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Mensaje del Secretario General

con ocasión del Día Internacional de la Alfabetización

8 de septiembre de 2008

Uno de cada cinco adultos -es decir, unos 774 millones de personas- son analfabetos y, por lo tanto, viven sin acceso al vasto acervo mundial de comunicación escrita. Setenta y cinco millones de niños no están escolarizados, y millones más de jóvenes abandonan la escuela sin un nivel de alfabetización suficiente para una participación productiva y activa en la sociedad. Estas serían cifras devastadoras en cualquier momento, tanto para las personas individualmente como para las sociedades; el hecho de que se den en el contexto de la actual sociedad de la información debería hacernos comprender la urgencia de que se tomen medidas para promover la alfabetización en todo el mundo.

Con el tema del Día Internacional de la Alfabetización de este año, "La alfabetización y la salud", se pretende conseguir que se preste más atención a los vínculos entre estas dos cuestiones. El analfabetismo afecta directamente a la salud humana. Impide que la gente pueda leer las instrucciones de un bote de medicina. Significa que la gente tiene menos posibilidades de informarse sobre el SIDA, la malaria y otras enfermedades infecciosas. Además, debido a que las dos terceras partes de los analfabetos son mujeres y niñas, que a menudo son las que deben encargarse de atender a las personas enfermas de sus familias, es más probable que éstas no tengan información sobre servicios de prevención y apoyo ni sobre cómo utilizar medicamentos que pueden salvar vidas y otros tratamientos.

A fin de aumentar los niveles de alfabetización será fundamental aplicar unas políticas bien definidas y aumentar las inversiones. La alfabetización es indispensable para lograr los objetivos de desarrollo del Milenio relacionados con la salud materna y la lucha contra el SIDA y la malaria, y para afrontar algunos de los problemas de salud pública más importantes del mundo. En este Día Internacional de la Alfabetización, debemos entre todos -los gobiernos, la familia de las Naciones Unidas, los donantes y la sociedad civil- traducir este compromiso en una actuación más enérgica. La alfabetización para todos nos beneficiará a todos