1. Indicador
a) Nombre: Tasa de crecimiento de la
población urbana.
b) Breve definición: Tasa media anual de
variación de la población que vive en zonas urbanas definidas durante un período
determinado.
c) Unidad de medida: Normalmente se expresa como
porcentaje.
2. Ubicación dentro del marco
a) Programa 21: Capítulo 7: Fomento del
desarrollo sostenible de los asentamientos humanos.
b) Tipo de indicador: Impulso.
3. Significación (pertinencia para la adopción de
políticas)
a) Finalidad: Este indicador mide la velocidad a
la que cambia el tamaño de la población urbana. Suma las consecuencias del
crecimiento natural de la población urbana, de la migración neta de las
zonas rurales a las zonas urbanas, y del aumento de la superficie de suelo con
características urbanas.
b) Pertinencia para el desarrollo sostenible/no
sostenible: Las zonas urbanas albergan promesas de eficiencia y potencial
económicos para el desarrollo como consecuencia de la concentración de
habitantes, empresas e industrias. No obstante, cuando las necesidades que
acarrea un crecimiento excesivamente rápido de la población de las zonas
urbanas son superiores a la capacidad de los gobiernos para satisfacerlas, la
sostenibilidad del desarrollo urbano puede verse amenazada. Las necesidades
derivadas del crecimiento de la población abarcan desde una mayor demanda de
alimentos, vivienda, suelo, empleo y educación hasta la necesidad de
infraestructuras ambientales, entre las que figuran el suministro de agua, el
saneamiento, y servicios de recogida de basuras. La demanda de más servicios
urbanos y de mejor calidad constituye uno de los principales problemas con que
se enfrentan los gobiernos locales y nacionales. La utilidad de este indicador
aumenta si se dispone de las tasas de crecimiento correspondientes a distintas
categorías de municipios, según el tamaño.
c) Relación con otros indicadores: Este
indicador está estrechamente relacionado con otras variables socioeconómicas,
como el porcentaje de población que reside en zonas urbanas, el crecimiento
de la población en edad escolar, y el crecimiento demográfico general. También
está relacionado con muchos indicadores ambientales, tales como el cambio en
el uso de la tierra, el consumo de agua, y la producción de residuos urbanos.
d) Objetivos: Los acuerdos internacionales no
han fijado objetivos específicos a nivel nacional o mundial para este
indicador.
e) Convenios y acuerdos internacionales: No se
aplica, véase el apartado d) de la sección 3 supra.
4. Descripción de la metodología y definiciones en
que se basa
La tasa de crecimiento urbano de un país suele basarse
en la tasa de crecimiento urbano registrada entre dos censos, calculada a
partir de éstos, ajustándolos, en caso de necesidad, para completar los
datos. Los países suelen decidir la demarcación de las zonas urbanas como
parte de los procedimientos del censo, normalmente en función del tamaño de
las localidades, la clasificación de las zonas como centros administrativos,
o su clasificación según criterios especiales, tales como la densidad de
población o el tipo de actividad económica de los residentes. Los datos
sobre la población urbana adolecen de las mismas limitaciones que los
relativos a la población total, por ejemplo, la subestimación del número de
habitantes en los censos (que puede diferir entre las zonas urbanas y las
zonas rurales).
No existe una definición aceptada a nivel
internacional de zonas urbanas, y las definiciones nacionales varían según
los países. Resulta problemático conseguir la uniformidad de los desgloses
de lo que constituyen zonas urbanas y zonas rurales. Con el crecimiento, los límites
de las zonas urbanas van cambiando.
La División de Población del Departamento de
Información Económica y Social y Análisis de Políticas de las Naciones
Unidas (DIESAP) evalúa, y ajusta cuando es necesario para tener en cuenta las
lagunas y la falta de uniformidad, los datos sobre las zonas urbanas y las
zonas rurales, en el marco de su revisión bienal de las estimaciones y
proyecciones demográficas urbanas y rurales de las Naciones Unidas.
5. Evaluación de la disponibilidad de datos de
fuentes nacionales e internacionales
Como se indicaba anteriormente, la tasa de crecimiento
de la población urbana de un país suele calcularse a partir de los datos
sobre población urbana obtenidos en dos censos. La División de Estadística
del DIESAP recomienda que los países realicen censos cada diez años, y que
se utilicen esos datos para calcular la tasa de crecimiento demográfico
intercensual. En los últimos decenios la mayoría de los países han
levantado censos: en el decenio censual de 1990 (1985 a 1994) han levantado
censos 204 países o regiones. También se obtienen datos a través de los
cuestionarios especiales sobre los países que la División de Estadística
del DIESAP ha enviado a las oficinas nacionales de estadística. Esos datos
censuales son también la base para examinar las tasas de crecimiento urbano a
nivel subnacional. La División de Población del DIESAP examina los datos
sobre la población urbana de todos los países y, en caso de necesidad, los
ajusta para completarlos en el marco de la preparación de las estimaciones y
proyecciones oficiales de las Naciones Unidas sobre población urbana y rural.
La División de Población del DIESAP prepara las tasas de crecimiento urbano
pasadas, actuales y previstas correspondientes a todos los países y las
Naciones Unidas las publican en World Urbanization Prospects: The 1994
Revision (véase la sección 7 infra).
6. Organismos que intervienen en la determinación
del indicador
El organismo principal es el Departamento de Información
Económica y Social y Análisis de Políticas de las Naciones Unidas (DIESAP).
El punto de contacto es el Director de la División de Población del DIESAP;
No de fax (1 212) 963 2147.
7. Información suplementaria
DIESAP. World Urbanization Prospects: The 1994
Revision. División de Población. Publicación de las Naciones Unidas, No
de venta E.95.XIII.12. Nueva York, 1995.
DIESAP. 1993 Demographic Yearbook. División de Estadística.
Publicación de las Naciones Unidas, No de venta E/F.95.XIII.1.
1995.
CONSUMO DE
COMBUSTIBLES FÓSILES POR HABITANTE
EN VEHÍCULOS DE MOTOR |
Social |
Capítulo 7 |
Impulso |
1. Indicador
a) Nombre: Consumo de combustibles fósiles
por habitante en vehículos de motor.
b) Breve definición: Número de litros de
combustible fósil que se consume al año por persona para el transporte en
vehículos de motor en las zonas urbanas.
c) Unidad de medida: Litros.
2. Ubicación dentro del marco
a) Programa 21: Capítulo 7: Fomento del
desarrollo sostenible de los asentamientos humanos.
b) Tipo de indicador: Impulso.
3. Significación (pertinencia para la adopción de
políticas)
a) Finalidad: Medir el consumo de combustibles fósiles
en el transporte de superficie en las zonas urbanas.
b) Pertinencia para el desarrollo sostenible/no
sostenible: La reducción del consumo de combustibles fósiles no
renovables, y, por lo tanto, la del uso de vehículos de motor, constituye un
requisito fundamental del desarrollo sostenible de los asentamientos humanos,
ya que ese consumo tiene repercusiones considerables en todo el ecosistema.
Este indicador es especialmente importante para el proceso de adopción de
decisiones en las zonas urbanas.
Habida cuenta de que los vehículos de motor son los
principales usuarios de combustibles de transporte, este indicador está
estrechamente relacionado con el uso de vehículos de motor, que a su vez mide
indirectamente la presión que para el medio ambiente suponen la utilización
de los recursos, el consumo de energía, las emisiones contaminantes del aire
(especialmente el ozono, las partículas sólidas, el monóxido de carbono y
el óxido de nitrógeno) y la contaminación acústica. Este indicador
facilita también información indirecta sobre la congestión urbana y la
contaminación del suelo y del agua. El consumo de combustibles depende en
gran medida de las pautas de utilización del suelo urbano, en particular de
la densidad de utilización, y de la eficiencia del consumo de combustible del
parque de vehículos. El mayor consumo de combustible puede deberse a la
suburbanización de la mano de obra, al aumento de los ingresos y del número
de propietarios de automóviles, y a la reducción del número de pasajeros
por vehículo. El consumo de combustible es un buen indicador de la
dependencia del automóvil y, en algunos países, de la dependencia del petróleo
de importación.
c) Relación con otros indicadores: Este
indicador está relacionado con otros indicadores socioeconómicos y
ambientales, especialmente los referentes al consumo, los asentamientos
humanos y la protección de la atmósfera. Por ejemplo, está vinculado
directamente a la emisión de óxidos de azufre (SOx) y óxidos de
nitrógeno (NOx), la reducción de las emisiones de gases con
efecto invernadero, el consumo de energía y el cambio del uso del suelo. Por
consiguiente, tiene repercusiones para la concentración de contaminantes en
el medio ambiente de las zonas urbanas, la salud humana, el agotamiento de la
capa de ozono y el gasto en medidas de mitigación de la contaminación del
aire.
d) Objetivos: No se han fijado objetivos
internacionales. Algunos países han fijado objetivos de consumo de
combustible para el parque automovilístico.
e) Convenios y acuerdos internacionales: No se
aplica, véase el apartado d) de la sección 3 supra.
