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Mensaje del Secretario General con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis

24 de marzo de 2010

A medida que nos acercamos al año 2015, plazo fijado para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, tenemos buenas noticias de la lucha contra la tuberculosis. El mundo está en vías de reducir la propagación de esta enfermedad letal que se transmite por el aire, y siguen disminuyendo las muertes causadas por ella. Todo ello se ha logrado gracias al gran número de profesionales de la salud -gubernamentales y no gubernamentales-, defensores del paciente y demás personas que han ayudado a tratar y curar a 36 millones de personas desde 1995. De este modo, se han salvado alrededor de 6 millones de vidas. Ahora nuestro reto es mantener ese impulso.

Este año, el tema de la celebración del Día Mundial de la Tuberculosis es «En marcha contra la tuberculosis». Sin duda, la comunidad internacional está en marcha en varios frentes. Las comunidades afectadas están ahora mejor informadas sobre la tuberculosis, gracias a las campañas de sensibilización del público. La financiación de la lucha contra la tuberculosis sigue aumentando a través de mecanismos como el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria. El Mecanismo Internacional de Compra de Medicamentos (FIAM/UNITAID) apoya el suministro de medicamentos y la formulación de diagnósticos que se necesitan con urgencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece políticas innovadoras y coordina la asistencia técnica mientras la enfermedad sigue evolucionando. La campaña del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), cuyo objetivo es que la tuberculosis no provoque más muertes de personas que viven con el VIH, difunde más información acerca de esas epidemias interrelacionadas. La comunidad de investigadores ha abierto nuevas vías para diagnósticos, medicamentos y posibles vacunas, lo que supone un avance tras decenios de abandono.

Sin embargo, los avances no deberían desviar nuestra atención de los desafíos. Las cifras siguen siendo impresionantes. El pasado año, la tuberculosis se cobró 1,8 millones de vidas, lo que la sitúa en el segundo puesto de enfermedades contagiosas mortales entre los adultos en todo el mundo. La tuberculosis es una de las tres causas principales de la muerte de mujeres en edad reproductiva. Las tasas de nuevos casos de tuberculosis descienden en todas las regiones, pero no en todos los países. En general, el ritmo de disminución es mucho más lento de lo necesario. Las deficiencias en el control provocan un aumento en la tuberculosis polifarmacorresistente, cuyo tratamiento es mucho más costoso y complejo, y nos recuerdan el riesgo constante de sufrir nuevos reveses.

La comunidad internacional ha fijado el objetivo del acceso universal a los servicios de prevención y tratamiento de todas las formas de tuberculosis, en adultos y niños, y en las personas que viven con el VIH/SIDA. Hoy nadie debería morir a causa de la tuberculosis. En el Día Mundial de la Tuberculosis, sigamos «en marcha» en esta importante lucha.