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Mensaje del Secretario General en el Día Internacional para la Reducción de los Desastres


11 de octubre de 2006

El lema bajo el que se celebra este año el Día Internacional para la Reducción de los Desastres, "La reducción de los desastres empieza en la escuela", pone de relieve la necesidad de proteger a los menores y lograr que participen directamente en nuestra labor destinada a mejorar la preparación frente a los desastres.

Los niños son especialmente vulnerables a los peligros que plantean los fenómenos naturales, pero también pueden ser poderosos agentes de cambio si saben cómo prepararse con antelación, cómo reaccionar ante las alertas y cómo reducir los riesgos en su hogar y su comunidad. Por ello, es esencial que la reducción del riesgo de desastre forme parte de los planes de estudios nacionales y que nos aseguremos de que los niños comprendan la forma en que los peligros naturales influyen sobre el medio ambiente y viceversa. Los jóvenes deben participar también en las actividades comunitarias de detección de riesgos y tener la oportunidad de compartir sus experiencias y mejores prácticas con otras personas, incluidos otros jóvenes. Además, hay que reforzar las instalaciones de los propios centros docentes para que puedan resistir mejor las fuerzas de la naturaleza.

En los últimos diez años, las catástrofes desencadenadas por fenómenos naturales se han cobrado más de 600.000 vidas y han afectado a más de 2.400 millones de personas, la mayoría en países en desarrollo. Además, han desbaratado los avances en materia de desarrollo conseguidos con los años, sumiendo aún más en la pobreza a millones de personas y aumentando su desprotección ante futuros peligros naturales. Hoy más que nunca, debemos redoblar nuestros esfuerzos por reducir esa vulnerabilidad.

A tal fin, la comunidad internacional se ha comprometido con las prioridades establecidas en el Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015: aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres. La Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres, que es un sistema mundial en el que participa una amplia gama de agentes, trata incesantemente de mejorar la coordinación y movilizar recursos. En este Día Internacional para la Reducción de los Desastres, hago un llamamiento a los gobiernos y a todos los agentes pertinentes -desde los maestros hasta las empresas y la sociedad civil- para que atiendan las necesidades de los niños y todos los demás grupos de población vulnerables que viven en zonas de riesgo.