Secretario General

Mensaje a la Reunión de las Naciones Unidas en América
Latina y el Caribe sobre la cuestión de Palestina


Caracas, 13 y 14 de diciembre de 2005

Pronunciado por el señor David McLachlan-Karr,
Coordinador Residente de las Naciones Unidas en Venezuela

Esta reunión, celebrada bajo los auspicios del Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino, es una importante oportunidad para que los países de la región de América Latina y el Caribe contribuyan a la búsqueda de una paz completa, justa y duradera en el Oriente Medio.

Al igual que todos nosotros, los israelíes y los palestinos ansían vivir en paz, con prosperidad y en armonía unos con otros, y con sus vecinos de la región. Sin embargo, sigue sin alcanzarse una solución aceptable y justa para su conflicto. Ello ha tenido un precio excesivo: persisten el sufrimiento y la muerte civiles de ambas partes.

Como ustedes sabrán, las gestiones de la comunidad internacional para hacer que las partes entablen negociaciones políticas tampoco han carecido de obstáculos. No obstante, algunos acontecimientos recientes nos permiten albergar optimismo.

En septiembre, Israel concluyó su desconexión de la Franja de Gaza y partes de la Ribera Occidental, estableciendo un precedente esperanzador para el futuro. Y el mes pasado, Israel y la Autoridad Palestina llegaron a un acuerdo sobre el cruce de Rafah, lo cual también abrió el camino hacia una mayor cooperación sobre la importante cuestión del acceso y la circulación.

Esos hechos alentadores, sumados al fin del régimen de cierres en la Ribera Occidental, podrían traer aparejados cambios apreciables en el padecimiento cotidiano de los palestinos. Por ese motivo, el Cuarteto, por conducto de su Enviado Especial James Wolfensohn, colabora con ambas partes para asegurar que se aplique cabalmente el acuerdo de Rafah.

No obstante, para que los acontecimientos recientes estimulen el progreso en cuestiones más generales, es vital que las partes redoblen sus esfuerzos por aplicar la hoja de ruta del Cuarteto. Es un plan aceptado por ambas partes, aprobado por el Consejo de Seguridad y apoyado por la comunidad internacional. Abarca medidas claramente especificadas en los ámbitos de la seguridad, la creación de instituciones palestinas, la respuesta humanitaria y la sociedad civil. También tiene por objeto poner fin a la expansión de los asentamientos. Es, en síntesis, el rumbo aceptado para seguir avanzando.

Los palestinos y los israelíes pronto concurrirán a los comicios. Sus elecciones tendrán importantes repercusiones para el proceso de paz. No obstante, las votaciones que se avecinan no deberían impedir que las partes agilicen las gestiones en marcha para consolidar la confianza mutua y cumplir sus obligaciones en virtud de la hoja de ruta. Los palestinos necesitan tener la certeza de que la viabilidad futura de un Estado palestino no se verá menoscabada por actividades de asentamiento y construcción de barreras. Y los israelíes necesitan garantías de que su seguridad no correrá peligro por adoptar medidas decisivas contra el terrorismo.

Así pues, reitero el llamamiento reciente del Cuarteto para que las partes vuelvan a adoptar medidas en paralelo en cumplimiento de sus obligaciones establecidas en la hoja de ruta. También exhorto a Israel a cumplir sus obligaciones jurídicas enunciadas en la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia de 9 de julio de 2004 y la resolución ES-10/15 de la Asamblea General.

Por mi parte, sigo plenamente comprometido con las gestiones encaminadas a lograr una solución completa, justa y duradera de la cuestión de Palestina, sobre la base de las resoluciones 242, 338, 1397 y 1515 del Consejo de Seguridad y el principio de territorio por paz. Con la asistencia de ustedes, podemos ayudar a las partes a avanzar hacia el objetivo común de una Palestina soberana, contigua y democrática que conviva con Israel en paz y con seguridad.

Con ese espíritu, les deseo el mayor de los éxitos en sus deliberaciones.