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Mensaje del Secretario General en el Día Internacional de la Alfabetización

8 de septiembre de 2011

La conmemoración que hacemos este año del Día Internacional de la Alfabetización bajo el lema de «La alfabetización y la paz» nos sirve de importante recordatorio de que las tareas tan críticas de prevenir la violencia, calmar las tensiones y poner fin a los conflictos exigen todas ellas que prestemos atención a este aspecto fundamental de la dignidad humana.

La alfabetización activa la capacidad de las personas de imaginar y crear un futuro más gratificante. Abre el camino hacia una mayor justicia, igualdad y progreso. La alfabetización puede ayudar a las sociedades a sanar heridas, además de impulsar procesos políticos y contribuir al bien común.

Pese a los progresos realizados, millones de personas, especialmente mujeres y niñas, siguen siendo analfabetas. En 2009, aproximadamente las dos terceras partes de los 793 millones de adultos analfabetos en el mundo eran mujeres. Ese mismo año, se encontraban sin poder ejercer su derecho a la educación unos 67 millones de niños en edad escolar y 72 millones de adolescentes.

Los costos son enormes. El analfabetismo exacerba los ciclos de pobreza, mala salud y penuria. Debilita a las comunidades y socava los procesos democráticos mediante la marginación y la exclusión. Estos y otros efectos pueden confluir para desestabilizar a las sociedades.

El Día Internacional de la Alfabetización nos ofrece una oportunidad para reafirmar nuestra adhesión al objetivo de asegurar que todas las personas puedan leer y escribir. De esta forma, reforzaremos la dignidad intrínseca de las personas e impulsaremos el objetivo universal de la paz.