan excesivamente fragmentarias y dependan de la oferta. El Documento Final exige a todos los países que diseñen sus propias estrategias nacionales teniendo en cuenta los objetivos de las conferencias internacionales, incluidos los objetivos de desarrollo del Milenio. En este contexto, el estudio tendrá que analizar la forma en que el sistema de las Naciones Unidas en su conjunto puede reorientar mejor sus actividades para ofrecer un apoyo más eficaz, coherente y que responda a la demanda de los asociados nacionales, aprovechando su capacidad normativa, de asistencia técnica y de fortalecimiento institucional como complemento de la financiación y otro apoyo a largo plazo prestado por el Banco Mundial y demás asociados internacionales. A este respecto, será especialmente importante considerar la forma de fortalecer los vínculos entre la labor normativa y las actividades operacionales del sistema. El estudio también tendrá que examinar la forma en que esta labor puede apoyar complementar a la función más amplia que el Documento Final prevé para el Consejo Económico y Social de garantizar el seguimiento y evaluar los progresos en el cumplimiento de las decisiones de las principales conferencias y cumbres de las Naciones Unidas, incluidos los objetivos de desarrollo internacionalmente convenidos; y desempeñar una función importante en la coordinación global de los fondos, programas y organismos, garantizando la coherencia entre ellos y evitando la duplicación de mandatos y actividades.
En la esfera de la asistencia humanitaria, se han hecho ya progresos considerables en los últimos años, lo que ha permitido ofrecer una respuesta mejor coordinada a las situaciones de emergencia a nivel de los países. El Documento Final también exige a la Asamblea General que fortalezca la coordinación de la asistencia humanitaria y la asistencia de socorro de las Naciones Unidas en caso de desastres, y ya se está llevando a cabo un trabajo independiente de seguimiento a este respecto. Sin embargo, la importancia y el alcance cada vez mayores de los desastres, en particular de los desastres naturales, pone de relieve la importancia de mejorar la oportunidad y la previsibilidad de la financiación de las actividades humanitarias, sobre todo mejorando el Fondo central para la acción en casos de emergencia, en parte mediante a una evaluación a fondo de las lecciones aprendidas de la experiencia reciente. Esta parte del estudio tendrá que centrarse también en la forma de desarrollar y mejorar los mecanismos para utilizar la capacidad de reserva para casos de emergencia a fin de dar una respuesta oportuna a las situaciones de emergencia humanitaria;
Por lo que respecta a las actividades relacionadas al medio ambiente, hay que tener en cuenta dos cuestiones distintas. En primer lugar, en el aspecto normativo, hay que proceder a una evaluación a fondo de la mejor forma en que las Naciones Unidas pueden administrar y supervisar de manera más completa y coherente el número cada vez mayor de acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente. Este trabajo debe incluir el desarrollo de una mayor capacidad científica y analítica para supervisar, evaluar e informar sobre las tendencias críticas en relación con el medio ambiente. En segundo lugar, es necesario integrar mejor la perspectiva ambiental en el contexto del principio general del desarrollo sostenible por lo que respecta a las actividades de las Naciones Unidas en los países, y en particular fortalecer la capacidad y el apoyo tecnológico que presta el conjunto del sistema de las Naciones Unidas. La Asamblea General podría iniciar su propio debate sobre la cuestión de los aspectos de gobernanza ambiental internacional a principios de 2006 y sería importante asegurarse de que estas actividades son complementarias;.
