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Mensaje del Secretario General en el Día Mundial de la Libertad de Prensa

3 de mayo de 2008

Ya se trate de la educación de los miembros más jóvenes de la sociedad o de la plena interacción pública de los ciudadanos y sus dirigentes políticos, el acceso a la información nos da a todos uno de los recursos que necesitamos para transformar nuestras vidas y nuestras comunidades. Así como el agua es indispensable para la vida, el conocimiento es el sustento de nuestra capacidad para imaginar y cambiar. Cuando la información circula libremente, las personas tienen los instrumentos que necesitan para asumir el control de su vida. Cuando la circulación de información está coartada, sea por motivos políticos o por motivos tecnológicos, nuestra capacidad de acción se reduce.

Hace 60 años, los autores de la Declaración Universal de Derechos Humanos afirmaron en su artículo 19 que el derecho de todo individuo a la libertad de opinión y de expresión "incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión". La rapidez de la globalización ha impulsado el desarrollo de medios de información libres, pluralistas, independientes y profesionales y la importancia de ese derecho nunca ha sido tan evidente como ahora. Los adelantos tecnológicos han promovido el dominio del uso de los medios y de la información como un derecho del que todos deben disfrutar por igual.

La existencia de medios de información libres, protegidos e independientes es uno de los fundamentos de la paz y la democracia. Los ataques contra la libertad de prensa son ataques contra el derecho internacional, contra la humanidad y contra la libertad misma, es decir contra todo lo que las Naciones Unidas representan. Por ello, me alarma ver cómo los periodistas son cada vez más objeto de actos reprobables en todo el mundo y me decepciona observar que esos delitos no son siempre investigados y sancionados en toda la medida posible.

Con motivo de este Día Mundial de la Libertad de Prensa y en el año que marca el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, insto a todas las sociedades a que no escatimen esfuerzos para someter a la justicia a los autores de ataques contra periodistas. Rindo homenaje a todos cuantos trabajan en condiciones difíciles y peligrosas para darnos información libre y objetiva. Y hago votos para que cada uno de nosotros trabaje en pro de la libertad y la seguridad de la prensa en todas partes.