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Mensaje del Secretario General con motivo del Día Mundial de la Diabetes

14 de noviembre de 2011

El Día Mundial de la Diabetes de este año se celebra en un momento en que la comunidad internacional adopta medidas para hacer frente a esta y otras enfermedades no transmisibles a un nivel sin precedentes.

Hace solamente dos meses, la Asamblea General de las Naciones Unidas celebró su primera Reunión de Alto Nivel sobre la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles, en la que se aprobó una enérgica Declaración Política que contenía compromisos con plazos determinados. Entre ellos figuraba la promesa de hacer posible que más personas accedieran a medicamentos de calidad para diagnosticar y tratar la diabetes para el año 2013.

En la Declaración Política también se instó al sector privado a hacer lo que le correspondía, sobre la base del octavo Objetivo de Desarrollo del Milenio, en el que se pide que se establezcan asociaciones con empresas farmacéuticas para proporcionar acceso a los medicamentos esenciales en los países en desarrollo a precios asequibles.

Hemos sido testigos de avances significativos en esa dirección. Una empresa ha adoptado un sistema de fijación de precios diferenciales para suministrar insulina genérica a los países menos adelantados, del que se han beneficiado hasta la fecha 36 Estados. No obstante, este mecanismo no es suficiente por sí solo para dar una respuesta adecuada. Debemos sumar más asociados. Y debemos abordar el problema que suponen la ineficiencia de los sistemas de distribución y la falta de fondos públicos suficientes para medicamentos.

El Día Mundial de la Diabetes es una oportunidad para promover la concienciación y demostrar a las personas que viven con diabetes que la comunidad internacional lucha de su lado. Ello es especialmente importante para los 277 millones de personas que viven con diabetes en los países en desarrollo. Con demasiada frecuencia, esta enfermedad afecta de manera especialmente grave a las personas más pobres y provoca ataques al corazón, derrames cerebrales, ceguera, amputaciones de miembros, insuficiencia renal y muerte prematura.

Pido a los gobiernos y las empresas farmacéuticas que den un sentido real a nuestras actividades de conmemoración mediante el desarrollo de estrategias conjuntas que sirvan para facilitar la disponibilidad de los medicamentos esenciales y hacerlos más asequibles en los países en desarrollo, especialmente para las personas más pobres que los necesitan.

Utilicemos el Día Mundial de la Diabetes para trabajar por que las personas de todo el mundo que viven con diabetes dispongan de los cuidados y el tratamiento que merecen.