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El Secretario General
Discurso plenario "El Pacto Mundial y la creación de mercados sostenibles"
Foro Económico MundialDavos (Suiza)
29 de enero de 2009Excelencias,
Distinguidos Participantes,
Señoras y Señores,Es un placer para mí estar de nuevo con ustedes en Davos.
Ésta es mi segunda visita en calidad de Secretario General, y debo decir que el ánimo es muy distinto del espíritu optimista del pasado.
A este año lo he venido llamando el año de las múltiples crisis.
Las economías tienen problemas.
La confianza en las empresas y los mercados se ha debilitado.
En todas partes hay personas preocupadas por su empleo y que luchan por sobrevivir.
Sin embargo, en medio de estas dificultades, hay otra crisis que debemos enfrentar.
Se ha ido gestando durante años y tiene un alcance mundial.
El cambio climático amenaza todos nuestros objetivos de desarrollo y progreso social.
En realidad, es la única amenaza existencial verdadera contra el planeta.
Por otro lado, también nos brinda una oportunidad de oro.
Si abordamos frente a frente el cambio climático podremos resolver muchos de nuestros problemas actuales, incluida la amenaza de una recesión mundial.
Señoras y Señores,
Nos encontramos en una encrucijada. Es importante que seamos conscientes de nuestra posibilidad de elegir.
Podemos elegir el unilateralismo miope y actuar como si nada ocurriera. O bien podemos aprovechar la cooperación y el establecimiento de alianzas de alcance mundial en una escala nunca vista.
Hace exactamente 10 años, mi predecesor, Kofi Annan, estuvo en esta sala. Pidió a los dirigentes empresariales que iniciaran un "Pacto Mundial" de valores y principios compartidos.
Buscó la cara humana del mercado mundial.
Entonces, como ahora, el mundo enfrentaba una crisis de confianza.
Ciertamente, la globalización había sacado a mucha gente de la pobreza.
Sin embargo, la expansión de los mercados libres y el capital no alcanzó a todos.
De hecho, perjudicó a muchas de las personas más pobres del mundo.
El Pacto Mundial fue nuestra respuesta clarividente.
El Pacto planteaba a las empresas la posibilidad de adoptar principios universales y asociarse con las Naciones Unidas respecto de las grandes cuestiones.
Entre esas cuestiones destacaban los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Diez años después, el Pacto Mundial sigue siendo la mayor iniciativa mundial de sostenibilidad empresarial.
Podemos decir con orgullo que contamos con más de 6.000 empresas participantes en más de 130 países.
El Pacto Mundial ha pasado a ser sinónimo de responsabilidad empresarial.
Sus miembros han ido mucho más allá de la filantropía.
Han sido pioneros en llevar las mejores prácticas hasta nuevos niveles en las esferas de los derechos humanos y el derecho laboral.
En muchos países, esos miembros se ocupan de proteger el medio ambiente y luchar contra la corrupción.
Han llevado a cabo centenares de proyectos en materia de salud, educación e infraestructura en países de todo el mundo.
Ahora, una nueva oleada de crisis exige un sentido renovado de la misión por cumplir.
Por todo ello, hoy yo los insto a que se sumen a una nueva etapa del Pacto Mundial.
Esa etapa podría llamarse el Pacto Mundial 2.0.
Señoras y Señores,
Estamos viviendo en una nueva era.
Las dificultades que plantea pueden resolverse todas con la cooperación y sólo con la cooperación.
Nuestro tiempo exige una nueva definición de liderazgo, de liderazgo mundial.
Exige una nueva constelación en la cooperación internacional: gobiernos, sociedad civil y sector privado trabajando juntos en pro de un bien colectivo mundial.
Algunos dirán que esa visión es ingenua. Dirán que no es más que la expresión de un deseo.
Sin embargo, hay ejemplos inspiradores que prueban lo contrario.
Muchas veces, las empresas han desempeñado un papel decisivo.
Pensemos en la Revolución Verde del decenio de 1960, que salvó de la pobreza a centenares de millones de personas en Asia.
Pensemos en la campaña mundial de vacunación que erradicó la viruela antes de 1979.
La cooperación de empresas y gobiernos ha paliado la disminución de la capa de ozono.
También hemos visto firmes progresos en la lucha contra el SIDA, la tuberculosis, la poliomielitis y el paludismo.
Hoy tenemos la oportunidad y también la obligación de sumarnos a esos ejemplos que son fuente de inspiración.
Pero antes debemos romper con la tiranía del pensamiento a corto plazo en favor de las soluciones a largo plazo.
Ello exigirá un compromiso renovado con los principios básicos. Un nuevo Pacto Mundial.
En este momento de crisis económica, sé que habrá una tendencia a replegarse en el nacionalismo, el proteccionismo y todos los demás "ismos" que incitan los intereses egoístas y la estrechez de miras por encima de los objetivos comunes del mundo.
Caer en esa tentación sería un error, y no únicamente para los objetivos mundiales de desarrollo, como el de brindar a los pobres una oportunidad justa de ganarse la vida. Se pondrían en peligro además los propios intereses nacionales.
Las dificultades que enfrentamos son intrínsecamente mundiales.
