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Secretario General Ban Ki-Moon

Mensaje del Secretario General con ocasión del Día Mundial de la Diabetes

14 de noviembre de 2012

La diabetes es una de las enfermedades no transmisibles más comunes. Hay 350 millones de personas que padecen diabetes en todo el mundo —80% de las cuales viven en los países en desarrollo— y año a año la enfermedad se propaga cada vez más debido a la combinación del envejecimiento de las poblaciones y la globalización de los estilos de vida poco sanos.

A menos que se diagnostique y se trate en una etapa temprana, la diabetes puede dar lugar a graves problemas de salud. Cada año, más de tres millones de personas que han sufrido de diabetes mueren a causa de problemas tales como ataques cardíacos, derrames cerebrales e insuficiencia renal. Según la Organización Mundial de la Salud, las muertes relacionadas con la diabetes aumentarán en dos terceras partes para 2030.

La diabetes constituye un problema de desarrollo. Los pobres corren un riesgo desproporcionado de padecer esta enfermedad y a menudo las familias afectadas se hunden aún más en la pobreza como consecuencia de ella. La diabetes también supone una gran carga para los sistemas de salud nacionales y pone en peligro los progresos en materia de desarrollo logrados con tanto esfuerzo en los países de ingresos bajos y medianos, así como la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015.

Los gobiernos de todo el mundo están luchando para proteger a sus ciudadanos de los factores que aumentan el riesgo de contraer diabetes. Estos factores incluyen una dieta poco sana, la falta de actividad física y el consumo excesivo de alcohol. Muchos gobiernos también enfrentan problemas para proporcionar servicios esenciales de información sobre la diabetes y de tratamiento y atención a las personas que más los necesitan.

En septiembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció la diabetes y otras enfermedades no transmisibles como un problema en materia de salud y desarrollo de magnitud mundial y se comprometió a fortalecer su prevención y control. En la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2012, los gobiernos establecieron como nuevo objetivo reducir en un 25% la mortalidad prematura provocada por las enfermedades crónicas para 2025.

Podemos promover en gran medida este objetivo creando mayor conciencia acerca de la amenaza que plantea la diabetes. La actividad física y una dieta sana son recursos eficaces que todos los gobiernos deberían promover activamente. Se debería reforzar la atención primaria de la salud para diagnosticar y tratar la diabetes en una etapa temprana. Las empresas del sector de la salud podrían contribuir desarrollando medicamentos y tecnologías asequibles, tales como dispositivos de bajo costo para verificar los niveles de glucemia. Y las empresas, especialmente las que obtienen ganancias de la venta de alimentos procesados a los niños, podrían comprometerse a comercializar productos más sanos y sostenibles.

En este Día Mundial de la Diabetes, comprometámonos a redoblar los esfuerzos colectivos para prevenir la diabetes y mejorar la calidad de vida de todas las personas que padecen esta enfermedad, en particular los pobres y los desfavorecidos.