4. Descripción de la metodología y definiciones en
que se basa
a) Definiciones y conceptos básicos: El
combustible para transporte incluye combustibles fósiles tales como la
gasolina, el aceite para motores diesel, el gas natural, y la mezcla de
gasolina y alcohol etílico, pero no el combustible de aviación.
b) Métodos de medición: Siempre se
dispone de datos sobre el consumo de combustibles a nivel nacional, pero
resulta más difícil calcular el consumo por ciudad, ya que el combustible
adquirido en la ciudad puede utilizarse para el transporte interurbano. El
combustible adquirido en la ciudad forma parte del producto de la ciudad, de
manera que puede adoptarse el método de calcular la totalidad del combustible
adquirido en la ciudad. Por otra parte, si prefiere hacerse hincapié en el
consumo de recursos dentro de la ciudad, sólo deben contabilizarse los
traslados dentro de la ciudad, para lo que puede ser más adecuado multiplicar
el tamaño del parque de vehículos personales y comerciales por el consumo
medio de combustible estimado.
c) El indicador dentro del marco de
impulso-estado-reacción:
El consumo de combustible de transporte, como indicador
de la dependencia del automóvil (y de la dependencia del petróleo en algunos
países) mide el consumo de recursos no renovables y la presión y el impacto
negativos del transporte en vehículos de motor sobre el medio ambiente de los
asentamientos humanos. Se trata de un indicador de impulso dentro del marco
impulso-estado-reacción. Está vinculado a muchos indicadores de estado y de
reacción (véase el apartado c) de la sección 3 supra).
d) Limitaciones del indicador: Resulta
difícil separar conceptualmente el consumo de combustible para vehículos de
motor en las zonas urbanas y en las zonas no urbanas (véase el apartado b) de
la sección 4 supra). Los datos necesarios para el indicador son menos fáciles
de obtener que los referentes al conjunto de un país. Si bien el indicador
comprende la mayor parte del consumo de combustibles fósiles en vehículos de
motor, no tiene en cuenta el combustible que se utiliza para generar
electricidad para el transporte, ni comprende el combustible que utilizan
otros tipos de transporte de superficie, como el ferrocarril. El consumo de
combustibles puede tener repercusiones diversas en el medio ambiente según el
tipo de combustible de que se trate, las emisiones de los vehículos, la
densidad urbana, el tráfico y la red de carreteras. Al interpretar el
indicador han de tenerse en cuenta todos esos factores.
e) Otras posibles definiciones: Habida cuenta de
las dificultades que entraña medir y definir las repercusiones de este
indicador, puede utilizarse como indicador alternativo el consumo de
combustibles fósiles por habitante a nivel nacional. Ese indicador es de
mayor importancia para las pautas de consumo, pero no se centra en la
sostenibilidad de los asentamientos humanos.
5. Evaluación de la disponibilidad de datos de
fuentes nacionales e internacionales
a) Datos necesarios para determinar el indicador:
Consumo de gasolina, aceite para motores diesel, gas natural y mezcla de
gasolina y alcohol etílico en el transporte. Población urbana.
b) Disponibilidad de datos: Siempre se
dispone de datos sobre el consumo de combustibles a nivel nacional, datos que
normalmente proceden del ministerio de transporte, pero resulta más difícil
calcular el consumo en las zonas urbanas (véase el apartado b) de la sección
4 supra). El Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat)
recoge datos sobre este indicador a nivel municipal, como indicador extensivo.
Las siguiente organizaciones internacionales recogen datos a nivel nacional:
la División de Estadística del Departamento de Información Económica y
Social y Análisis de Políticas de las Naciones Unidas (DIESAP) publica este
indicador en su Anuario de Estadísticas sobre Energía. La Federación
Internacional de Carreteras reúne y publica los datos pertinentes, salvo los
correspondientes a combustibles alternativos tales como la mezcla de gasolina
y alcohol etílico, en el Compendio de Estadísticas Mundiales sobre
Carreteras que publica cada dos años. La Organización de Cooperación y
Desarrollo Económicos (OCDE) publica cada dos años un Compendio de Datos
sobre el Medio Ambiente que incluye el consumo total de energía por sector y
modo de transporte.
c) Fuentes de datos: Véase el apartado
b) de la sección 5 supra.
6. Organismos que intervienen en la determinación
del indicador
a) Organismo principal: El organismo principal
es el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat).
El punto de contacto es el Director de Coordinación de Programas de Hábitat;
No de fax (254 2) 624 266.
b) Otras organizaciones: La Federación
Internacional de Carreteras y la División de Estadística del DIESAP han
colaborado en el desarrollo de este indicador.
7. Información suplementaria
OCDE. Transport and the Environment. OCDE, París,
1988.
OCDE. OECD Environmental Data: Compendium 1995. OCDE,
París, 1995.
Newman, Peter W.G. y Jeffrey R.K. Kenworthy. Cities and
Automobile Dependence: a Sourcebook. Gower, Gran Bretaña, 1991.
Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos
Humanos (Hábitat). Monitoring the City. Urban Indicators Review. Hábitat,
Nairobi, 1995.
DIESAP. Energy Statistics Yearbooks.
Federación Internacional de Carreteras. Estadísticas
Mundiales sobre Carreteras.
PÉRDIDAS HUMANAS
Y ECONÓMICAS DEBIDAS A
DESASTRES NATURALES |
Social |
Capítulo 7 |
Impulso |
1. Indicador
a) Nombre: Pérdidas humanas y económicas
debidas a desastres naturales.
b) Breve definición: Número de personas
muertas y desaparecidas como consecuencia directa de un desastre natural; el
volumen de pérdidas económicas y de infraestructuras ocurridas como
consecuencia directa del desastre natural.
c) Unidad de medida: Número de cadáveres o
personas; dólares EE.UU.
2. Ubicación dentro del marco
a) Programa 21: Capítulo 7: Fomento del
desarrollo sostenible de los asentamientos humanos.
b) Tipo de indicador: Impulso.
3. Significación (pertinencia para la adopción de
políticas)
a) Finalidad: La finalidad de este indicador es
proporcionar estimaciones de las repercusiones humanas y económicas de los
desastres y emergencias a lo largo del tiempo y en las distintas dependencias
administrativas con el fin de medir la evolución del grado de vulnerabilidad
de la población. Los indicadores resultan útiles a los encargados de la
adopción de decisiones a todos los niveles para determinar si su país o
distrito se está volviendo progresivamente más o menos propenso a sufrir los
efectos de los desastres.
b) Pertinencia para el desarrollo sostenible/no
sostenible: Los desastres naturales ocasionan pérdidas de vidas,
perturban las actividades económicas y la productividad urbana, en particular
en los grupos de bajos ingresos más vulnerables; y ocasionan daños al medio
ambiente, como la pérdida de tierras cultivables fértiles y la contaminación
del agua. Pueden dar lugar al reasentamiento de grandes grupos de población.
Aunque puede que no esté aumentando el número de
desastres, la creciente vulnerabilidad de la población (presiones demográficas
sobre la tierra, aumento de la urbanización y del uso arriesgado de las
tierras, marginación de grupos de población, disturbios civiles, etc.) hace
que sus consecuencias sean cada vez más graves. Al propio tiempo, la reducción
de los presupuestos nacionales de los países afectados y de los donantes hace
necesario mejorar la planificación, preparación y coordinación.
