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Mensaje del Secretario General en el
Día Internacional del Personal de Paz de las Naciones Unidas

29 de mayo de 2006

Cuando el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas estableció la primera misión de mantenimiento de la paz en esta fecha en 1948, pocos miembros del Consejo podrían haberse imaginado el desarrollo que tendrían las actividades de mantenimiento de la paz desde entonces. Hace mucho que han pasado los días del personal de paz con armas ligeras que hace patrullas a pie a lo largo de líneas de cesación del fuego entre Estados soberanos. Las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas son ahora cada vez más complejas y multidimensionales, y van más allá de la vigilancia de una cesación del fuego y se extienden efectivamente a la reanimación de Estados fracasados, a menudo después de decenios de conflicto. Los cascos azules y sus colegas civiles colaboran para organizar elecciones, implantar la reforma de la policía y la justicia, promover y proteger los derechos humanos, eliminar minas terrestres, promover la igualdad de los géneros, lograr el desarme voluntario de los excombatientes y facilitar el regreso de los refugiados y desplazados a sus hogares. Especialmente el año pasado, la policía de las Naciones Unidas ha asumido un papel cada vez más vital, llenando la laguna entre la función de las fuerzas militares de las Naciones Unidas y las instituciones locales de seguridad que no bastan para mantener el orden público en situaciones tensas después de conflictos.

Este trabajo inestimable no carece de riesgos. En 2005 murieron más miembros del personal de paz al servicio de las Naciones Unidas que en cualquier otro año del decenio pasado: 124 personas de 46 países perecieron a causa de violencia, enfermedad y accidentes. Otras 32 han caído en el cumplimiento del deber en lo que va de este año, entre ellos ocho soldados guatemaltecos que murieron mientras trataban de establecer la paz en la perturbada región oriental de la República Democrática del Congo. Además, el número del personal de paz expuesto a peligro ha aumentado exponencialmente y sigue aumentando. Más de 72.000 efectivos uniformados y 15.000 civiles prestan servicio en 18 operaciones de paz administradas por el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, con lo cual las Naciones Unidas son el mayor contribuyente multilateral a la estabilización después de conflictos.

La demanda de servicios de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas refleja la confianza cada vez mayor en la capacidad de la Organización de calmar tensiones y restaurar la estabilidad. Esto a su vez suscita el apoyo de los Estados Miembros. Ciento ocho países aportan ahora personal uniformado, incluida una misión de 71 países en el Sudán: la coalición más diversa jamás formada. Los principales contribuyentes son, con mucho, la India, el Pakistán y Bangladesh, que juntos aportan más del 40% del personal de paz de las Naciones Unidas y que, como consecuencia, también han sufrido algunas de las mayores pérdidas.

Ahora que el mantenimiento de la paz se ha convertido en una función fundamental de la Organización, y aumenta el número de las personas que se unen a las muchas que ya prestan servicios en lugares peligrosos, es indispensable darles un apoyo institucional más profesional y más adecuado a sus necesidades. Estamos resueltos a lograr esto mediante reformas esenciales de la gestión y la supervisión y mediante la aplicación estricta de las más altas normas de conducta y de la política de tolerancia cero sobre la explotación y el abuso sexuales. También pedimos a los Estados Miembros y a los que aportan contingentes que hagan lo mismo con respecto a esta cuestión decisiva.

El establecimiento de la Comisión de Consolidación de la Paz es otro paso adelante importante. Mediante la atención continua a las tareas singulares que impone la transición después de un conflicto, la Comisión tratará de evitar que los países recaigan en el conflicto -algo que ha ocurrido demasiado a menudo y que ha obligado al personal de paz de las Naciones Unidas a regresar a los países en que la paz no había prendido.

En este Día Internacional del Personal de Paz de las Naciones Unidas, rindamos homenaje a los hombres y mujeres de países de todo el mundo que sirven con abnegación, sin descanso y sin miedo en las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. Recordemos a los héroes que sacrificaron sus vidas en tierras lejanas al servicio de la paz. Y reafirmemos nuestra dedicación a la construcción de un mundo libre del azote de la guerra.