Memoria del Secretario General sobre la labor de la Organización
A. Promoción del crecimiento económico sostenido y el desarrollo sostenible
Sentar las bases para el desarrollo sostenible es el mayor reto a que nos enfrentamos hoy en día como comunidad internacional. Sabemos lo que es preciso hacer: erradicar la pobreza extrema, proteger el planeta y favorecer un crecimiento económico inclusivo.
1. Acelerar los avances hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
Faltan tres años para que tenga lugar la primera prueba concreta de nuestra determinación: la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La comunidad internacional ha realizado avances importantes en muchos ámbitos, como la reducción de la pobreza en todo el mundo, el aumento del acceso de todos los niños a la enseñanza primaria, la reducción de la mortalidad materna e infantil, el mayor acceso al tratamiento del VIH, y la reducción de la población que vive en barrios marginales. Podemos incluso celebrar el logro de algunas metas mundiales antes de lo previsto; por ejemplo, actualmente el 89% de la población mundial tiene acceso a mejores fuentes de agua potable y el porcentaje de la población que vive en la pobreza extrema se ha reducido a la mitad en todo el mundo. Las condiciones de vida de más de 200 millones de habitantes de barrios marginales han mejorado, lo que representa el doble de la meta fijada para 2020, y la matrícula de las niñas en la enseñanza primaria ha igualado a la de los niños. La dedicación y la adopción activa de mejores políticas por parte de los gobiernos nacionales han sido factores fundamentales de los progresos que hemos presenciado.
Esos progresos, sin embargo, no han sido uniformes. Las desigualdades entre muchas poblaciones están aumentando, especialmente en Asia Meridional y el África Subsahariana. La inseguridad alimentaria y la desnutrición son frecuentes. Aunque el acceso a la atención sanitaria y la educación se esté ampliando, en muchas regiones la calidad de los servicios sigue siendo deficiente. Si bien se ha alcanzado la meta sobre acceso al agua potable en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los avances hacia las metas sobre saneamiento son muy escasos y en algunas zonas la calidad del agua ha empeorado. El año pasado, la asistencia oficial para el desarrollo disminuyó por primera vez en muchos años y la popularidad de las medidas de protección comercial es cada vez mayor.
En resumen, en este último tramo de la carrera hacia 2015, no debemos perder el impulso ni la concentración. A tal fin, la Organización ha venido acelerando su labor en apoyo de todos los Objetivos de Desarrollo del Milenio e intensificando los esfuerzos orientados a reforzar la resiliencia ante las conmociones climáticas, económicas y sociales. Entre las actividades cabe citar la adopción de iniciativas mundiales como Todas las mujeres, todos los niños 
; el Plan mundial para eliminar las nuevas infecciones infantiles con el VIH para 2015 y mantener con vida a las madres 
; la iniciativa SUN para el fomento de la nutrición ; las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional ; y la prestación de apoyo selectivo al desarrollo de la capacidad nacional como el Marco para acelerar el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio , y en esferas fundamentales como el mejoramiento de la recopilación y el análisis de estadísticas nacionales.
La reducción del riesgo de desastres es indispensable para que el desarrollo sea sostenible. Tras la aprobación de la resolución 66/199 de la Asamblea General, de 22 de diciembre de 2011, la Organización inició un proceso de formulación de un nuevo marco para la reducción del riesgo de desastres, que sustituirá en 2015 al Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015: Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres . Además, las Naciones Unidas movilizaron a las redes de parlamentarios, las autoridades gubernamentales locales y otros asociados con fines de concienciación.
Otro importante elemento reciente de la labor de la Organización ha sido la elaboración de mecanismos de rendición de cuentas que permiten supervisar el cumplimiento de los compromisos adquiridos sobre promoción de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Ello incluye la elaboración de un marco de aplicación integrada para ayudar a seguir los progresos en el cumplimiento de los compromisos de apoyo a la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el establecimiento con los Estados Miembros de una Comisión de Información y Rendición de Cuentas sobre la Salud Maternoinfantil que hace un seguimiento de los recursos y gestiona los resultados, y el establecimiento de un marco de vigilancia mundial y de metas voluntarias para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles.