El valor de este indicador depende de distintos
factores que determinan el riesgo de muerte o de daño, a saber, la frecuencia
de los desastres, el tamaño de la población y del capital en la zona
afectada y la capacidad de la población y las autoridades locales para
prevenir los desastres o hacerles frente. Este indicador puede utilizarse para
llevar a cabo una evaluación en la que se tengan en cuenta las modificaciones
que se produzcan en cada uno de esos componentes.
c) Relación con otros indicadores: Las
consecuencias inmediatas y a largo plazo de este indicador están relacionadas
con varias otras medidas socioeconómicas, ambientales e institucionales,
tales como la densidad de población, el acceso al agua potable, la población
de las zonas urbanas estructuradas y no estructuradas, la asistencia para el
desarrollo, el uso de la tierra, y el acceso a la información.
d) Objetivos: No disponibles.
e) Convenios y acuerdos internacionales: La
Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el decenio de 1990 Decenio
Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales.
4. Descripción de la metodología y definiciones en
que se basa
a) Definiciones y conceptos básicos: Las
definiciones y conceptos en que se basa este indicador no están bien
establecidos ni son de aceptación general. Sin embargo, a los fines del
presente indicador, se propone la siguiente definición de desastre natural,
que es la utilizada en la Base de Datos Mundial sobre Desastres: Un desastre
es una situación o acontecimiento que supera la capacidad local y requiere un
llamamiento a nivel nacional internacional para solicitar asistencia del
exterior, o que los organismos multilaterales, o al menos dos fuentes, tales
como los grupos de asistencia y los medios de comunicación nacionales,
regionales e internacionales, reconocen como tal.
Todos los desastres se definen en función de varios
elementos comunes, tales como el país afectado, las pérdidas humanas y económicas,
etc. Los fenómenos catastróficos que afectan a más de un país se
consideran como una conjunción de desastres diferentes acaecidos en los
diversos países afectados, y, por consiguiente, se registran por separado
para cada país afectado. Para efectuar una medición a largo plazo de los
desastres durante un período, habrá que registrar algunos de los datos
pertinentes por años (por ejemplo, las contribuciones, la población afectada),
mientras que otras características corresponden exclusivamente a un desastre
y pueden registrarse una sola vez (por ejemplo, el tipo de desastre, los daños).
En el caso de desastres concurrentes en un mismo país o región, los
acontecimientos o las situaciones pueden vincularse entre sí, si existe una
relación causal, o presentarse como fenómenos separados si requieren
asistencia exterior. Por ejemplo, las tormentas ciclónicas que ocasionan
inundaciones pueden considerarse parte de una misma situación de emergencia,
mientras que las epidemias que se producen varios meses después de una erupción
volcánica se considerarán como un acontecimiento distinto.
b) Métodos de medición: Los métodos de medición
propuestos se basan en los criterios que aplica el Centro de Investigación
sobre Epidemiología de los Desastres. Los datos que aquí se incluyen han
sido seleccionados en función de los requisitos de las hojas de metodología
de los indicadores del desarrollo sostenible. En general, una entidad pública
puede recoger y confirmar esos datos a nivel nacional aplicando estos
criterios y métodos normalizados. Primero se describe brevemente cada uno de
los elementos y después se formulan observaciones al respecto y se propone un
procedimiento de recogida de datos.
i) Fecha de comienzo: Fecha en que se produjo la
situación de desastre. Esa fecha está claramente definida en los desastres
repentinos. En las situaciones de desastre que se desarrollan gradualmente (por
ejemplo, la sequía), la fijan fuentes científicas (institutos meteorológicos
y sismológicos) y gubernamentales (autoridades de defensa civil).
ii) Fecha de declaración: Fecha en que se hizo el
primer llamamiento para solicitar asistencia exterior con motivo del desastre,
con arreglo a la definición de situación de desastre que figura supra. Esta
fecha se conoce en todos los casos de desastre y debe incluirse en el
indicador. Sólo se registra la fecha del primer llamamiento solicitando
asistencia externa.
iii) Tipo de desastre: Descripción del desastre según
criterios de clasificación preestablecidos. Los tipos de desastre deben
comprender todos los tipos de desastres naturales, como, por ejemplo,
terremotos, ciclones, inundaciones, erupciones volcánicas, sequías y
tormentas. Los desastres pueden calificarse como repentinos, como los
terremotos y las inundaciones, o de largo plazo, como la sequía. Dos o más
desastres pueden estar relacionados, y pueden producirse otros tipos de
desastre a consecuencia de un desastre anterior. Por ejemplo, un ciclón puede
generar inundaciones o corrimientos de tierras, y un terremoto puede ocasionar
la rotura de una conducción de gas.
iv) País: País en el que se ha producido el desastre.
Los desastres se registran por países. No se utilizan las regiones autónomas
no reconocidas como países independientes. El mismo desastre puede afectar a
más de un país, en cuyo caso se registra por separado.
v) Muertos: Personas cuya muerte se ha comprobado y
personas desaparecidas o dadas por muertas. Se utilizan las cifras oficiales
siempre que se dispone de ellas. La cifra se actualiza a medida que se
confirma que las personas desaparecidas han muerto.
vi) Monto estimado de los daños: Valor de todos los daños
y las pérdidas económicas relacionadas directamente con un desastre
determinado. Las repercusiones económicas de un desastre en la economía
local suelen comprender pérdidas directas (por ejemplo, daños en
infraestructuras, cosechas, vivienda) e indirectas (por ejemplo, pérdidas de
ingresos, desempleo, desestabilización del mercado). Aunque varias
instituciones han desarrollado metodologías para cuantificar esas pérdidas
en su esfera de acción específica, no existe ningún procedimiento
normalizado para cuantificar globalmente las consecuencias económicas.
Normalmente se cuenta con tres estimaciones de fuentes que disponen de una
metodología bien definida para evaluar las consecuencias económicas: el
Banco Mundial y otros organismos internacionales de crédito; el gobierno; y,
especialmente en el caso de situaciones de emergencia complejas, el
presupuesto total de los llamamientos consolidados hechos por los organismos
de las Naciones Unidas y otras organizaciones no gubernamentales importantes.
c) El indicador dentro del marco de
impulso-estado-reacción: Los desastres naturales pueden tener efectos
devastadores a corto y a largo plazo en la vida local y nacional que
repercuten negativamente en el progreso hacia un desarrollo sostenible. Las pérdidas
que causan representan un indicador de impulso en el marco de
impulso-estado-reacción.
d) Limitaciones del indicador: La validez de
este indicador se ve limitada por la calidad y la uniformidad de los sistemas
de recopilación de los datos que se utilizan para calcularlo. Por ejemplo, la
utilización de datos procedentes de compañías de seguros puede introducir
una desviación grave en los datos y, por consiguiente, en su interpretación.
Un problema que afecta especialmente a este indicador es la comparabilidad a
lo largo del tiempo.
e) Otras posibles definiciones: Para que el
indicador refleje la evolución del riesgo, deben medirse las pérdidas por
unidad de tiempo y por habitante. Ello no es posible sin perfeccionar antes la
metodología del indicador.
5. Evaluación de la disponibilidad de datos de
fuentes nacionales e internacionales
El Centro de Investigación sobre Epidemiología de
los Desastres, con sede en Bruselas, mantiene un registro de los datos a nivel
internacional. El Centro actúa como fuente de referencias en la mayoría de
los casos. El Centro reúne y confirma datos procedentes de diversas fuentes,
como la Oficina de Asistencia para Casos de Desastre en el Extranjero, el
Departamento de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, Munich Re, Suisse
Re, Lloyds of England, y Royale Belge, el Banco Mundial, la Organización
Mundial de la Salud, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la
Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja,y el Comité
Internacional de la Cruz Roja. Los organismos nacionales varían según los países,
aunque en general incluyen a las organizaciones de defensa civil, los
ministerios del interior y de agricultura, etc.