Por lo que respecta al desarrollo, a pesar de las extensas reformas llevadas a cabo en los últimos cinco años fortaleciendo el papel del coordinador residente y del equipo de las Naciones Unidas en los países, tanto a los países en desarrollo como a los países donantes les sigue preocupando el hecho de que, en general, las actividades de desarrollo de las Naciones Unidas a nivel de los países sigue sigan excesivamente fragmentarias y dependan de la oferta. El Documento Final exige a todos los países que diseñen sus propias estrategias nacionales teniendo en cuenta los objetivos de las conferencias internacionales, incluidos los objetivos de desarrollo del Milenio. En este contexto, el estudio tendrá que analizar la forma en que el sistema de las Naciones Unidas en su conjunto puede reorientar mejor sus actividades para ofrecer un apoyo más eficaz, coherente y que responda a la demanda de los asociados nacionales, aprovechando su capacidad normativa, de asistencia técnica y de fortalecimiento institucional como complemento de la financiación y otro apoyo a largo plazo prestado por el Banco Mundial y demás asociados internacionales. A este respecto, será especialmente importante considerar la forma de fortalecer los vínculos entre la labor normativa y las actividades operacionales del sistema. El estudio también tendrá que examinar la forma en que esta labor puede apoyar complementar a la función más amplia que el Documento Final prevé para el Consejo Económico y Social de garantizar el seguimiento y evaluar los progresos en el cumplimiento de las decisiones de las principales conferencias y cumbres de las Naciones Unidas, incluidos los objetivos de desarrollo internacionalmente convenidos; y desempeñar una función importante en la coordinación global de los fondos, programas y organismos, garantizando la coherencia entre ellos y evitando la duplicación de mandatos y actividades.
En estas tres esferas, el estudio tendrá que abarcar cuestiones tanto de
organización como de financiación, desde la duplicación y superposición del trabajo
de los distintos organismos, fondos y programas de las Naciones Unidas hasta la
posibilidad de acuerdos multianuales sobre financiación y programación conjunta.
Un elemento central del estudio será la cuestión general de una financiación más
previsible del sistema de las Naciones Unidas —desde el procedimiento de
llamamientos unificados hasta el crecimiento de la financiación de fondos y
programas con recursos complementarios y la función adecuada de las cuotas— y su
impacto sobre los sistemas actuales y la reforma propuesta.
El objetivo general del estudio es formular recomendaciones sobre un proceso
de racionalización que permita utilizar al máximo los recursos disponibles para
programas de socorro y desarrollo del sistema de las Naciones Unidas y reducir al
mismo tiempo los costos generales y administrativos. En este sentido, el estudio
tendrá que examinar la forma de aprovechar plenamente las sinergias entre las
instituciones y departamentos normativos y analíticos de las Naciones Unidas, como
el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales y la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), y los organismos
operacionales. El estudio también tendrá que examinar cómo funciona el sistema de
las Naciones Unidas y cómo puede aprovechar mejor sus ventajas relativas con sus
asociados internacionales, incluidas las instituciones de Bretton Woods, la Comisión
Europea y otros actores regionales, donantes, las sociedad civil y el sector privado.
Aunque su principal objetivo será aumentar el impacto a nivel de los países, al
formular propuestas concretas para mejorar la administración, la coordinación y la
eficacia, el estudio tendrá que sacar las conclusiones por lo que respecta al trabajo al
nivel de la Sede de las Naciones Unidas, a nivel regional y a nivel de los países.
Por lo que respecta a las recomendaciones, el estudio tratará de determinar un
programa y unos parámetros a corto plazo, a plazo medio y a más largo plazo,
estableciendo así la base de un plan de ejecución concreto que puedan llevarse a
cabo en vez de formular propuestas indefinidas. Es posible que los cambios tengan
que llevarse a cabo en diversas fases, con propuestas, en la fase inicial para
racionalizar el sistema actual sin cambios estructurales importantes; posteriormente,
propuestas para reestructurar preliminarmente el sistema actual a fin de reducir al
mínimo la duplicación y las superposiciones; y finalmente, recomendaciones para
reactivar y reestructurar completamente el papel operacional de las Naciones Unidas
en las actividades ambientales, humanitarias y de desarrollo.
Consultas
En el Documento Final se pide una mayor coordinación entre los órganos
rectores de los diversos organismos operacionales a fin de asegurar que apliquen
una política coherente en la asignación de mandatos y recursos en todo el sistema.
Con este espíritu, y para asegurar su amplia aceptación y subsiguiente puesta en
práctica de las conclusiones, será esencial que el grupo celebre extensas consultas
con los interesados, incluidos los administradores y los órganos rectores de los
organismos, fondos y programas pertinentes, antes de presentar su informe
definitivo al Secretario General.