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El Secretario General

Mensaje con motivo del Día Mundial de la Salud

7 de abril de 2008

Durante mucho tiempo se ha hablado del cambio climático como si sólo afectara al planeta y no a las personas que lo habitan. El Día Mundial de la Salud nos brinda este año una oportunidad única para ampliar este enfoque y poner de relieve las principales amenazas para la salud a que nos enfrentamos como resultado del calentamiento global.

El cambio climático pone en peligro la calidad y la disponibilidad del agua y los alimentos, factores fundamentales de la nutrición y la salud, aumenta la frecuencia y la gravedad de las tormentas, las olas de calor, las sequías y las inundaciones y empeora la calidad del aire que respiramos. El resultado de ello es una acentuación del sufrimiento humano causado por las lesiones, las enfermedades, la malnutrición y la muerte.

Es preciso que demos a conocer esta realidad, a menudo ignorada, y hagamos lo posible por afianzar la protección de la salud humana como elemento fundamental del programa mundial sobre el cambio climático.

Las repercusiones serán más graves en los países pobres, que son los que menos han contribuido a la crisis mundial. Para 2020, hasta 250 millones de africanos sufrirán las consecuencias del aumento del estrés por falta de agua y, si se cumple lo previsto, el rendimiento de las cosechas de algunos países africanos se reducirá a la mitad.

La malnutrición y las enfermedades infecciosas relacionadas con el clima se cobrarán más víctimas entre la población más vulnerable: los niños de corta edad, los ancianos y los enfermos. Los desastres naturales y otros peligros derivados del calentamiento global ponen en una situación de mayor riesgo a las mujeres que viven en la pobreza.

No podemos limitarnos a denunciar públicamente estas circunstancias. Debemos actuar para asegurarnos de que la salud de los grupos más vulnerables esté protegida durante el cambio climático. Eso supone redoblar los esfuerzos por alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio, desde la reducción de la mortalidad infantil hasta el empoderamiento de la mujer, ya que son un elemento esencial de la repuesta internacional al cambio climático.

Durante décadas, el sector de la salud pública ha hecho frente con eficacia a problemas que se exacerbarán con el cambio climático y podemos recurrir a esa experiencia como base para prever y prevenir las consecuencias.

El cambio climático es real, está acelerándose y nos amenaza a todos. Debemos responder con medidas urgentes para estabilizar el clima, alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio y alentar la acción individual. La acción colectiva puede promover el desarrollo social y económico de los pueblos más pobres del mundo y mejorar sus sistemas de salud y sus vidas.

El Día Mundial de la Salud nos plantea el desafío de aunar fuerzas como parte del enorme esfuerzo encaminado a combatir el cambio climático, por el bien de nuestro planeta y de todos sus habitantes.