6. Organismos que intervienen en la determinación
del indicador
a) Organismo principal: El organismo principal
es el Departamento de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas. El punto de
contacto es el Director de la Secretaría del Decenio Internacional para la
Reducción de los Desastres Naturales; No de fax (41 22) 733 8695.
b) Otras organizaciones: También
colabora el Centro de Investigación sobre Epidemiología de los Desastres de
la Facultad de Medicina de la Universidad de Lovaina, Bruselas. Al preparar la
hoja de metodología de este indicador se ha consultado a las siguientes
organizaciones: Programa Mundial de Alimentos, Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente, Organización Panamericana de la Salud, Federación
Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, y Agencia de
los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.
7. Información suplementaria
Centro de Investigación sobre Epidemiología de los
Desastres. Profiles in the World: Summary of Disaster Statistics by Continent.
Boletín de estadística del Centro de Investigación sobre Epidemiología de
los Desastres, mayo de 1994.
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja
y la Media Luna Roja, Centro de investigación sobre epidemiología de los
desastres. World Disasters Reports for 1993, 1994, and 1995. Martinus Neijhoof
Editores, Dordrecht, Países Bajos. 1993, 1994, y 1995.
Sapir, D.G. Natural and Man-made Disasters: the
Vulnerability of Women-headed Households and Children without Families. World
Health Statistical Quarterly; 46: 227-233, 1993.
Centro de Investigación sobre Epidemiología de los
Desastres. Proposed principles and Guidelines for the Collection and
Dissemination of Disaster Related Data. Informe sobre el seminario del Sistema
internacional de información sobre preparación y reacción en relación con
situaciones de emergencia, 7 a 9 de septiembre de 1992.
Sapir, D.G. y Sato, T. The Human Impact of Floods:
Common Issues for Preparedness and Prevention in Selected Asia-Pacific
Countries. Ponencia presentada en la segunda Conferencia de Asia y el Pacífico
sobre medicina en los desastres, Chiba, Japón, 1992.
Sapir, D.G. y Misson, C. The Development of a Database
on Disasters. Disasters; 16(1): 80-86. 1992.
Centro de Investigación sobre Epidemiología de los
Desastres. Statistical Update from CRED Disaster Events Database in: CRED
Disasters in the World. Noviembre de 1991.
PORCENTAJE DE LA
POBLACIÓN QUE VIVE EN ZONAS URBANAS |
Social |
Capítulo 7 |
Estado |
1. Indicador
a) Nombre: Porcentaje de la población
que vive en zonas urbanas.
b) Breve definición: Porcentaje de la
población total de un país o región que vive en zonas definidas como
urbanas.
c) Unidad de medida: %.
2. Ubicación dentro del marco
a) Programa 21: Capítulo 7: Fomento del
desarrollo sostenible de los asentamientos humanos.
b) Tipo de indicador: Estado.
3. Significación (pertinencia para la adopción de
políticas)
a) Finalidad: Este indicador es el índice del
grado de urbanización que con más frecuencia se utiliza. Aunque las
definiciones nacionales de "urbano" varían (véase la sección 4
infra), existe suficiente uniformidad para hacer comparaciones significativas
entre países a lo largo del tiempo. Suele resultar útil clasificar también
las zonas urbanas según el tamaño, ya que de él dependen, en parte, los
beneficios y los problemas de las ciudades.
b) Pertinencia para el desarrollo sostenible/no
sostenible: En el Programa 21 se preconiza el equilibrio entre las pautas
de desarrollo urbano y las de desarrollo rural. Además, en el Programa de
Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo se
reconoce que la urbanización es una dimensión intrínseca del desarrollo
económico y social. Las zonas urbanas tienen características distintivas que
reflejan la estructura social y la densidad de la población, así como el carácter
y la escala de las actividades económicas. La urbanización tiene
consecuencias sociales y económicas profundas que se extienden más allá de
los límites urbanos. Pese a que muchas zonas urbanas experimentan problemas
ambientales y de desarrollo, tales como la escasez de vivienda, la congestión
del tráfico, la contaminación del aire y el agua, y los residuos, en el
Programa 21 se destaca también el potencial de desarrollo sostenible que
encierran las sociedades urbanas cuando están bien administradas.
c) Relación con otros indicadores: Este
indicador está estrechamente relacionado con otros indicadores demográficos,
en particular con la tasa de crecimiento de la población urbana. Habida
cuenta de que no refleja las diferencias de tamaño entre las ciudades, puede
complementarse con el indicador del número de megaciudades. La urbanización
está también relacionada con indicadores económicos tales como la proporción
de valor añadido del sector manufacturero en el PIB. Algunos de los
indicadores ambientales, como el de residuos sólidos, el alcantarillado y la
contaminación, revisten especial importancia para los asentamientos humanos.
d) Objetivos: En los acuerdos internacionales no
se han fijado objetivos específicos a nivel nacional o mundial para este
indicador.
e) Convenios y acuerdos internacionales: No se
aplica (véase el apartado d) de la sección 3 supra).
4. Descripción de la metodología y definiciones en
que se basa
Por definición, este indicador se calcula como la
población de las zonas urbanas multiplicada por 100 y dividida por la población
total del país o la región. La demarcación de las zonas urbanas suele ser
definida por los países en el marco de los procedimientos del censo, y
normalmente se basa en el tamaño de las localidades, la clasificación de las
zonas como centros administrativos, o su clasificación según criterios
especiales tales como la densidad de población o el tipo de actividad económica
de los residentes. Los datos sobre la población urbana adolecen de las mismas
limitaciones que los relativos a la población total, por ejemplo, las lagunas
en los datos de los censos (que pueden diferir entre las zonas urbanas y las
zonas rurales). La División de Población del Departamento de Información
Económica y Social y Análisis de Políticas de las Naciones Unidas evalúa,
y ajusta cuando lo considera necesario para llenar las lagunas y corregir la
falta de uniformidad, los datos rurales y urbanos en el marco de la revisión
bienal de las estimaciones y proyecciones oficiales de las Naciones Unidas
sobre la población urbana y rural.
No existe una definición internacional de zonas
urbanas, y las definiciones nacionales varían según los países. Resulta
problemática la uniformidad del desglose de lo que constituye una zona urbana.
Con el crecimiento, los límites de las zonas urbanas van cambiando.
5. Evaluación de la disponibilidad de datos de
fuentes nacionales e internacionales
Como se indicaba anteriormente, el porcentaje de
población urbana puede calcularse a partir de los censos, de los que se
dispone para la práctica totalidad de los países. Normalmente pueden
obtenerse de fuentes nacionales (publicaciones de los países), así como de
los cuestionarios especiales enviados por la División de Estadística del
DIESAP a las oficinas nacionales de estadística. Las Naciones Unidas
recomiendan que los países levanten censos cada diez años, y esos datos
pueden utilizarse para calcular el porcentaje de población urbana. La División
de Población del DIESAP prepara las estimaciones y las proyecciones oficiales
de las Naciones Unidas sobre el porcentaje de población urbana. La División
de Población del DIESAP prepara estimaciones pasadas, actuales y previstas
del porcentaje de población urbana en todos los países y las Naciones Unidas
las publican en World Urbanization Prospects: The 1994 Revision (véase la
sección 7 infra).
6. Organismos que intervienen en la determinación
del indicador
El organismo principal es el Departamento de Información
Económica y Social y Análisis de Políticas de las Naciones Unidas (DIESAP).
El punto de contacto es el Director de la División de Población del DIESAP;
No de fax (1 212) 963 2147.
7. Información suplementaria
DIESAP. World Urbanization Prospects: The 1994
Revision. División de Población. Publicación de las Naciones Unidas, No
de venta E.95.XIII.12. Nueva York, 1995.
DIESAP. 1993 Demographic Yearbook. División de Estadística.
Publicación de las Naciones Unidas, No de venta E/F.95.XIII.1.
1995.
SUPERFICIE Y
POBLACIÓN DE LOS ASENTAMIENTOS URBANOS
AUTORIZADOS Y NO AUTORIZADOS |
Social |
Capítulo 7 |
Estado |
1. Indicador
a) Nombre: Superficie y población de los
asentamientos urbanos autorizados y no autorizados.
b) Breve definición: Superficie
residencial urbana en kilómetros cuadrados ocupada por asentamientos
autorizados y no autorizados, y número de habitantes de dichos asentamientos.
c) Unidad de medida: km2, número de
habitantes.
