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Mensaje del Secretario General

en el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud

2 de diciembre de 2010

La abolición de la trata trasatlántica de esclavos en el siglo XIX no supuso la erradicación de esta práctica a nivel mundial. Al contrario, se adoptaron otras formas que han persistido hasta hoy, entre ellas la servidumbre de la gleba, la servidumbre por deudas y el trabajo forzoso; la trata de mujeres y niños, la esclavitud doméstica y la prostitución forzada, incluso la prostitución de menores; la esclavitud sexual, el matrimonio forzoso y la venta de esposas; y el trabajo infantil y la servidumbre infantil.

Esta realidad obliga a la comunidad internacional a mantenerse alerta y redoblar sus esfuerzos por erradicar las manifestaciones contemporáneas de la esclavitud. La esclavitud moderna es un crimen, y quienes la cometan, toleren o faciliten deben ser llevados ante la justicia. Más aún, las víctimas y supervivientes tienen derecho a recurso y reparación.

La preocupación de la comunidad internacional por la situación de las personas que viven en condiciones de esclavitud se ha traducido en numerosos instrumentos jurídicos importantes, el más reciente de los cuales es el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que entró en vigor en 2003 como complemento de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional.

Jurisdicciones de todo el mundo han allanado el camino para seguir progresando en los procesos judiciales de reparación. La Corte Internacional de Justicia ha contribuido al reconocimiento de la esclavitud como crimen de lesa humanidad, y el derecho a la libertad frente a la esclavitud se considera tan fundamental que todos los países están facultados para llevar a los Estados transgresores ante la Corte. El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia ha formulado cargos de esclavitud como crimen de lesa humanidad por actos de violación y esclavitud, y la Corte de Justicia de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental dictaminó recientemente que la esclavitud es un crimen de lesa humanidad.

En este Día Internacional, insto a todos los Estados a que ratifiquen y apliquen los instrumentos jurídicos pertinentes y a que cooperen plenamente con la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de la esclavitud. Apelo además a todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas a que hagan contribuciones generosas al Fondo Fiduciario de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para Luchar contra las Formas Contemporáneas de la Esclavitud, que ha ayudado a miles de víctimas a recuperar la vida y la dignidad.