Grupo de Alto Nivel sobre la coherencia en todo el sistema de las Naciones Unidas

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Nota del Secretario General

1. En el Documento Final de la Cumbre Mundial 2005 (resolución 60/1), los jefes de Estado y de gobierno reconocieron la importancia que tenía el acervo singular de conocimientos especializados y recursos del sistema de las Naciones Unidas para las cuestiones mundiales. Los dirigentes mundiales encomiaron a los diversos organismos de las Naciones Unidas relacionados con el desarrollo por sus vastos conocimientos y experiencia, así como por sus importantes aportaciones a la consecución de los objetivos de desarrollo del Milenio y los demás objetivos de desarrollo más amplios.

2. Sin embargo, también reconocieron la necesidad de aprovechar las reformas ya emprendidas a fin de lograr que la presencia de las Naciones Unidas en los países fuese más efectiva, eficiente y coherente. Me invitaron concretamente a “poner en marcha actividades destinadas a reforzar aún más la gestión y la coordinación de las actividades operacionales de las Naciones Unidas de modo que contribuyan más eficazmente al logro de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los objetivos de desarrollo del Milenio”. Consideraron que antes que nada debían abordarse los problemas detectados en los ámbitos del desarrollo, la asistencia humanitaria y el medio ambiente, teniendo en cuenta las cuestiones intersectoriales de la igualdad entre los géneros, el desarrollo sostenible y los derechos humanos.

3. Al tomar disposiciones para que el estudio se realizara de una forma rápida y atinada, creí que el sistema de las Naciones Unidas debía seguir intensificando sus esfuerzos para ayudar a los países a lograr los objetivos de desarrollo del Milenio. Sin un gran esfuerzo renovado, la comunidad internacional no estará a la altura de los ambiciosos objetivos de desarrollo del Milenio. Pensé pues que necesitábamos asesoramiento de personas con una gran comprensión política y con conocimientos operacionales y de gestión.

4. Pedí a tres Primeros Ministros en funciones, el Primer Ministro Shaukat Aziz del Pakistán, la Primera Ministra Luísa Dias Diogo de Mozambique y el Primer Ministro Jens Stoltenberg de Noruega, que copresidieran un grupo denominado Grupo de Alto Nivel sobre la coherencia en todo el sistema de las Naciones Unidas en las esferas del desarrollo, la asistencia humanitaria y la protección del medio ambiente. El Grupo estaba formado por los ex Presidentes Ricardo Lagos de Chile y Benjamin W. Mkapa de la República Unida de Tanzanía, además de las eminentes personalidades internacionales siguientes: el Ministro de Hacienda del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Sr. Gordon Brown; el ex Presidente y Funcionario Ejecutivo Principal del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, Sr. Mohamed T. El-Ashry (Egipto); el Presidente del Organismo Canadiense de Desarrollo Internacional, Sr. Robert Greenhill (Canadá); la ex Directora General de Cooperación para el Desarrollo, Sra. Ruth Jacoby (Suecia); el Comisionado de la Unión Europea para el Desarrollo y la Asistencia Humanitaria, Sr. Louis Michel (Bélgica); el Director General del Organismo Francés de Desarrollo, Sr. Jean-Michel Severino (Francia); la Subsecretaria Adjunta de Asuntos Económicos, Comerciales y Agrícolas del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, Sra. Josette S. Sheeran (Estados Unidos de América); y el ex Secretario de Estado de Relaciones Exteriores del Japón, Sr. Keizo Takemi. Representaron al sistema de las Naciones Unidas los señores Kemal Dervis (Turquía) y Lennart Båge (Suecia), que actuaron como miembros natos del Grupo.

5. El Grupo me presentó su informe el 9 de noviembre de 2006 y sus dos copresidentes, el Primer Ministro Shaukat Aziz y el Primer Ministro Stoltenberg, lo presentaron conmigo en una reunión oficiosa celebrada por la Asamblea General bajo los auspicios de la Presidenta de la Asamblea.

