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Secretario General

Discurso pronunciado durante la sesión de apertura de la serie
de sesiones de alto nivel de la reunión de la Asamblea General sobre el SIDA


Nueva York, 2 de junio de 2006

Excelentísimas señoras, excelentísimos señores:

Agradezco a todos su presencia hoy aquí. Espero que el hecho de que haya tantos gobiernos representados al más alto nivel sea señal de un verdadero compromiso con la batalla que libramos contra el VIH/SIDA.

En 25 años el SIDA ha transformado el mundo. Se ha cobrado 25 millones de vidas y se ha convertido en la principal causa de muerte tanto de mujeres como de hombres entre 15 y 59 años. También es el causante del mayor revés que haya sufrido la historia del desarrollo humano.

En otras palabras, el SIDA se ha convertido en el más grande desafío de nuestra generación.

Por fin el mundo ha empezado a reconocerlo. Desde que se celebrara hace cinco años el período extraordinario de sesiones de la Asamblea General sobre el SIDA, la respuesta al problema ha comenzado a ganar impulso.

En algunos países, la tasa de infección entre los jóvenes es menor que hace cinco años. Además, se ha multiplicado por siete el número de personas con acceso a tratamiento.

Pero la epidemia nos sigue sacando ventaja.

El pasado año se registraron más nuevas infecciones de VIH que nunca y murieron más personas que nunca a causa del SIDA.

El número de mujeres y niñas que viven con el VIH y el SIDA fue el mayor registrado hasta la fecha.

Ha habido indicios serios de que si no se producen cambios radicales, ni siquiera nos acercaremos al objetivo de lograr para el año 2010 el acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo necesarios, objetivo que ustedes mismos se comprometieron a conseguir en la Cumbre Mundial celebrada en septiembre de 2005. Si no intensificamos drásticamente la lucha, no alcanzaremos el objetivo de desarrollo del Milenio de detener y comenzar a reducir la propagación del VIH y el SIDA para el año 2015.

Queridos amigos, sabemos lo que exige ganar la batalla contra esta epidemia.

Exige que cada Presidente y cada Primer Ministro, cada parlamentario y cada dirigente político decida y declare que el "SIDA se acaba aquí".

Exige cambios reales y positivos que aumenten el poder de decisión y la confianza en sí mismas de las mujeres y niñas y transformen las relaciones entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de la sociedad. Exige que las mujeres tengan mayores recursos, mejores leyes y una mayor representación en las instancias decisorias.

Exige que cada uno de ustedes convierta la lucha contra el SIDA en una prioridad personal -no sólo en esta reunión o este año o el próximo- sino año tras año, hasta que se ponga fin a la epidemia.

Confío en que cada uno de ustedes demuestre su compromiso personal con la declaración que aprueben hoy.

Muchas gracias.