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Mensaje del Secretario General con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis

24 de marzo de 2006

Este año ya se ha registrado un acontecimiento fundamental en nuestra lucha contra la tuberculosis: la puesta en marcha de "Actuar para salvar vidas" - el Plan Mundial para Detener la Tuberculosis 2006-2015. Si las medidas descritas en el plan se aplican íntegramente, en los próximos 10 años podrán salvarse 14 millones de vidas. Se podrá tratar a 50 millones más de enfermos de tuberculosis. Podrán desarrollarse nuevos medicamentos contra la tuberculosis, los primeros en más de 40 años, y nuevos sistemas de diagnóstico. Y una nueva vacuna podría revolucionar el control de la tuberculosis.

Esas previsiones son ambiciosas, pero pueden conseguirse si cada uno desempeña su papel en apoyo del Plan Mundial. El Plan ofrece una vía para lograr el objetivo de desarrollo del Milenio de reducir la carga de la tuberculosis y para ayudar a evitar que esa enfermedad ataque a los más pobres entre los pobres y a las personas más vulnerables de la tierra.

La situación de la tuberculosis en el mundo es desigual. Más de la mitad de las personas que caen enfermas viven en Asia. Afortunadamente, China, la India, Filipinas e Indonesia han aumentado sus inversiones en el control de la tuberculosis. En América Latina y el Oriente Medio, cada año se registra un número menor de casos nuevos. En Europa oriental, tras un aumento continuo de las cifras durante varios años, el número de casos se está estabilizando y se espera poder contener la tuberculosis polifarmacorresistente. Sin embargo, en todos esos lugares es preciso redoblar los esfuerzos por llegar a los pobres y a otros grupos de población muy vulnerables a la enfermedad. En África es donde se necesitan sobre todo medidas excepcionales. Es el único continente en que el número de casos continúa creciendo, junto con la epidemia del VIH/SIDA. El año pasado, los ministros africanos declararon la tuberculosis una emergencia.

Gracias a "Actuar para salvar vidas" contamos con un plan detallado. Tenemos un compromiso al más alto nivel -del Grupo de los Ocho y la Cumbre Mundial 2005- de adoptar medidas concertadas para luchar contra la enfermedad. Eso significa movilizar todos los recursos internos y externos necesarios para ampliar los programas de control de la tuberculosis en el marco de sistemas de salud más robustos, aplicar medidas conjuntas de lucha contra la tuberculosis y el VIH e invertir actividades de investigación.

En este Día Mundial de la Tuberculosis, tomemos la determinación de avanzar hacia un mundo sin tuberculosis. Actuemos para salvar vidas.