6. En el informe del Grupo, titulado “Unidos en la acción”, se hace un análisis claro y equilibrado y se formulan varias recomendaciones ambiciosas pero prácticas que pueden contribuir de una forma decisiva y perdurable a aumentar la eficacia y la importancia del sistema de las Naciones Unidas. En el ámbito del desarrollo, el informe recomienda la unificación de la labor de las Naciones Unidas en los países, con plena responsabilidad de los países y con el apoyo de una estructura de financiación fortalecida y consolidada para aumentar considerablemente la eficacia de las actividades de la Organización. El Grupo recomienda medidas prácticas relacionadas con la asistencia humanitaria, la protección del medio ambiente y la igualdad entre los géneros y el adelanto de la mujer que también aumentarán la coherencia, la sostenibilidad y el impacto de las actividades de las Naciones Unidas. También propone medidas para aumentar la coherencia en los ámbitos de la gobernanza, la financiación y la gestión, que son fundamentales para un sistema bien estructurado para el desarrollo. El objetivo de muchas de las propuestas es fortalecer e integrar con mayor eficacia la función normativa de las Naciones Unidas y ajustarla mejor a las funciones y estructuras operacionales.

7. Tengo el placer de remitir a los Estados Miembros, para su examen, el informe adjunto del Grupo, cuyas recomendaciones apoyo firmemente. Insto a la Asamblea General a que también apoye su aplicación.

Proceso de consultas

8. También envío el informe del Grupo a mi sucesor, el Sr. Ban Ki-moon, para que pueda formular propuestas concretas sobre la forma de aplicar las recomendaciones del Grupo. Quizás el nuevo Secretario General querrá presentar un informe más detallado sobre las recomendaciones del Grupo cuando asuma las funciones de su cargo. A este respecto, propondré al nuevo Secretario General que haga lo posible para que su oficina se ocupe de supervisar, coordinar y seguir la aplicación de las recomendaciones del informe.

9. El informe del Grupo, que contiene un excelente análisis y numerosas recomendaciones, abarca muchas cuestiones. Por lo tanto, es indispensable que se entable un diálogo oficioso sobre él, a fin de llegar a un acuerdo común y amplio de sus objetivos, su contenido y sus propuestas. En esas consultas deberían participar todas las delegaciones, altos funcionarios de los distintos organismos del sistema de las Naciones Unidas y, cuando sea posible, funcionarios de los gobiernos, profesionales de los países y expertos. De esta manera se expondrían puntos de vista diferentes y se informaría y concienciaría a todos los interesados acerca de las recomendaciones formuladas en el informe y de sus consecuencias.

10. Aunque la Asamblea General desempeñará una función decisiva en los procesos de consultas y adopción de decisiones relacionadas con las recomendaciones fundamentales del informe, es necesario que otros encargados de formular políticas y otros actores participen en las deliberaciones para llegar a un entendimiento más profundo y promover la identificación con las propuestas. Para ello deberán celebrarse consultas en el Consejo Económico y Social y sus comisiones, así como en los órganos rectores de las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas. Con este fin, he pedido a los jefes ejecutivos de los organismos especializados y de los fondos y programas de las Naciones Unidas que envíen el informe a sus órganos rectores para que lo examinen.

11. Las conferencias y reuniones de los grupos regionales y otras agrupaciones también podrían ser un foro para las deliberaciones oficiosas sobre el informe del Grupo. Podrían organizarse diálogos sobre el informe en general o sobre los distintos temas que trata. Las personas que participen en ese diálogo deberían representar a todos los interesados.

12. El proceso de consultas oficiosas/diálogo oficioso podría culminar en una reunión oficial del pleno de la Asamblea General en 2007. Una vez concluido el proceso, el Presidente de la Asamblea General podría iniciar consultas dentro de un grupo de trabajo, para que la Asamblea General pudiera examinar una resolución sobre el informe del Grupo.

13. Los distintos organismos de las Naciones Unidas también celebrarán amplias deliberaciones sobre las recomendaciones del Grupo, tomando como guía y respetando el examen intergubernamental del informe del Grupo. Este diálogo será esencial porque la aplicación de las recomendaciones del Grupo exigirá no sólo un apoyo firme y constante de los Estados Miembros sino también una dirección y responsabilidad colectivas del sistema de las Naciones Unidas. Muchos de los cambios propuestos requerirán que los organismos, fondos y programas de las Naciones Unidas adopten una visión más amplia en interés de un sistema de las Naciones Unidas más coherente.

14. A este respecto, me sentí muy alentado por la reacción inicial expresada en relación con la labor del Grupo durante el período de sesiones de otoño de la Junta de los jefes ejecutivos del sistema de las Naciones Unidas para la coordinación. Creo que esta reacción es un buen indicio de las posibilidades que tenemos para aplicar las reformas necesarias en todo el sistema. Es evidente que todo el sistema de las Naciones Unidas desea mejorar la coherencia y coordinación.