Las Naciones Unidas han seguido realizando actividades centradas en el empoderamiento de la mujer para contribuir a los avances en todos los Objetivos de Desarrollo del Milenio. En 2010, los Estados Miembros establecieron la entidad ONU-Mujeres para que se encargara de dirigir, coordinar y promover la rendición de cuentas del sistema de las Naciones Unidas sobre la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer. En el último año, ONU-Mujeres ha centrado su labor en todos los aspectos de la igualdad entre los géneros, entre otras cosas promoviendo la participación política de las mujeres como votantes, candidatas y titulares de cargos políticos, especialmente en la región del Oriente Medio y África del Norte; y continuando con la campaña del Secretario General titulada «Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres».
2. Trazado de un nuevo rumbo en la Conferencia Río+20
Todas estas actividades recibieron un impulso renovado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20) en la que los Estados Miembros confirmaron su compromiso de seguir por la vía del desarrollo sostenible. Ello influirá en la forma en que la Organización y sus Miembros siguen avanzando, entre otras cosas en relación con los preparativos de la agenda de las Naciones Unidas para el desarrollo después de 2015.
La Conferencia marcó varios hitos importantes. En el documento final, titulado «El futuro que queremos» , los Estados Miembros convinieron en definir objetivos de desarrollo sostenible aplicables universalmente y pusieron en marcha un proceso para su elaboración. Según lo acordado en Río, esa labor se realizará en estrecha coordinación con los encargados de examinar la agenda para el desarrollo después de 2015, entre ellos el Grupo de Alto Nivel de Personas Eminentes sobre la Agenda para el Desarrollo después de 2015 establecido por el Secretario General, y tomará como base los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En Río, los Estados Miembros decidieron además establecer normas para la creación de un fondo verde inclusivo acompañado de apoyo técnico para ayudar a los países a adaptar las políticas relativas a una economía verde a sus circunstancias particulares. Además, la Conferencia puso en marcha un programa para el establecimiento de formas más variadas de medir los avances que complementen al producto interno bruto, y un marco decenal de programas sobre pautas de consumo y producción sostenibles. Asimismo, la Conferencia reconoció que los derechos humanos eran esenciales para el desarrollo sostenible.
Los dirigentes mundiales acordaron establecer un foro político intergubernamental y universal de alto nivel que reemplazará a la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible, y fortalecer el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Se comprometieron a iniciar un proceso intergubernamental bajo los auspicios de la Asamblea General, para estudiar opciones estratégicas de financiación del desarrollo sostenible. Me pidieron que presentara propuestas a la Asamblea General para el establecimiento de un mecanismo de facilitación que promoviera el desarrollo, la transferencia y la difusión de tecnologías limpias y ambientalmente racionales.
Además de esas decisiones, la Conferencia produjo múltiples compromisos voluntarios y catalizó la formación de una alianza mundial en torno al desarrollo sostenible con la sociedad civil, el sector privado y una variedad de grupos y organizaciones internacionales importantes. Por ejemplo, Río+20 galvanizó la reunión empresarial más grande jamás celebrada en apoyo de una gran Conferencia de las Naciones Unidas. Más de 1.000 ejecutivos procedentes de más de 100 países asistieron al Foro sobre sostenibilidad empresarial y prestaron su apoyo a cuestiones prioritarias, como la energía sostenible, el clima, el agua, los alimentos y el empoderamiento de la mujer.
3. La necesidad cada vez mayor de adoptar medidas sobre el cambio climático
Aunque el tema del cambio climático haya dejado de ocupar los titulares de los principales periódicos, especialmente desde la Conferencia de Durban, la crisis climática continúa. La Organización Meteorológica Mundial informa que las emisiones de carbono han llegado al nivel más alto de la historia y están aumentando. El Organismo Internacional de Energía Atómica nos ha advertido que sin un cambio decidido en la dirección de las políticas, el mundo quedará atrapado en un sistema energético inseguro, ineficiente y de altos niveles de emisiones de carbono. El cambio climático ya está produciendo efectos importantes en la población. La frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos han aumentado. En 2011, el Brasil sufrió las inundaciones con más víctimas mortales de su historia, y las inundaciones de Tailandia constituyeron la catástrofe natural más costosa ocurrida jamás en ese país. A nivel mundial, unos 106 millones de personas sufrieron inundaciones y otros 60 millones resultaron afectados por sequías.
