Memoria del Secretario General sobre la labor de la Organización
D. Promoción y protección de los derechos humanos
Los grupos minoritarios en Iraq son perseguidos por motivos religiosos y étnicos ahora que el país está una vez más sumido en el conflicto. En la foto, familias que huyeron de los combates en Mosul. ACNUR/S. Baldwin
En 2014 se cumple el vigésimo aniversario del genocidio en Rwanda. Al conmemorar uno de los episodios más oscuros de la historia de la humanidad, hemos de recordar nuestra responsabilidad colectiva de promover y proteger los derechos humanos en todo el mundo. En noviembre de 2013, renové el compromiso de la Secretaría, los fondos y los programas de las Naciones Unidas de cumplir con la responsabilidad que nos encomiendan la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad y la Asamblea General cada vez que existe el riesgo de que se produzcan violaciones graves de los derechos humanos a gran escala. Se trata del primer paso en la puesta en práctica de mi Plan de Acción «Los derechos primero» 
, que da prioridad en la labor de las Naciones Unidas para evitar futuros conflictos a una mejor preparación y prevención sistemáticas como medio de garantizar el respeto de los derechos humanos. El Plan de Acción reafirma la capital importancia de los derechos humanos para la labor de la Organización y confirma que haremos uso de toda la gama de mandatos a nuestra disposición para proteger a las personas en situación de riesgo.
El sistema de las Naciones Unidas ha hecho progresos en iniciativas normativas de gran envergadura orientadas a incorporar los derechos humanos en toda su labor. Celebro el llamamiento de la Asamblea General a que los derechos humanos se integren de manera efectiva en la agenda para el desarrollo después de 2015. La Organización ha seguido contribuyendo activamente a asegurar que en las deliberaciones al respecto se mantengan en un primer plano las dimensiones esenciales en materia de derechos humanos de la libertad para vivir sin temor y la libertad para vivir sin miseria.
Hemos seguido estableciendo y aplicando políticas que rigen la forma en que las Naciones Unidas llevan a cabo su actividad, como las políticas de diligencia debida en materia de derechos humanos y de verificación de antecedentes en materia de derechos humanos. Esta última tiene por objeto asegurar que las Naciones Unidas no seleccionen ni contraten para prestar servicios en la Secretaría a nadie que haya estado implicado en violaciones de los derechos humanos.
Los acontecimientos del último año en todo el mundo han constatado la necesidad de que los derechos humanos sean parte integral de todo lo que hacen las Naciones Unidas. El Consejo de Seguridad tuvo que responder a situaciones que afectaban a los derechos humanos en Malí, la República Árabe Siria, la República Centroafricana y Sudán del Sur, entre otros países. El Consejo de Derechos Humanos adoptó medidas para hacer frente a crisis de derechos humanos en todo el mundo, recibió a las comisiones de investigación sobre la República Árabe Siria y la República Popular Democrática de Corea, estableció una comisión de investigación sobre Eritrea y un procedimiento especial relativo a la República Centroafricana y solicitó una investigación sobre los hechos ocurridos en Sri Lanka durante el período investigado por la Comisión de Análisis de Experiencias y Reconciliación. Esos órganos encarnan la promesa de hacer oír la voz de las víctimas, contribuir a hacer que los responsables rindan cuentas de sus actos y emitir recomendaciones que ayuden a los gobiernos y a las partes en conflicto a cumplir con las obligaciones de derechos humanos. El Consejo de Derechos Humanos siguió recurriendo a los procedimientos especiales para seguir de cerca situaciones nacionales problemáticas y cuestiones temáticas de derechos humanos.
El segundo ciclo del mecanismo de examen periódico universal del Consejo de Derechos Humanos ha seguido registrando una participación del 100% por parte de los Estados Miembros, lo que reafirma su carácter universal. Teniendo en cuenta que el ciclo se centra en la aplicación, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en cooperación con los equipos de las Naciones Unidas en los países, ha facilitado el seguimiento de las recomendaciones por parte de los Estados Miembros proporcionándoles asesoramiento técnico y asistencia financiera. El diálogo entre los Estados Miembros en el seno del Consejo se ve enriquecido por la participación de agentes de la sociedad civil, que son un asociado indispensable del sistema de las Naciones Unidas. Me preocupan enormemente las denuncias de represalias contra personas que cooperan con los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas.
La resolución 68/268 de la Asamblea General constituye un gran paso adelante que mejorará el sistema de órganos creados en virtud de tratados de derechos humanos. Aunque no cabe duda de que los órganos creados en virtud de tratados proporcionan a los Estados partes orientación especializada sobre el cumplimiento de las obligaciones de derechos humanos y desempeñan una función crucial de alerta temprana, la enorme cantidad de informes de Estados partes sin estudiar que tienen acumulados limita su eficacia. Me complace informar de que, gracias principalmente a las economías derivadas de racionalizar el sistema vigente, se introducirán mejoras que, entre otras cosas, aumentarán la capacidad de los Estados para presentar informes.
La Organización ha perseverado en su afán por integrar los derechos humanos en toda su actividad. Se han reforzado las atribuciones de derechos humanos de los coordinadores residentes, se ha publicado una nueva nota orientativa sobre la conducta y las modalidades de trabajo de los equipos de las Naciones Unidas en los países en la que se aclaran las funciones y las responsabilidades relativas a los derechos humanos y se han desplegado más asesores de derechos humanos. En el último año, los oficiales de derechos humanos desplegados sobre el terreno han prestado asistencia técnica a los Estados Miembros y han creado capacidad nacional para promover la aplicación del estado de derechos obre el terreno. También han aportado datos cruciales para alertar a los Estados Miembros y a los órganos de las Naciones Unidas de posibles situaciones preocupantes. Esa función de alerta temprana es fundamental para que la Organización pueda adoptar medidas preventivas que eviten conflictos.
Lamentablemente, siguió habiendo personas que fueron objeto de violaciones graves y generalizadas de los derechos humanos. Mi Asesor Especial sobre la Prevención del Genocidio informó al Consejo de Seguridad sobre el riesgo de genocidio y otros crímenes atroces en la República Centroafricana y Sudán del Sur y siguió muy de cerca la evolución de la situación en Myanmar, la República Árabe Siria, la República Democrática del Congo, el Sudán y Ucrania. Mi Asesora Especial sobre la Responsabilidad de Proteger mantuvo un diálogo con los Estados Miembros sobre la promoción del principio de la responsabilidad de proteger y su integración en la labor de la Organización. En septiembre de 2013, el quinto diálogo interactivo oficioso de la Asamblea General sobre la responsabilidad de proteger se centró en las causas y la dinámica de los crímenes atroces y las medidas que pueden adoptar los Estados para prevenirlos. En abril de 2014, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 2150 (2014 ), relativa a la prevención del genocidio, en la que se reafirmaron los párrafos 138 y 139 del Documento Final de la Cumbre Mundial 2005, relativos a la responsabilidad de proteger a las poblaciones del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad.
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