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Secretario General

     Día Mundial de la Alimentación

       16 de octubre de 2006



Todos los años, el Día Mundial de la Alimentación nos obliga a recordar que, en un mundo que nada en la abundancia, millones de personas pasan hambre a diario.

Un decenio después de que los dirigentes mundiales, reunidos en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, se comprometieran a reducir para 2015 el número de personas que padecen desnutrición crónica, aún queda mucho por hacer. Más de 850 millones de personas en todo el mundo padecen hambre crónica. Varios millones más sufren ceguera, deficiencias en el crecimiento y otras dolencias como consecuencia de la falta de nutrición adecuada. Una parte considerable de quienes padecen malnutrición son niños. En un mundo que tiene medios para alimentarnos a todos, es inaceptable que persista este sufrimiento.

El tema del Día Mundial de la Alimentación de este año, "Invertir en la agricultura para lograr la seguridad alimentaria", pone de relieve la necesidad de contar con más recursos para luchar contra el hambre. En los dos últimos decenios se ha producido una disminución sostenida en el nivel de la ayuda exterior para la agricultura. Muchos países, incluidos los más necesitados, no han asignado suficientes recursos al desarrollo agrícola y rural.

Es preciso invertir esta tendencia y dirigir un mayor volumen de recursos públicos y privados a las actividades agrícolas. Esas inversiones no deben limitarse a la infraestructura y los sistemas de riego, sino que deben abarcar la financiación de los objetivos de desarrollo humano más amplios, en particular la educación de las mujeres y las niñas rurales, que constituyen la espina dorsal de la mayoría de las economías agrarias.

El mundo cuenta con los recursos y los conocimientos prácticos necesarios para que el hambre pase a ser historia. Lo que necesitamos en cantidad suficiente es determinación. En este Día Mundial de la Alimentación, renovemos nuestro compromiso de unir nuestras fuerzas para que llegue el día en que ningún hombre, mujer o niño se acueste con hambre. Decidámonos a ganar de una vez por todas la batalla contra el hambre.