Si trabajamos juntos podemos resolverlas.
Para ese objetivo, el Pacto Mundial brinda una plataforma excelente.
Permítanme que les dé algunos ejemplos.
La plataforma "Cuidar el Clima" del Pacto Mundial es la mayor iniciativa del mundo liderada desde el ámbito empresarial en materia de cambio climático. Los directores generales de las empresas están revelando sus emisiones de CO2 y comprometiéndose a aplicar políticas integrales para proteger el clima.
También, están utilizando energías renovables, invirtiendo en eficiencia energética e impulsando prácticas beneficiosas para el medio ambiente, como las reuniones virtuales.
La iniciativa CEO Water Mandate está promoviendo la custodia de los recursos hídricos mediante estrategias como el riego por goteo y la captación de agua. Se están utilizando nuevas tecnologías para reciclar el agua utilizada en las actividades industriales, de modo que pueda devolverse al medio ambiente en condiciones seguras.
Asimismo, se están construyendo plantas desalinizadoras que funcionan con energía eólica y que pueden producir agua potable para una ciudad de más de 1 millón de habitantes.
En los mercados financieros, el Pacto Mundial ha comenzado a colaborar con los grandes inversores mediante los "Principios de Inversión Responsable" para que los análisis de inversión incorporen las principales consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza.
Señoras y Señores,
Con los problemas actuales de contracción económica y cambio climático, nunca ha habido tanto en juego para las empresas.
Pero los empresarios con visión de futuro también tienen a su alcance grandes recompensas.
Durante los últimos meses se ha venido forjando un impulso cada vez mayor en pro de lo que he dado en llamar el "Nuevo Trato Verde" mundial.
La semana pasada asistimos a la toma de posesión del nuevo Presidente de los Estados Unidos.
Barack Obama se ha comprometido inequívocamente a reactivar la economía estadounidense promoviendo una "economía verde".
La economía verde se caracteriza por la bajas emisiones de CO2 y la eficiencia energética.
Además, crea empleo.
La inversión en tecnologías sostenibles transformará la actual crisis en el crecimiento sostenible del mañana.
El Presidente Obama no es el único líder político o empresarial que ha decidido seguir este camino.
En consecuencia, me permito instar a todos ustedes a que, a través de sus cadenas de producción y distribución y sus socios empresariales, elaboren políticas y prácticas adecuadas en los ámbitos de los derechos humanos, el trato de los trabajadores, el medio ambiente y la lucha contra la corrupción.
Para ello pueden utilizar el marco de rendición de cuentas del Pacto Mundial e informar sobre sus progresos todos los años.
De ese modo no sólo estarán haciendo lo correcto, sino también contribuirán a restablecer la credibilidad y la confianza de los mercados.
Encuestas recientes revelan una enorme pérdida de confianza en el mundo empresarial.
Tres de cada cuatro estadounidenses confían menos en las empresas que hace un año.
Tan sólo un tercio de ellos cree que las empresas actúan de modo correcto, la mitad que anteriormente. Entre los jóvenes, la pérdida de confianza es especialmente notable.
Estas cifras se repiten por todo el mundo.
Las mismas encuestas indican que, a nivel mundial, el 66% de la población considera que el mundo empresarial debería involucrarse plenamente en la resolución de nuestros problemas comunes.
Tan sólo un 3% está en desacuerdo.
Señoras y Señores,
Tenemos el mensaje delante de nosotros.
Sin confianza, no habrá prosperidad.
Ha llegado el momento de tomar posición inequívocamente y pasar a la acción de manera decidida.
Muchos de ustedes están reduciendo gastos para hacer frente a la contracción económica.
Sin embargo, convendrán en que es importante reorientar sus organizaciones y prepararlas para la economía del futuro.
A cada contracción le sigue una expansión.
Si hacen ahora las inversiones correctas, sentarán las bases para resolver cuestiones fundamentales a largo plazo.
Estarán con ello en la vanguardia de una nueva economía verde.
Los aliento a que ayuden a crear un futuro basado en una economía con bajas emisiones de CO2: empleos verdes, energías renovables y eficiencia energética.
También les pido que participen en el movimiento para lograr un acuerdo completo y valioso en la cumbre sobre el cambio climático que se celebrará en Copenhague a fines de año.
Igualmente, los exhorto a que hagan uso plenamente de sus cadenas de producción y distribución para lograr que se desarrollen y apliquen las tecnologías más limpias en todos los ámbitos.
Y todo ello, predicando con el ejemplo.
Conciencien a sus consumidores, proveedores y trabajadores. Compartan sus tecnologías con los pobres.
Ésta es la única vía hacia un futuro sostenible con perspectivas de prosperidad para todos.
Señoras y señores,
Ahora nos toca elegir.
Ha llegado el momento de restablecer la confianza.
Sólo lo lograremos si ofrecemos soluciones auténticas y a largo plazo a los problemas reales. Es necesario que la gente confíe en que lo que estamos haciendo es lo más inteligente y lo más justo.
Eso significa invertir en la nueva economía, la economía del futuro.
El interés propio bien entendido es la esencia de la responsabilidad empresarial y la clave para un mundo mejor.
Muchas gracias.