2. Ubicación dentro del marco
a) Programa 21: Capítulo 7: Fomento del
desarrollo sostenible de los asentamientos humanos.
b) Tipo de indicador: Estado.
3. Significación (pertinencia para la adopción de
políticas)
a) Finalidad: Este indicador mide tanto el tamaño
de los asentamientos urbanos no autorizados como la densidad residencial de
los asentamientos autorizados y los no autorizados. Al centrarse en la
legalidad de los asentamientos humanos, mide la marginalidad de las
condiciones de vida.
b) Pertinencia para el desarrollo sostenible/no
sostenible: Los asentamientos que se caracterizan por la ilegalidad de la
tenencia de tierras y por la construcción de viviendas no autorizadas suelen
ser marginales y precarios, y no satisfacen las necesidades humanas básicas,
como la necesidad de una vivienda asequible. Afectan al desarrollo sostenible
de los asentamientos humanos, a la salud humana y al desarrollo socioeconómico.
Por lo general, los habitantes de los asentamientos
ilegales viven en un entorno inseguro y precario, carecen de servicios básicos,
no tienen derechos sobre la tierra que ocupan y no pueden reclamar en caso de
ser desalojados. Además, muchos asentamientos ilegales están ubicados en
tierras especialmente expuestas a los desastres naturales. Los asentamientos
no autorizados suelen tener una densidad de población mucho mayor que los
asentamientos autorizados, y sus condiciones de vida suponen una amenaza para
la salud humana.
c) Relación con otros indicadores: Este
indicador está estrechamente vinculado con varios otros indicadores socioeconómicos
y ambientales, tales como la tasa de crecimiento de la población urbana, las
pérdidas humanas y económicas debidas a desastres naturales, el acceso a un
sistema de saneamiento adecuado, la atención primaria a la salud, la tasa de
mortalidad infantil, el gasto en infraestructura, y el uso de la tierra.
d) Objetivos: No se han fijado objetivos
internacionales para este indicador.
e) Convenios y acuerdos internacionales: No se
aplica (véase el apartado d) de la sección 3 supra).
4. Descripción de la metodología y definiciones en
que se basa
a) Definiciones y conceptos básicos: Los
asentamientos no autorizados son: i) zonas residenciales en las que se ha
construido un grupo de viviendas en tierras sobre las que los habitantes no
tienen derechos legales, o que ocupan ilegalmente; ii) asentamientos y zonas
no planificados en los que las viviendas no cumplen las normas de planificación
y construcción en vigor (viviendas no autorizadas). Los asentamientos
autorizados son los ubicados en suelo clasificado como urbanizable en los
planos maestros de la ciudad o integrados por viviendas autorizadas.
b) Métodos de medición: El número de familias
y de habitantes que viven en asentamientos no autorizados suele medirse en los
censos. La superficie de esos asentamientos puede evaluarse mediante fotografías
aéreas o mapas del uso de la tierra. Este indicador no abarca las viviendas
que se han legalizado ni las construidas en solares respecto de los cuales se
han concedido títulos de propiedad o permisos de arrendamiento u ocupación.
Sólo abarca las viviendas construidas en terrenos ocupados ilegalmente y/o
las viviendas que no cumplen las normas en vigor. Siempre que sea viable, la
interpretación y el significado de este indicador deben apoyarse en la
comparación de la superficie y la población de los asentamientos no
autorizados con el total de la superficie y la población urbanas.
c) El indicador dentro del marco de
impulso-estado-reacción: Se trata de un indicador de estado que refleja
la consecuencia más grave del crecimiento demográfico no planificado ni
sostenible en los asentamientos humanos.
d) Limitaciones del indicador: El carácter efímero
y la inexistencia de una definición operacional aceptable para este indicador
limitan su utilidad, especialmente por lo que respecta al análisis de las
tendencias. El marco jurídico de los asentamientos en el que se basa este
indicador difiere de un país a otro. Las viviendas no autorizadas no quedan
registradas en las estadísticas oficiales, por lo que la medición de los
asentamientos no autorizados carece de precisión. Pueden obtenerse datos
procedentes de estudios específicos, aunque ello resulta difícil y la
calidad de la información es variable. El caso de las personas sin hogar, que
es uno de los síntomas extremos de la falta de idoneidad de los asentamientos
humanos, no se tiene en cuenta en este indicador y, de hecho, la existencia de
asentamientos no autorizados puede reducir el número de personas sin hogar.
Este indicador no abarca los asentamientos no autorizados en las zonas rurales.
e) Otras posibles definiciones: Se han formulado
muchos conceptos cuya finalidad es medir la marginalidad de los asentamientos
humanos: asentamientos no planificados, asentamientos de ocupantes ilegales,
asentamientos marginales, asentamientos no convencionales, asentamientos de
estructuras no permanentes, viviendas reglamentarias, viviendas inadecuadas,
barrios de tugurios, etc. Las "residencias no convencionales" son
uno de los conceptos más comunes, y se definen por el número de viviendas
ocupadas por unidades familiares que se consideran inadecuadas para ser
ocupadas por seres humanos. El tipo de construcción (permanente,
semipermanente, no permanente) que describe las estructuras de construcción
en las que viven familias es otro concepto común, aunque los criterios varían
considerablemente según los países. A modo de alternativa, podría tratarse
de incluir en este indicador los asentamientos no autorizados en zonas rurales.
Ello daría al indicador un carácter más general, aunque le impediría
centrarse en las zonas urbanas.
5. Evaluación de la disponibilidad de datos de
fuentes nacionales e internacionales
a) Datos necesarios para determinar el indicador:
Superficie y población de los asentamientos no autorizados.
b) Disponibilidad de datos: En general, las
grandes ciudades afectadas por los asentamientos no autorizados recogen este
tipo de datos, de los que suele disponerse a nivel municipal. Sólo se dispone
esporádicamente de datos de ámbito nacional.
c) Fuentes de datos: Datos procedentes de
estudios realizados en el marco de investigaciones, datos censuales, y
fotografías aéreas.
6. Organismos que intervienen en la determinación
del indicador
El organismo principal es el Centro de las Naciones
Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat). El punto de contacto es el
Director de la Oficina de Coordinación de los Programas de Hábitat; No
de fax (254 2) 624 266.
7. Información suplementaria
Banco Mundial. Housing: Enabling Markets to Work. A
World Bank Policy Paper. Banco Mundial, Washington, D.C., 1993.
CNUAH (Hábitat) y Banco Mundial. El Programa de
Indicadores de Vivienda. Informe del Director Ejecutivo (volumen I). CNUAH,
Nairobi, 1993.
CNUAH (Hábitat). Monitoring the Shelter Sector. Examen
de los indicadores de vivienda. CNUAH, Nairobi, 1995.
SUPERFICIE ÚTIL
POR PERSONA |
Social |
Capítulo 7 |
Estado |
1. Indicador
a) Nombre: Superficie útil por persona.
b) Breve definición: Espacio habitable
medio por persona.
c) Unidad de medida: m2.
2. Ubicación dentro del marco
a) Programa 21: Capítulo 7: Fomento del
desarrollo sostenible de los asentamientos humanos.
b) Tipo de indicador: Estado.
