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El Secretario General

Declaración en la reunión de alto nivel sobre el cambio climático

       Nueva York, 24 de septiembre de 2007

Señor Presidente
Excelentísimos señores y señoras
Distinguidos delegados
Señoras y señores

Hace dos decenios, en este mismo salón, el cambio climático apareció por primera vez en el quehacer político del mundo. El tema, propuesto por Malta, nación insular, sigue siendo tan inspirador como lo era entonces: "proteger el clima mundial para las generaciones presentes y futuras de la humanidad".

Ha ocurrido mucho desde esos primeros días, pero el problema fundamental persiste sin variación y se ha hecho aún más apremiante. De hecho, estoy convencido de que el cambio climático y lo que hagamos a su respecto definirá a nosotros, a nuestra era y, en última instancia, al legado que dejaremos a las generaciones futuras.

Ha pasado el momento de las dudas. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático ha confirmado inequívocamente que nuestro sistema climático se está recalentando y que ello es imputable directamente a la actividad humana.

Los científicos han descrito con mucha claridad la gravedad del problema. Su mensaje es muy sencillo:

Lo que no tenemos es tiempo. El momento de actuar es ahora.

Por ello los he invitado a ustedes, los líderes del mundo, a asistir a esta reunión de alto nivel sobre el cambio climático.

El desafío sin precedentes del cambio climático exige una acción sin precedentes y un liderazgo sin precedentes, dispuesto a impartir nuevas orientaciones. Vuestro liderazgo.

Me complace que tantos de ustedes hayan asistido a esta reunión. Con su presencia indican que comparten mi preocupación y que están dispuestos a actuar.

Los efectos del cambio climático se sienten hoy en todo el mundo, pero quienes más los sienten son los que están en peores condiciones para hacerles frente. En realidad, constituye una terrible ironía que muchos países en desarrollo, a pesar de haber sido los que menos contribuyeron al proceso de cambio climático, sean los que más peligro corren de sufrir sus consecuencias. Para algunos Estados y pueblos insulares se trata de una cuestión de supervivencia. El imperativo moral no puede ser más claro.

El cambio climático constituye una grave amenaza para el desarrollo en todo el mundo y, de hecho, sus consecuencias perjudiciales pueden contrarrestar buena parte de las inversiones que se han hecho para alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio. Pero no se trata de un juego de suma cero. Si somos creativos, podemos reducir las emisiones y, al mismo tiempo, promover el crecimiento económico. Es nuestra oportunidad de promover un desarrollo sostenible, de fomentar nuevos tipos de tecnologías, industrias y empleos menos contaminantes, y de integrar los riesgos del cambio climático en nuestras políticas y prácticas nacionales.

Tenemos que guiarnos por la realidad de que no hacer nada ahora resultará la solución más costosa de todas a largo plazo.

Excelentísimos señores y señoras,

La acción en el plano nacional debe ocupar un lugar central en la lucha contra el cambio climático. Los países industrializados deben tomar la vanguardia. Han pasado 15 años desde que se aprobó en Río la Convención Marco sobre el Cambio Climático. Han pasado 10 años desde que se aprobó el Protocolo de Kyoto. Sin embargo, las emisiones de la mayoría de los países industrializados siguen en aumento y sus emisiones per cápita siguen siendo inaceptablemente altas. Al mismo tiempo, el apoyo a los países pobres para ayudarlos a adaptarse a las nuevas circunstancias está muy por debajo de lo necesario.

Para rectificar esto se requiere la contribución de todos los países y de todos los sectores de la sociedad, de la sociedad civil y las empresas a los gobiernos regionales y locales. Por ello he invitado a sus representantes a reunirse hoy con nosotros y a exponer sus ideas y experiencias. Todos los sectores tendrán que participar si las emisiones en el mundo han de llegar a su tope en los 10 ó 15 próximos años y reducirse considerablemente después, como indicó el Grupo Intergubernamental.

La acción nacional por sí sola es insuficiente, si se tienen en cuenta la índole y la magnitud del desafío. Ninguna nación puede resolver este problema por sí sola. Ninguna región puede aislarse de los cambios en el clima. Por ello debemos hacer frente al cambio climático con una estructura mundial que garantice el más alto nivel necesario de cooperación internacional.

Es éste precisamente el tipo de problema mundial que las Naciones Unidas están en mejores condiciones para resolver. De hecho, es motivo de satisfacción para mí el reconocimiento universal de que las Naciones Unidas constituyen el foro adecuado para negociar la adopción de medidas en el plano mundial respecto del cambio climático. Al mismo tiempo, comparto la consternación con que muchos observan con cuánta lentitud avanzan estas negociaciones.

Excelentísimos señores y señoras,

Esta reunión constituye una oportunidad para hacer que el proceso cobre impulso político. Las cruciales negociaciones que tendrán lugar en Bali en diciembre en relación con la Convención Marco de las Naciones Unidas están prácticamente encima. Tenemos que allanar el camino para un completo acuerdo que haga frente al cambio climático en todos los aspectos, incluidos adaptación, litigios, deforestación, tecnologías menos contaminantes y movilización de recursos. Tenemos que hacer todo lo posible por concertar ese acuerdo a la brevedad posible, de manera que haya una política mundial establecida para 2012, cuando vence el primer plazo de los compromisos asumidos en el Protocolo de Kyoto. Debemos tener un solo objetivo: dar un gran paso adelante en Bali.

Los parámetros esenciales de un marco mundial están cada vez más claros. Entre ellos:

- Un mayor liderazgo de los países industrializados en cuanto a la reducción de las emisiones;

- Incentivos para que los países en desarrollo tomen medidas, pero sin sacrificar su crecimiento económico ni la reducción de la pobreza y en forma plenamente compatible con el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas;

- Un apoyo considerablemente mayor a la adaptación en los países en desarrollo, especialmente los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo;

- Reforzamiento del desarrollo y la difusión de la tecnología; y

- Nuevos enfoques para la financiación, incluida una mejor utilización de los enfoques basados en el mercado.

Excelentísimos señores y señoras,

Nuestro desafío inmediato consiste en convertir nuestra preocupación común en un nuevo consenso sobre el camino que se ha de seguir. Este viaje comienza en Bali en diciembre y culminará en el éxito o el fracaso según cuán resueltos sean el liderazgo y el empeño de los aquí presentes.

Unidos por nuestro interés común en lograr los objetivos del desarrollo sostenible, en vivir una vida plena en un entorno sano y productivo, destinados a compartir la custodia del planeta Tierra, tenemos el futuro en nuestras manos. Juntos debemos asegurarnos de que nuestros nietos no tengan que preguntar por qué no hicimos lo que había que hacer y por qué dejamos que ellos sufrieran las consecuencias.

Enviemos, pues, una clara señal colectiva a los pueblos de todo el mundo. Hagan ustedes saber hoy a todo el mundo que están dispuestos a hacerse cargo de esta responsabilidad y que encararán de frente el desafío.

Muchas gracias.