11 de diciembre - Más de la mitad de la población del mundo obtiene el agua que necesita de las montañas, pero si no se les presta asistencia, esas montañas podrían encarar una situación difícil, y las consecuencias que podrían derivarse de ella -como escasez de agua, deslizamientos de tierra y pérdidas de la diversidad biológica- podrían ser devastadoras.

Para concentrar la atención del mundo en las regiones montañosas, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 2002 Año Internacional de las Montañas, y, en un mensaje leído con ocasión del inicio de la observancia del Año, el Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Kofi Annan, dijo que todas las personas tenían interés en que las regiones montañosas del mundo siguieran proporcionando sus riquezas durante muchas generaciones venideras, y que se trataba de un reto que los pueblos del mundo podían y tenían que afrontar juntos.

A menudo eclipsadas por la belleza de los parajes en que viven y alejadas de la atención y la publicidad, como resultado de su aislamiento e inaccesibilidad, las poblaciones de las montañas están haciendo frente a la degradación cada vez mayor de los ecosistemas y al aumento de la pobreza, la inestabilidad y los conflictos armados. Pero la guerra más reciente, que tuvo por escenario las inhóspitas aunque hermosas montañas del Afganistán, ha hecho que la atención del mundo se concentre en la pobreza, el hambre y la guerra, aspectos que frecuentemente no están a la vista ni en la mente del resto del mundo.

Según el Sr. Jacques Diouf, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), de los 27 conflictos armados que causaban estragos en el mundo en 1999, 23 se 1ibraban en regiones montañosas.

"En las zonas montañosas se han librado la mayoría de los conflictos armados del mundo y en ellas viven muchas de las poblaciones más pobres y con menor seguridad alimentaria del mundo", dijo el Sr. Diouf. "Al iniciar la conmemoración del Año Internacional de las Montañas, cabe señalar que los conflictos pueden ser el mayor obstáculo que encontremos para lograr nuestro objetivo. Si no hay paz, no es posible reducir la pobreza. Si no hay paz, no podemos garantizar el suministro de alimentos. Si no hay paz, no podemos siquiera pensar en lograr el desarrollo sostenible".

Además de servir de cuenca hidrográfica a buena parte del planeta, las montañas contienen una cantidad considerable de la diversidad biológica del mundo. En los Andes, por ejemplo, hay unas 200 variedades diferentes de papas autóctonas y en Nepal los agricultores cultivan más de 2.000 variedades de arroz. En refugios situados a gran altitud y alejados de la expansión de las tierras bajas, los gorilas africanos de montaña, los osos andinos de anteojo y el quetzal de América Central siguen aferrados a bosques higrofíticos nubosos cada vez más reducidos.

Pero la Sra. Yolanda Kakabadse, ex Ministra del Medio Ambiente del Ecuador y actual Presidenta de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos, indicó que los cambios climáticos estaban causando la desaparición gradual de los casquetes polares. Señaló que hasta el momento se había producido una reducción de una tercera parte de las formaciones de hielo en las montañas. En términos generales, se considera que cerca del 10% de la población del mundo vive en las montañas, pero el Sr. Bruno Messerli, de la Universidad de Berna (Suiza), dijo que nuevos estudios habían revelado que el 26% de la población del mundo vivía en las montañas o a 50 kilómetros de las montañas.

Debido a la lejanía de las principales vías de comunicación, las poblaciones de las montañas suelen ser más pobres que sus contrapartes de las tierras bajas, factor que hace que muchos jóvenes abandonen las montañas. El Sr. Lhakpa Sherpa, administrador del Programa de conservación de Qomolangma, del Instituto de las Montañas, en la región autónoma china del Tíbet, dijo que una vez que los jóvenes abandonaban la montaña, "se van para no regresar nunca". Dijo que era esencial que las poblaciones de las montañas participaran en su propio desarrollo, pues sin esa participación era imposible romper el ciclo de la pobreza.

El desarrollo sostenible de las montañas es un objetivo principal del Programa 21, el plan de acción mundial para el desarrollo sostenible que fue aprobado en la Cumbre para la Tierra, celebrada en Río en 1992. En el Programa 21 se consideró que las montañas eran una importante fuente de agua, energía y diversidad biológica y se exhortó a adoptar medidas para invertir el sentido de las prácticas que causan la erosión acelerada de los suelos, los deslizamientos de tierra y la rápida pérdida del hábitat y la diversidad genética, y a hacer frente a los problemas de la pobreza generalizada y la pérdida de los conocimientos autóctonos.

"La gente va a las montañas a encontrarse con sus almas", dijo la Sra. Bernadette McDonald del Centro Baniff, en el Canadá. "Un año que ayude a la gente a encontrar su alma es digno de celebrarse".