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Mensaje del Secretario General con ocasión del
Dìa de Nelson Mandela

Nueva York, 18 de julio de 2010

Nelson Mandela es una figura imponente. Representa los valores más elevados de la humanidad y de las Naciones Unidas. Su vida, su fortaleza y su dignidad son un ejemplo para todos nosotros. Luchó contra sus opresores durante años, y luego los perdonó.

Tengo la gran suerte de haber conocido a Nelson Mandela. Como a muchos otros, me impresionó enormemente su carisma y su encanto. Pero lo que más me impresionó fue su humildad. Cuando intenté darle las gracias por la labor que había realizado en su vida, me contestó: «No fui yo». Y prefirió hablar sobre lo que habían hecho otras personas en la lucha por los derechos humanos y la dignidad.

Ese es solo uno de los motivos por los que Nelson Mandela constituye una fuente de inspiración para millones de personas. No contó con el respaldo del dinero ni del poder. Como nos recuerda constantemente, es un hombre normal. Pero ha conseguido cosas extraordinarias.

Los logros de Nelson Mandela tuvieron un precio enorme para él y para su familia. Su sacrificio sirvió no solo a la gente de su propio país, Sudáfrica, sino que hizo del mundo un lugar mejor para todas las personas, en todos los lugares. Hoy, en el primer Día Internacional de Nelson Mandela, le agradecemos todo lo que ha hecho por la libertad, la justicia y la democracia.

Él nos enseñó el camino, cambió el mundo y le estamos profundamente agradecidos.

Ban Ki-moon