Mensaje pronunciado por el Secretario General con ocasión del

Día Mundial de Lucha contra la Desertificación

17 de junio de 2004

Este año, en el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación celebramos el décimo aniversario de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, que desempeña un papel fundamental en los esfuerzos mundiales por erradicar la pobreza, lograr el desarrollo sostenible y alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio.

La Convención es el único instrumento jurídicamente vinculante y reconocido a nivel internacional que aborda el problema de la degradación del suelo en las zonas áridas del medio rural, y cuenta con un nivel de ratificación verdaderamente universal, con 191 Estados partes. Además, gracias al Fondo para el Medio Ambiente Mundial, que es su mecanismo de financiación, consigue canalizar recursos muy necesarios para los proyectos destinados a luchar contra este problema, particularmente en África.

Los riesgos que plantea la desertificación son considerables y evidentes. La desertificación reduce la fertilidad del suelo del planeta y provoca pérdidas de productividad que en algunas regiones alcanzan el 50%. Además, contribuye a agravar la inseguridad alimentaria, el hambre y la pobreza, y puede generar tensiones sociales, económicas y políticas que pueden provocar conflictos, más pobreza y la degradación del suelo. Según las estimaciones actuales, la desertificación amenaza los medios de subsistencia de más de 1.000 millones de personas y, como consecuencia de ello, 135 millones de personas podrían verse obligadas a abandonar sus tierras. Los pobres del medio rural son especialmente vulnerables, sobre todo en los países en desarrollo. Por ello, la Asamblea General, reconociendo la urgencia de afrontar las amplias repercusiones de este problema, ha declarado el año 2006 Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación.

En el décimo aniversario de la aprobación de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, felicito a todos los interesados por los logros conseguidos en los últimos 10 años y los aliento a confirmar y reforzar su compromiso con el proceso de la Convención. Estoy deseoso de colaborar con los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado, las organizaciones internacionales y otras partes interesadas para lograr que se preste especial atención a este problema crucial y hacer que cada día trabajemos para corregir la tendencia a la desertificación y conseguir que el mundo empiece a recorrer un camino más seguro y sostenible hacia el desarrollo.