3. Significación (pertinencia para la adopción de
políticas)
a) Finalidad: Se trata de un indicador básico
de la calidad de la vivienda, que mide la suficiencia del espacio habitable en
las viviendas. Si el indicador presenta un valor bajo, es indicio de
hacinamiento.
b) Pertinencia para el desarrollo sostenible/no
sostenible: Este indicador es fundamental para medir la idoneidad de la
vivienda para satisfacer las necesidades humanas básicas. En muchas partes
del mundo las condiciones de los asentamientos humanos se están deteriorando
como resultado principalmente del bajo nivel de inversión, aunque se ha
observado que la inversión en ese sector atrae otras inversiones públicas y
privadas. La política de vivienda, especialmente en las zonas urbanas, afecta
considerablemente a las condiciones de vida de la población. En los
asentamientos de bajos ingresos, la escasez de espacio por persona puede
propiciar determinadas categorías de enfermedades.
c) Relación con otros indicadores: Este
indicador está estrechamente relacionado con varios otros indicadores
socioeconómicos, como la densidad de población, la tasa de crecimiento de la
población urbana, la superficie y la población de los asentamientos no
autorizados, y el gasto en infraestructura por habitante, y se debería
examinar conjuntamente con ellos.
d) Objetivos: No se han establecido objetivos
para este indicador.
e) Convenios y acuerdos internacionales: Este
indicador es uno de los diez indicadores básicos de vivienda aprobados por la
Comisión de Asentamientos Humanos (resolución 14/13), que deben reunirse en
todos los países y en varias ciudades de cada país, para evaluar los
progresos en el logro de los objetivos de la Estrategia Mundial de la Vivienda.
Los países deben utilizar los indicadores como base para preparar los
informes que presentarán a la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas
sobre los Asentamientos Humanos.
4. Descripción de la metodología y definiciones en
que se basa
a) Definiciones y conceptos básicos: La
superficie útil debe incluir todo el espacio habitable, así como los cuartos
de baño, los pasillos y los armarios. Los espacios cubiertos semiprivados,
tales como corredores, patios o terrazas deben incluirse en el cálculo si son
utilizados por la familia para cocinar, comer, dormir u otras actividades domésticas.
La superficie útil se refiere a cada vivienda, definida como lugar separado e
independiente de residencia destinado a ser ocupado por una familia en el
momento del censo o de otro tipo de encuesta.
b) Métodos de medición: La superficie media útil
de cada unidad debe dividirse por el tamaño medio de las unidades familiares.
Pueden utilizarse los datos procedentes de las encuestas a domicilio o de un
censo reciente. Si no se dispone de datos mejores, puede utilizarse, a modo de
aproximación, la superficie útil de las viviendas de precio medio, aunque la
estimación puede no ser exacta. Si no se puede establecer el punto medio,
debe hacerse constar el promedio.
c) El indicador dentro del marco de
impulso-estado-reacción: Este indicador mide la calidad de la vivienda,
como resultado de la oferta y la demanda, determinada por el marco general de
la política en vigor en esa esfera. Se trata de un indicador de estado dentro
del marco de impulso-estado-reacción.
d) Limitaciones del indicador: Los resultados de
este indicador pueden variar considerablemente según se recojan a nivel de
los municipios, a nivel nacional, o a nivel urbano/rural, dadas las
diferencias en la disponibilidad del suelo y los tipos de asentamientos
humanos y de actividades. En particular, es probable que en los asentamientos
no autorizados se disponga de mucho menos espacio por persona, ya que se trata
de grupos desfavorecidos. Es preciso recoger datos a diversos niveles para
disponer de una visión general de este resultado específico del sector de la
vivienda. Aunque la calidad y el tamaño de la vivienda suelen estar
relacionados, no es éste siempre el caso, y la superficie útil por persona
puede no ofrecer una visión completa de las condiciones de vida. Existen
valores culturales que influyen en la sensibilidad al hacinamiento. Por esos
motivos, la interpretación de este indicador resulta difícil y debe
completarse con otros indicadores conexos (véase al apartado c) de la sección
3 supra).
e) Otras posibles definiciones: Se han reunido
datos sobre otras medidas del hacinamiento, que se han recogido en los
compendios estadísticos internacionales. Las dos medidas más comunes son el
número de personas por habitación y el número de unidades familiares por
vivienda, incluidas ambas en los datos recogidos durante la primera fase del
Programa de Indicadores de Vivienda (CNUAH, Banco Mundial, 1992). Los estudios
han demostrado que la superficie útil por persona es un indicador más
preciso y sensible a la influencia de las políticas en esa esfera que los
otros dos. Hábitat, el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos
Humanos (CNUAH) ha desarrollado y puesto a prueba una serie de indicadores del
hacinamiento en los asentamientos de bajos ingresos. Entre ellos figuran el
porcentaje de viviendas en más de una unidad familiar, el espacio por persona
dentro de la vivienda, el porcentaje de viviendas con más de tres personas
por habitación, el número de unidades familiares por edificio y por vivienda,
y el número de personas por edificio.
5. Evaluación de la disponibilidad de datos de
fuentes nacionales e internacionales
a) Datos necesarios para determinar el indicador:
Superficie útil media de las viviendas; promedio de personas por unidad
familiar.
b) Disponibilidad de datos: Normalmente se
dispone de datos a nivel de los países. En 1992 se recogieron datos sobre 52
países (una ciudad por país) en el marco del Programa de Indicadores de los
Resultados Obtenidos en el Sector de la Vivienda (CNUAH, Banco Mundial). El
Programa de Indicadores del CNUAH está recogiendo estos datos a nivel mundial
en el marco de los preparativos para la Conferencia Hábitat II. Se ha
preparado una serie detallada de indicadores del hacinamiento y se han
recogido datos sobre Yakarta (Indonesia), Bissau (Guinea Bissau), y Accra
(Ghana).
c) Fuentes de datos: Entre las principales
fuentes de datos figuran los censos y las encuestas por muestreo a domicilio.
El indicador se publica en el informe del Programa de Indicadores de Vivienda
mencionado en la sección 7 infra.
6. Organismos que intervienen en la determinación
del indicador
a) Organismo principal: El organismo principal
es el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat).
El punto de contacto es el Director de la Oficina de Coordinación de los
Programas del CNUAH; No de fax (254 2) 624 266.
b) Otras organizaciones: Banco Mundial.
7. Información suplementaria
Banco Mundial. Housing: Enabling Markets to Work. Banco
Mundial, Washington, D.C., 1993 (A World Bank Policy Paper).
CNUAH (Hábitat), Banco Mundial. El Programa de
Indicadores de Vivienda. Informe del Director Ejecutivo (volumen I). CNUAH,
Nairobi, 1993.
CNUAH (Hábitat). Monitoring the Shelter Sector. Examen
de los indicadores de vivienda. CNUAH, Nairobi, 1995.
CNUAH (Hábitat). Human Settlement, Interventions
Addressing Crowding and Health Issues. CNUAH, Nairobi, 1995.
RELACIÓN ENTRE EL
PRECIO DE LA VIVIENDA Y EL INGRESO |
Social |
Capítulo 7 |
Estado |
1. Indicador
a) Nombre: Relación entre el precio de
la vivienda y el ingreso.
b) Breve definición: Relación entre el
precio medio de una vivienda en el mercado libre y el ingreso medio anual por
unidad familiar.
c) Unidad de medida: Relación.
2. Ubicación dentro del marco
a) Programa 21: Capítulo 7: Fomento del
desarrollo sostenible de los asentamientos humanos.
b) Tipo de indicador: Estado.
3. Significación (pertinencia para la adopción de
políticas)
a) Finalidad: Este indicador constituye una
medida clave de la asequibilidad de la vivienda, y proporciona información
sobre la situación general de los mercados de la vivienda, así como datos
importantes sobre varias disfunciones de dicho mercado, que indican diversas
deficiencias en la política.
b) Pertinencia para el desarrollo sostenible/no
sostenible: Este indicador es fundamental para medir la sostenibilidad de
los asentamientos humanos determinando la asequibilidad de la vivienda, y, por
consiguiente, la repercusión de las fuerzas del mercado y de las políticas
de vivienda en las condiciones de vida de la población. La política
gubernamental relativa al uso de la tierra influye considerablemente en este
indicador, que es especialmente pertinente para las zonas urbanas.
c) Relación con otros indicadores: Este
indicador está estrechamente relacionado con varios otros indicadores
socioeconómicos de impulso y reacción. Entre ellos figuran el gasto en
infraestructura por habitante, el porcentaje de la población que vive en
zonas urbanas, el crecimiento de la población urbana, la densidad de población,
y la superficie y la población de los asentamientos no autorizados.
d) Objetivos: En los acuerdos internacionales no
se han fijado objetivos específicos para este indicador a nivel nacional y
mundial.
e) Convenios y acuerdos internacionales: Este
indicador es uno de los diez indicadores básicos de vivienda aprobados por la
Comisión de Asentamientos Humanos (resolución 14/13), que deben reunirse en
todos los países y en varias ciudades de cada país para evaluar los
progresos en el logro de los objetivos de la Estrategia Mundial de la Vivienda.
