Mensaje del Secretario General en el Día Internacional del Personal de Paz de las Naciones Unidas

29 de mayo de 2005

En este Día Internacional del Personal de Paz de las Naciones Unidas, honramos el sacrificio de ese personal venido de muchas tierras que ha entregado la vida por la paz, y nos consagramos una vez más a la noble tarea de mantener la paz.

Ciento quince colegas perdieron la vida al servicio de la paz durante 2004. En 2005, otros 39 han hecho ya el sacrificio supremo, entre ellos nueve soldados de Bangladesh brutalmente asesinados en febrero en la República Democrática del Congo, durante el peor ataque perpetrado contra el personal de paz en más de una década. Con tristeza y orgullo, rendimos homenaje a todos y cada uno de nuestros colegas caídos.

Hoy día, más de 66.000 uniformados y casi 15.000 civiles prestan servicios en pro de la paz en 17 operaciones de mantenimiento de la paz alrededor del mundo. Mantienen la cesación del fuego y vigilan las fronteras, desarman a los excombatientes, fomentan la reconciliación, facilitan la prestación de asistencia humanitaria, ayudan a los refugiados y las personas desplazadas a regresar a sus hogares, y aseguran las condiciones necesarias para la celebración de elecciones democráticas, el imperio de la ley, la reconstrucción y la recuperación económica.

La demanda de operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas es tan alta como ha sido sie mpre. En efecto, hay más misiones desplegadas que nunca.

Mientras celebramos este día, se está poniendo en marcha una gran operación en el Sudán, donde una guerra que duraba ya 21 años y había cobrado millones de vidas llegó a su fin con un acuerdo de paz en enero. Al mismo tiempo, las operaciones de mantenimiento de la paz en Timor-Leste y Sierra Leona están finalizando, y hay nuevos gobiernos democráticos establecidos y conciencia entre la población de que la paz es una realidad, y no sólo una esperanza o un sueño.

Aunque esos éxitos de las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas suelen no recibir la atención que merecen, los fracasos reciben amplia y justificada publicidad. Los casos de explotación y abusos sexuales cometidos por personas que prestaban servicios en varias misiones han dañado vidas, puesto en peligro la seguridad y empañado la reputación de las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. He propuesto cambios radicales para prevenir la mala conducta y hacer cumplir las normas de conducta de las Naciones Unidas. Se han aplicado ya algunas reformas importantes, pero es preciso que les sigan otras, mientras nos empeñamos por erradicar tales abusos.

Este día es además una ocasión para agradecer a los 103 Estados Miembros que aportan personal uniformado a las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. Agradezco especialmente la contribución del Pakistán, Bangladesh y la India, que en conjunto proporcionan más de la tercera parte de todo el personal de paz de las Naciones Unidas. Me alegro de que países como China y Brasil estén asumiendo nuevas responsabilidades. Espero que otros países, especialmente países en desarrollo que tienen capacidades singulares para atender a algunas de las necesidades específicas de mantenimiento de la paz, hagan lo propio.

El personal de paz de las Naciones Unidas procura cada día dar un significado práctico a las palabras de la Carta de las Naciones Unidas: "preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra". En este día, honramos a todos aquellos que han prestado y prestan actualmente servicios en el frente de la batalla por la paz.