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Mensaje del Secretario General con motivo del Día Internacional de la Democracia

15 de septiembre de 2010

Este año, el Día Internacional de la Democracia se celebra solo unos días antes de la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio organizada por las Naciones Unidas en Nueva York.

Al tiempo que los dirigentes del mundo se reúnen para impulsar mayores avances antes del plazo de 2015, disponemos de una importante oportunidad para subrayar la decisiva función que desempeña la democracia a la hora de reducir la pobreza y promover el bienestar humano.

En la Cumbre Mundial celebrada hace cinco años, todos los dirigentes mundiales convinieron en que la democracia, el desarrollo y los derechos humanos son interdependientes y se refuerzan entre sí. Y en la Declaración del Milenio de 2000, todos los gobiernos del mundo resolvieron no escatimar «esfuerzo alguno por promover la democracia y fortalecer el imperio del derecho y el respeto de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales internacionalmente reconocidos, incluido el derecho al desarrollo».

Elementos como la transparencia, la rendición de cuentas y una gobernanza receptiva son esenciales para que nuestra labor en favor del desarrollo se vea coronada por el éxito.

Mecanismos sólidos de control, una sociedad civil dinámica, el libre intercambio de información e ideas, la participación ciudadana -todos estos rasgos distintivos de la democracia son también ingredientes cruciales para generar crecimiento económico y garantizar la justicia social.

El avance de la democracia no es un proceso lineal ni irreversible. Recientemente, en numerosos lugares del mundo hemos presenciado cómo los logros en gobernanza democrática alcanzados con tanto esfuerzo se veían gravemente amenazados. En algunas sociedades, los defensores de la democracia y los activistas de la sociedad civil han debido hacer frente a nuevas medidas de confrontación. En otras, se ha subvertido, alterado o derrocado el orden constitucional, en ocasiones de forma violenta.

A todos debería preocuparnos este tipo de retrocesos, que no deben convertirse en una tendencia. Cualquier revés en los avances democráticos es un revés para el desarrollo. Éste tiene muchas más posibilidades de asentarse si los ciudadanos disponen de oportunidades reales de influir en su propia gobernanza y la ocasión de compartir los frutos del progreso.

Ello impone una responsabilidad a la comunidad internacional. Los pueblos de todo el mundo vuelven sus ojos a las Naciones Unidas para que contribuyan a proteger y fomentar la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho. Dirigen su mirada hacia nosotros para que cumplamos los compromisos que hemos contraído en la última década.

En este tercer Día Internacional de la Democracia, pido a los ciudadanos y los gobiernos de todo el mundo que conmemoren la jornada con actividades que destaquen su apoyo a la democracia. Reconozcamos que la gobernanza democrática es un anhelo que comparten y manifiestan gentes del todo el mundo. La democracia es un fin por derecho propio, y un medio indispensable para alcanzar el desarrollo de toda la humanidad. Hagamos que este mensaje se oiga en la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio y en todos los rincones del mundo.