Los países deben utilizar estos indicadores como base para los informes que
han de presentar a la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre los
Asentamientos Humanos (Hábitat II).
4. Descripción de la metodología y definiciones en
que se basa
a) Definiciones y conceptos básicos: Se requieren
dos medidas intermedias: el precio medio de la vivienda y el ingreso anual
medio por unidad familiar.
i) Ingreso medio por unidad familiar: El ingreso por
unidad familiar se define como el ingreso bruto procedente de todas las
fuentes, incluidos salarios, sueldos, ingresos derivados de actividades
comerciales o de actividades del sector no estructurado, ingresos de la
inversión y, cuando se dispone de información, ingresos en especie, tales
como el consumo de productos agropecuarios que podrían haberse vendido.
ii) Precio medio de la vivienda: Se entiende por
vivienda de precio medio aquella cuyo precio es superior al del 50% de las
viviendas e inferior al del otro 50%. El valor de la vivienda se define como
el precio al que la vendería una persona a la que no urgiera su venta, si la
tuviera en el mercado durante un plazo de tiempo razonable.
b) Métodos de medición: Se han propuesto los
siguientes métodos para calcular el ingreso de las unidades familiares y el
precio medio de la vivienda.
Muchos países disponen de encuestas a domicilio
recientes que contienen información sobre el ingreso medio de las unidades
familiares o sus gastos, que pueden utilizarse directamente. Si resultan más
fáciles de obtener, pueden utilizarse los datos sobre gastos en lugar de los
datos sobre ingresos para calcular estos últimos. De hecho, en el caso de las
unidades familiares de ingresos más bajos o en los casos en los que se oculta
sistemáticamente el nivel de ingresos, los gastos pueden permitir determinar
el ingreso real mejor que los ingresos declarados. A menudo resultan más fáciles
de obtener estimaciones recientes sobre el promedio de ingresos por unidad
familiar, aunque resulta menos idóneo (por ejemplo, dividiendo los ingresos
de las unidades familiares o los gastos de las unidades familiares recogidos
en las cuentas nacionales por el número de unidades familiares).
Si se dispone de una encuesta en la que figure el
ingreso medio y el promedio de los ingresos, pero que esté demasiado
anticuada para permitir un cálculo fiable del ingreso de las unidades
familiares, puede utilizarse la relación entre el ingreso medio y el promedio
de los ingresos para obtener un nuevo ingreso medio, porque la distribución
del ingreso no cambia tan deprisa como el propio ingreso.
Al calcular el precio de la vivienda de precio medio
deben incluirse todas las viviendas, nuevas y usadas, autorizadas y no
autorizadas. Si, por ejemplo, la mayoría de las viviendas son viviendas no
autorizadas, y esas viviendas suelen ser más baratas que las viviendas
autorizadas, cabe suponer que la vivienda de precio medio se encuentre dentro
del grupo de viviendas no autorizadas. En el caso de los bloques de
apartamentos o de las viviendas para varias familias que suelen venderse como
un solo edificio, el valor de una vivienda debería calcularse prorrateando el
precio total de venta. Este es especialmente el caso en los países de África,
en los que la mayoría de las viviendas corresponden a este tipo.
El precio medio puede calcularse aplicando los
siguientes métodos.
i) Método 1: Cuando el sector no autorizado es pequeño
y los datos son fiables, el precio medio de la vivienda puede determinarse
directamente a partir de las cifras de ventas (autorizadas) publicadas o a
partir de las encuestas más recientes.
ii) Método 2: Si se dispone de un promedio reciente de
los precios, éste puede convertirse en el precio medio aplicando la relación
precio medio/promedio de precios de una encuesta anterior. En muchos de los
estudios realizados sobre el mercado de la vivienda en países en desarrollo,
se ha llegado a la conclusión de que el precio medio suele situarse alrededor
del 70% del promedio. Esta cifra es superior cuando la distribución de la
vivienda es más igualitaria e inferior cuando es más desigual.
iii) Método 3: Si no se dispone de datos directos, es
necesario calcular los precios de cada submercado. Se calcula el porcentaje de
todas las viviendas y la gama de precios por unidad. A continuación hay que
calcular el promedio utilizando un gráfico que represente los diferentes
submercados. En algunos casos, las gamas de precios de varios tipos distintos
de vivienda pueden superponerse alrededor del precio medio, de manera que la
vivienda de precio medio puede pertenecer a cualquiera de esos tipos.
c) El indicador dentro del marco de
impulso-estado-reacción: Este indicador mide la asequibilidad de la
vivienda, resultante de la oferta y la demanda y determinada por el marco
general de política en esa esfera. Se trata de un indicador de estado dentro
del marco de impulso-estado-reacción.
d) Limitaciones del indicador: Los resultados de
este indicador pueden variar considerablemente según se recojan a nivel
municipal, nacional, o urbano/rural, dadas las diferencias en la
disponibilidad del suelo y en los tipos de asentamientos humanos y actividades.
Aunque el precio medio de la vivienda es más indicativo de la asequibilidad
general de la vivienda que el promedio de los precios, algunos subgrupos de
población pueden encontrar la vivienda mucho menos asequible que la media.
Además, aunque los alquileres suelen reflejar el precio de la vivienda,
pueden ser más o menos asequibles de lo que muestra este indicador, pues
dependen de la reglamentación del mercado de alquiler y de la disponibilidad
de viviendas en ese régimen. Es preciso recoger datos a varios niveles a fin
de disponer de una visión general de la asequibilidad de la vivienda. En
algunos países, como China, no existe un mercado oficial de la vivienda, por
lo que es difícil calcular un valor significativo para este indicador.
Este indicador no refleja la influencia de los mercados
financieros. Es una medida de lo que se pagará en el mercado, más que de lo
que cuesta construir una vivienda.
e) Otras posibles definiciones: Otra medida
clave y complementaria de la asequibilidad de la vivienda es la relación
entre los alquileres y los ingresos, definida como relación entre el alquiler
medio anual de una vivienda y el ingreso medio anual de sus inquilinos. Este
dato puede ser importante en algunos países y ciudades en los que es común
residir en una vivienda de alquiler.
5. Evaluación de la disponibilidad de datos de
fuentes nacionales e internacionales
a) Datos necesarios para determinar el indicador:
Ingreso medio por unidad familiar; precio medio de la vivienda.
b) Disponibilidad de datos: En general se
dispone de datos fiables sobre muchos países. El ingreso medio por unidad
familiar puede obtenerse de las encuestas a domicilio, y el precio medio de la
vivienda puede calcularse sobre la base de estudios de mercado. Las
estimaciones efectuadas a partir de respuestas a encuestas suelen corresponder
a los valores reales del mercado. En 1992 se reunieron datos relativos a este
indicador en 53 países (una ciudad por país) en el marco del Programa de
Indicadores de los Resultados Obtenidos en el Sector de la Vivienda (CNUAH,
Banco Mundial). El Programa de Indicadores de Vivienda del Centro de las
Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (CNUAH) está recogiendo estos
datos a nivel mundial en el marco de los preparativos de la Conferencia Hábitat
II.
c) Fuentes de datos: Existen fuentes de datos básicos
en las distintas zonas urbanas. Este indicador se publica en el informe del
Programa de Indicadores de Vivienda que figura en la sección 7 infra.
6. Organismos que intervienen en la determinación
del indicador
a) Organismo principal: El organismo principal
es el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat).
El punto de contacto es el Director de la Oficina de Coordinación de los
Programas del CNUAH; No de fax (254 2) 624 266.
b) Otras organizaciones: Banco Mundial.
7. Información suplementaria
Banco Mundial. Housing: Enabling Markets to Work. A
World Bank Policy Paper. Washington, D.C., 1993
CNUAH (Hábitat), Banco Mundial. El Programa de
Indicadores de Vivienda. Informe del Director Ejecutivo (volumen I). CNUAH,
Nairobi, 1993.
