Mensaje del Secretario General con motivo del Día de África
25 de mayo de 2015
Cada año, el Día de África nos da la oportunidad de celebrar los logros de África y reflexionar sobre sus problemas. Durante el último año, la atención estuvo dominada por la crisis del ébola que se extendió por África Occidental, cobrando por lo menos 11.000 vidas y amenazando con revertir logros sociales, económicos y políticos conseguidos a costa de grandes esfuerzos. Con gran coraje y determinación, y con el apoyo generoso de las naciones africanas y la comunidad internacional, los países afectados han realizado notables progresos para poner freno al brote de ébola. Tenemos ahora que redoblar esfuerzos para “reducir a cero y mantener en cero” el número de casos, reparar el daño infligido y fortalecer la resiliencia social e institucional en todo el continente. A fin de ayudar a movilizar el apoyo a esta importante tarea, convocaré una Conferencia Internacional sobre la Recuperación de los Efectos del Ébola, que se celebrará en julio en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
África sigue logrando constantes progresos económicos, sociales y políticos. En general, la economía del continente aumentó en aproximadamente el 4% en 2014, dando así lugar a uno de los períodos más prolongados de expansión económica positiva ininterrumpida en la historia de África. Como consecuencia de ello, cada año un número cada vez mayor de africanos han engrosado las filas de la clase media. Gracias a las inversiones en la educación, la salud y la infraestructura, las perspectivas de gran parte de África son halagüeñas.
El reto estriba en propagar esos beneficios del progreso de África de manera más amplia y profunda, especialmente entre las mujeres y las niñas, quienes representan el futuro de África. Si empoderamos a las mujeres, ayudamos a construir sociedades mejores, más equitativas y más prósperas. Encomio el compromiso de la Unión Africana con la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer, como parte de su Agenda 2063, y acojo con beneplácito la declaración de 2015 como año del empoderamiento de las mujeres en África.
A la vez que trabajamos para superar los obstáculos sociales, económicos, ambientales y culturales que enfrentan las mujeres y las niñas, reconozcamos también los logros alcanzados. África está a la cabeza del mundo en cuanto a la representación de las mujeres en los parlamentos y tiene uno de los índices más altos de participación de las mujeres en actividades empresariales. Inspirémonos en esos éxitos e intensifiquemos los esfuerzos dirigidos a brindar a las mujeres de África un mejor acceso a la educación, el trabajo y la atención de la salud, y, por esa vía, aceleremos la transformación de África. También hagamos más para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas y, al mismo tiempo, fortalecer su papel en todas las esferas, en particular la consolidación de la paz. A pesar de la disminución general del número de conflictos, demasiados africanos siguen experimentando conflictos violentos. Las mujeres y las niñas son las más afectadas y son a menudo objeto de violencia y abusos sexuales.
Sabemos que los conflictos se generan allí donde las personas sufren los efectos de la mala gobernanza, las violaciones de los derechos humanos, la exclusión y la pobreza. Por consiguiente, celebro la visión de África de construir, para 2063, un continente pacífico y próspero en el que se hayan arraigado y florezcan la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho, comenzando por el objetivo de silenciar todas las armas para 2020. Reafirmo el compromiso de las Naciones Unidas de colaborar con la Unión Africana, las Comunidades Económicas Regionales y los países africanos y sus ciudadanos para hacer realidad esa visión.
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