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Carta del Secretario General al personal sobre los colegas caídos en Argel

Bali, 11 de diciembre de 2007

Estimados colegas y amigos:

Hoy es un día aciago para la familia de las Naciones Unidas. Hemos perdido colegas irreemplazables en el ataque contra las oficinas de las Naciones Unidas en Argel, un ataque no sólo contra las Naciones Unidas sino contra la humanidad entera. Nuestros colegas en Argel trabajaban con la única misión de ayudar al pueblo de Argelia en la construcción de un futuro mejor. No hay palabras para expresar mi dolor y mi indignación.

No sabemos todavía exactamente cuántas son las víctimas. Nuestra primera prioridad es ahora atender a los heridos, al tiempo que tratamos de obtener la mayor cantidad posible de información sobre las personas cuyo paradero se desconoce. He pedido a varios asesores de nivel superior de mi Oficina Ejecutiva, del PNUD y del Departamento de Seguridad que se dirijan inmediatamente a Argelia. Tomaremos todas las medidas posibles para garantizar la seguridad de nuestro personal, en Argelia y en todas partes, comenzando inmediatamente con un examen de nuestras precauciones y políticas de seguridad.

Los que atacan de esta manera a civiles inocentes cometen un crimen horrible. El terrorismo nunca puede justificarse, por ninguna razón, como afirmaron el año pasado los 192 Estados Miembros de las Naciones Unidas cuando adoptaron la Estrategia global de las Naciones Unidas contra el terrorismo. El terrorismo es un mal que afecta a todas las naciones, grandes y pequeñas, ricas y pobres, y a todos los seres humanos de todas las edades, ingresos, cultura y religión.

Las banderas de las Naciones Unidas en la Sede y en todos los lugares de destino de las Naciones Unidas en todo el mundo permanecerán a media asta hasta el miércoles, al tiempo que hacemos llegar nuestras plegarias y nuestros pensamientos a los familiares y amigos de los que perecieron en Argel, a los heridos, y a los traumatizados. Honremos hoy y todos los días a todos ellos redoblando nuestros esfuerzos en pro de la paz y la seguridad, el desarrollo y los derechos humanos en todo el mundo. Solamente cumpliendo esa misión podremos hacer justicia a la memoria de los amigos que hemos perdido.

Ban Ki-moon