Aplicación de las recomendaciones

15. He decidido empezar a aplicar algunas de esas recomendaciones, especialmente porque muchas de ellas parten de reformas e iniciativas que están ejecutando los jefes ejecutivos de los organismos, fondos y programas de las Naciones Unidas.

16. La primera de esas recomendaciones es establecer cinco programas experimentales unificados para 2007. Algunos países ya han expresado interés por estar entre los cinco países en los que se ejecutarán esos programas y ya hemos empezado a determinar los criterios apropiados para elegirlos debidamente. A fin de obtener los mejores resultados posibles, debemos asegurar que esos programas unificados se ensayen en países en diferentes etapas de desarrollo, en los que los organismos, fondos y programas de las Naciones Unidas y sus contrapartes estén ansiosos por colaborar y ejecutar este ejercicio experimental. Algunos de los países que han expresado interés en participar en este ejercicio aprovecharán los considerables progresos realizados para aumentar la coherencia, la eficacia y la eficiencia de las Naciones Unidas en el plano nacional. Unos programas experimentales bien diseñados, bien ejecutados y basados en el principio de la responsabilidad de los países sentarán las bases para seguir desarrollando y ampliando el concepto de la presencia unificada de las Naciones Unidas, y también contribuirán a las próximas deliberaciones sobre la revisión trienal amplia de la política relativa a las actividades operacionales para el desarrollo del sistema de las Naciones Unidas.

17. El segundo grupo de recomendaciones que quiero impulsar es el relacionado con las prácticas establecidas. La aplicación de estas recomendaciones permitirá mejorar mucho la actuación y obtener mejores resultados, lo que evidentemente apoyará e impulsará muchos adelantos logrados por el sistema de las Naciones Unidas en este ámbito. Será fundamental modernizar y ajustar plenamente y cuanto antes las actividades relacionadas con la planificación de recursos, los recursos humanos, los servicios comunes y su evaluación, ya que contribuyen decisivamente a la coherencia del sistema de las Naciones Unidas. En este sentido, cabe señalar que el Comité de Alto Nivel sobre Gestión de la Junta de los jefes ejecutivos del sistema de las Naciones Unidas para la coordinación está haciendo verdaderos progresos, particularmente con respecto a las prácticas relacionadas con los recursos humanos, la presupuestación basada en los resultados y la decisión de adoptar las Normas contables internacionales del sector público para el 1° de enero de 2010. Las recomendaciones del Grupo impulsarán aún más estos esfuerzos del sistema de las Naciones Unidas.

18. La tercera recomendación que deseo empezar a aplicar se refiere a la Junta de los jefes ejecutivos del sistema de las Naciones Unidas para la coordinación, la cual presido. Se ha pedido a la Junta que examine su funcionamiento teniendo en cuenta la experiencia adquirida desde que se estableció en 2001, a fin de mejorar su actuación y responsabilizarse más por la coherencia de todo el sistema. La Junta examinó esta propuesta en el período de sesiones de otoño y la aprobó por unanimidad. El Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Sr. Juan Somavía, y el Director General de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Sr. Pascal Lamy, han aceptado dirigir ese examen.

19. Insto a los jefes ejecutivos de los organismos, fondos y programas de las Naciones Unidas a que hagan todo lo posible por aplicar esas recomendaciones.

20. Por último, he iniciado un proceso para aplicar la recomendación de fortalecer el conjunto de mecanismos encargados de promover la igualdad entre los géneros para que en el sistema de las Naciones Unidas haya una voz firme y coherente sobre las cuestiones relacionadas con la mujer, porque así podrán contribuir mejor al esfuerzo general por lograr los objetivos de la igualdad de género y la potenciación del papel de la mujer. A este respecto, he iniciado los pasos necesarios para pedir que se establezca el cargo de Secretario General Adjunto para la Igualdad entre los Géneros y el Empoderamiento de la Mujer, cuyo titular dirigiría una estructura consolidada y fortalecida, una vez aprobada por los procesos intergubernamentales pertinentes. En noviembre de 2006 se presentará a la Asamblea General una propuesta detallada al respecto. Insto a los Estados Miembros a que la apoyen.



(* en inglés)

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