En 2011 en Durban, el 17º período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático obtuvo tres resultados importantes. En primer lugar, logró la continuación del Protocolo de Kyoto. En segundo lugar, consolidó los planes de mitigación de 89 países hasta 2020. En tercer lugar, obtuvo el acuerdo de los Gobiernos para negociar un marco jurídico futuro antes de 2015 que abarque en forma ecuánime a todos los países del mundo.
Es evidente que la comunidad internacional debe acometer de frente la difícil tarea de conciliar la mitigación del cambio climático y la adaptación a este con el apoyo a las prioridades de crecimiento de los países en desarrollo. Para lograrlo, debe movilizar una cantidad de recursos financieros y tecnológicos muy superior a los niveles históricos, especialmente para los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo, que se cuentan entre los grupos de países más afectados y vulnerables. Los gobiernos han puesto en marcha el Fondo Verde para el Clima y están finalizando los arreglos para el establecimiento del Mecanismo Tecnológico de conformidad con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Se han establecido numerosas iniciativas encabezadas o apoyadas por la Organización y sus Estados Miembros. El sector privado está participando en actividades de mitigación y cada vez más también en actividades de adaptación.
Estoy firmemente decidido a colaborar con los Estados Miembros para obtener recursos y establecer, para 2015, un acuerdo mundial y vinculante acorde con la amenaza y los efectos del cambio climático, según lo convenido en Durban.
4. Energía sostenible para todos
La energía sostenible, es decir, una energía accesible, menos contaminante, más eficiente, y asequible, es esencial para el desarrollo sostenible, razón por la cual puse en marcha una iniciativa sobre Energía Sostenible para Todos. Fijé tres objetivos para esa alianza entre interesados múltiples, que si se persiguen simultáneamente, contribuirán a que el mundo siga una política energética más sostenible para 2030. Ellos son: a) garantizar el acceso universal a servicios de energía modernos; b) duplicar la tasa global de mejora de la eficiencia energética; y c) duplicar la proporción que representa la energía renovable dentro de la matriz energética mundial.
En abril, di a conocer mi Programa de Acción Mundial, que traza un camino para concretar esa visión en la práctica. El Programa ofrece como plataforma de reunión a las Naciones Unidas, donde los interesados de los países en desarrollo y los países desarrollados puedan movilizar compromisos audaces, fomentar nuevas asociaciones entre los sectores público y privado y financiar las importantes inversiones que se necesitan para cambiar los sistemas de energía del mundo. Ese es el modelo de asociación del futuro.
La iniciativa ya está produciendo efectos palpables. Más de 50 países en desarrollo se han unido a ella y otros siguen haciéndolo. Se han comprometido decenas de miles de millones de dólares en apoyo de los tres objetivos de la iniciativa. Se han catalizado cientos de medidas y compromisos. Más de mil millones de personas se beneficiarán con los compromisos públicos y privados adquiridos. Aliento a todos los interesados a que presten apoyo a esta labor de importancia fundamental.
5. La crisis mundial del empleo
La crisis económica reciente, sumada a la agitación en el Oriente Medio y África del Norte, ha llevado a la crisis mundial del empleo a ocupar un lugar de vanguardia dentro de la escena internacional. En muchas partes del mundo se observa un aumento de las tasas de desempleo, que afecta especialmente a los jóvenes. Según la Organización Internacional del Trabajo, los jóvenes tienen tres veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos, y más de 75 millones de jóvenes de todo el mundo están buscando trabajo. Estamos presenciando además una reducción de la calidad del empleo; el empleo a jornada parcial, el empleo temporal y el empleo informal han ido en aumento en comparación con el trabajo estable a jornada completa. Las Naciones Unidas trataron esta cuestión durante el examen ministerial anual del Consejo Económico y Social. En el debate temático y el diálogo de alto nivel sobre políticas se hizo hincapié en distintas opciones y estrategias normativas para promover empleos decentes y productivos habida cuenta del reducido margen de acción y de la necesidad de salvaguardar el medio ambiente. La Declaración Ministerial resultante (véase A/67/3/Rev.1 
, cap. IV.F) asignó un lugar prioritario al empleo pleno y productivo para todos, especialmente las mujeres y los jóvenes, en las estrategias de desarrollo nacionales y la agenda de las Naciones Unidas para el desarrollo.
En apoyo de esa agenda, la Organización seguirá elaborando programas y asistiendo a los Estados Miembros con políticas orientadas a estimular la creación de empleo.
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