El Secretario General
Mensaje en ocasión del Día Internacional para la Reducción de Desastres

Nueva York, 13 de octubre de 2004

El lema Día Internacional para la Reducción de Desastres, "Aprendiendo de los desastres de hoy para las amenazas de mañana", nos recuerda que aprender de los desastres es una obligación que nos atañe a todos.

Cuando ha sobrevenido un desastre, las autoridades públicas, las empresas, los grupos comunitarios y los particulares deben preguntarse si se han tomado las medidas adecuadas, como las de alerta temprana, para salvar vidas y propiedades. Todos ellos deben tomar la resolución de no repetir los errores del pasado. Todos deben colaborar para mejorar la cadena de información y adopción de decisiones, de modo que sus comunidades estén más preparadas para la eventualidad de una nueva amenaza.

Asimismo, debe alentarse a los jóvenes a aprender estas lecciones en la escuela, en la universidad y por conducto de las redes comunitarias. Mediante su participación en actividades educativas y en ejercicios de cartografía de los riesgos en las comunidades, así como compartiendo las prácticas más adecuadas, los jóvenes pueden extraer enseñanzas para toda la vida, y contribuir a que sus comunidades tengan una mayor capacidad de recuperación de los desastres.

También a nivel mundial hay mucho que aprender. La Conferencia Mundial sobre la Reducción de Desastres, que se celebrará en enero del año próximo en Kobe (Japón), ofrecerá a los decisores y a los expertos una oportunidad única para pasar revista a todas las enseñanzas derivadas de nuestra experiencia directa con los desastres en el último decenio, e impartir directrices bien definidas para el aprovechamiento de estas lecciones.

Terremotos, huracanes, inundaciones, erupciones volcánicas y otros desastres naturales son una parte inevitable de la vida. Nuestro grado de vulnerabilidad a ellos no ha de serlo necesariamente. Como vimos durante la reciente estación de los huracanes en el Caribe, cuanto más preparadas estén las comunidades menos probable será que sufran una catástrofe. Cuando ha sobrevenido un desastre, lo primero que han de hacer los responsables locales y los que les proporcionan apoyo internacional es socorrer de inmediato a las víctimas. No obstante, todos los participantes deben asegurarse también de que aprenden de lo ocurrido, y tomar medidas para preparar a las comunidades a fin de que sean más resistentes y reduzcan los riesgos en el futuro. En este Día Internacional para la Reducción de Desastres, renovemos todos nuestra dedicación a esta misión.