CNUAH (Hábitat). Monitoring the Shelter Sector. Examen
de los indicadores de vivienda. CNUAH, Nairobi, 1995.
GASTO EN
INFRAESTRUCTURA POR HABITANTE |
Social |
Capítulo 7 |
Reacción |
1. Indicador
a) Nombre: Gasto en infraestructura por
habitante.
b) Breve definición: Gasto por habitante
en dólares EE.UU. de todos los niveles de la administración pública,
incluidos servicios y empresas de propiedad pública, en servicios de
infraestructura urbana en el año en curso.
c) Unidad de medida: Dólares EE.UU.
2. Ubicación dentro del marco
a) Programa 21: Capítulo 7: Fomento del
desarrollo sostenible de los asentamientos humanos.
b) Tipo de indicador: Reacción.
3. Significación (pertinencia para la adopción de
políticas)
a) Finalidad: Este indicador mide la participación
de los distintos niveles de la administración pública y del sector privado
en la creación, la mejora y el mantenimiento de infraestructuras. Se trata de
una medida clave del suministro de servicios básicos, incluida la vivienda, a
la población.
b) Pertinencia para el desarrollo sostenible/no
sostenible: La infraestructura es uno de los principales indicadores para
vigilar los progresos en el ámbito de la Estrategia Mundial de la Vivienda
hasta el Año 2000, que promueve un cambio fundamental en la función del
gobierno en el ámbito de la vivienda, de tratar de proporcionar vivienda
directamente a ejercer una función de habilitación que facilite, fomente y
apoye las actividades del sector privado, tanto estructurado como no
estructurado. La estrategia de habilitación es la base del enfoque sostenible
a largo plazo de la gestión de los asentamientos humanos.
El gasto total en infraestructura está estrechamente
vinculado al desarrollo de nuevas tierras y a la construcción, así como a la
mejora del acceso de las unidades familiares a los servicios. Un bajo nivel de
gasto en infraestructura da lugar a estrangulamientos en la oferta de suelo y,
por consiguiente, a la subida de los precios del suelo y la vivienda. Asimismo,
es causa de deficiencias en el suministro de servicios municipales, como el
suministro de agua, el alcantarillado, el avenamiento, la electricidad, y los
servicios de transporte, todos los cuales pueden afectar a la calidad de la
vivienda y al acceso a ella.
c) Relación con otros indicadores: El
desarrollo de las infraestructuras impulsa el sector de la vivienda y la hace
más asequible. Está estrechamente relacionado con otros indicadores
socioeconómicos y ambientales, especialmente los relacionados con los
asentamientos humanos, como la relación entre el precio de la vivienda y el
ingreso, los cambios en el uso de la tierra, el consumo de combustible para
transporte, la superficie de los asentamientos no autorizados, el acceso a un
saneamiento adecuado, y la tasa de mortalidad infantil.
d) Objetivos: Los acuerdos internacionales no
han fijado objetivos específicos para este indicador a nivel nacional y
mundial.
e) Convenios y acuerdos internacionales: Este
indicador es uno de los diez indicadores básicos de vivienda aprobados por la
Comisión de Asentamientos Humanos (resolución 14/13), que deben reunirse en
todos los países y en varias ciudades de cada país, a fin de evaluar los
progresos en el logro de los objetivos de la Estrategia Mundial de la Vivienda.
Los países deben utilizar los indicadores como base de los informes que habrán
de presentar a la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre los
Asentamientos Humanos (Hábitat II).
4. Descripción de la metodología y definiciones en
que se basa
a) Definiciones y conceptos básicos: Los gastos
en infraestructura comprenden los gastos de funcionamiento, mantenimiento y
capital en infraestructuras físicas tales como calzadas urbanas,
ferrocarriles, alcantarillado, sistema de avenamiento, suministro de agua,
electricidad y recogida de basuras, pero no los gastos en infraestructuras
sociales, como los gastos en las esferas de la salud y la educación.
b) Métodos de medición: Los gastos en
infraestructura comprenden tres elementos principales, los gastos de capital (costos
de construcción), los gastos ordinarios (funcionamiento, mantenimiento,
salarios, etc.), y los gastos por servicio del capital (servicio de la deuda y
depreciación). Si en el año anterior se han producido unos gastos de capital
extraordinariamente elevados sobre los que se dispone de cifras, no deben
incluirse en el indicador. Sólo debe considerarse gasto del año en curso la
depreciación del primer año. Sólo se deben contabilizar como gastos los
desembolsos o las transferencias reales. Si las deudas (por ejemplo, al
gobierno central) no se pagan efectivamente, o si los pagos por depreciación
no se transfieren efectivamente a un fondo de amortización, no deben
contabilizarse como gastos.
c) El indicador dentro del marco de
impulso-estado-reacción: El gasto en infraestructura es una medida
fundamental de la gestión de los asentamientos humanos, dado que la
infraestructura constituye el principal insumo para el desarrollo y la mejora
del suelo y de la vivienda. Se trata de un indicador de reacción a las
deficiencias del desarrollo del suelo y, por consiguiente, de la construcción
de vivienda, cuya finalidad es atender a la creciente demanda de la población.
d) Limitaciones del indicador: La metodología
de este indicador requiere que se siga trabajando, por ejemplo, en la definición
del alcance de las infraestructuras que se han de incluir, y en el tratamiento
de los pagos de intereses y la depreciación. La interpretación y el
significado de este indicador varían considerablemente en función de los países
y las regiones geográficas.
En muchos países, el gasto en infraestructura está
destinado a determinadas zonas de la ciudad y a grupos específicos de población.
Los datos agregados correspondientes a toda la ciudad no indican cuáles son
los beneficiarios reales del gasto en infraestructura. Por otra parte, los
gastos sectoriales en distintas categorías de infraestructuras pueden tener
repercusiones muy distintas en la sostenibilidad.
e) Otras posibles definiciones: Habida cuenta de
las limitaciones examinadas anteriormente, puede resultar aconsejable estudiar
la posibilidad de adoptar una definición más básica de infraestructura que
incluya, por ejemplo, el suministro de agua, la recogida y el tratamiento de
aguas residuales, la red de carreteras, las comunicaciones, y las escuelas. No
obstante, ello puede incrementar la superposición con otros indicadores ya
existentes, más desagregados, tales como el suministro de agua y los
servicios de saneamiento.
5. Evaluación de la disponibilidad de datos de
fuentes nacionales e internacionales
a) Datos necesarios para determinar el indicador:
Gastos de capital (costos de construcción), gastos ordinarios (funcionamiento,
mantenimiento, sueldos, etc.), y pagos por servicio del capital (servicio de
la deuda y depreciación).
b) Disponibilidad de datos: En el marco del
Programa de Indicadores de los Resultados Obtenidos en el Sector de la
Vivienda realizado en 1992 (CNUAH, Banco Mundial), se ha recogido este
indicador en 44 países (una ciudad por país). El Programa de Indicadores de
Vivienda del Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (CNUAH)
está recogiendo estos datos a nivel mundial en el marco de los preparativos
de la Conferencia Hábitat II.
c) Fuentes de datos: Este indicador se obtiene a
partir de las cuentas de gastos de las administraciones locales y del gobierno
central, y de los principales organismos públicos. El informe del Programa de
Indicadores de Vivienda, que figura en la sección 7 infra, contiene datos
internacionales.
6. Organismos que intervienen en la determinación
del indicador
a) Organismo principal: El organismo principal
es el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat).
El punto de contacto es el Director de la Oficina de Coordinación de los
Programas, CNUAH; No de fax (254 2) 624 266.
b) Otras organizaciones: Banco Mundial.
7. Información suplementaria
Banco Mundial. Housing: Enabling Markets to Work. A
World Bank Policy Paper. Washington, D.C., 1993.
CNUAH (Hábitat), Banco Mundial. El Programa de
Indicadores de Vivienda. Informe del Director Ejecutivo (volumen I). CNUAH,
Nairobi, 1993.
CNUAH (Hábitat). Monitoring the Shelter Sector. Examen
de los indicadores de vivienda. CNUAH, Nairobi, 1995.
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