logo

Mensaje del Secretario General, Kofi Annan, con motivo del día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer


       25 de noviembre de 2001



Al conmemorar el segundo Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, estamos más conscientes que nunca de que la violencia contra la mujer sigue siendo un fenómeno global contra el cual ningún país, ninguna sociedad y ninguna comunidad son inmunes.

Recientes eventos han hecho que el tema se avive aún más agudamente. El trato hacia las mujeres y niñas en Afganistán en los últimos años ha sido una afrenta a todos los estándares de dignidad, igualdad y humanidad. Al enfrentar los desafíos críticos políticos, humanitarios y de derechos humanos en Afganistán, la consideración de la situación de la mujer será una alta prioridad para cualquier papel futuro que desempeñen las Naciones Unidas en ese país.

Hace apenas un año, los líderes mundiales reafirmaron en su Declaración del Milenio que «…hombres y mujeres tienen el derecho de vivir sus vidas y de criar sus hijos en dignidad, libres de hambre y del miedo a la violencia, opresión o injusticia». También el año pasado el Consejo de Seguridad consideró, por primera vez, la situación de las mujeres en conflictos armados y adoptó la resolución 1325 sobre la mujer, paz y seguridad. Este documento innovador hizo un llamado a todas las partes de un conflicto armado a proteger mujeres y niñas de la violencia basada en género, particularmente violación y abuso sexual, y enfatizó la responsabilidad de todos los estados a ponerle un fin a la impunidad de aquellos responsables de crímenes de lesa humanidad y de guerra, incluyendo violencia sexual y de otro tipo contra mujeres y niñas. En el mismo año, los Estados Miembros se reunieron para la apertura de firmas de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus protocolos, uno de los cuales busca eliminar el tráfico de personas, especialmente mujeres y niños.

Estos compromisos deben ser nuestro norte en nuestra misión para liberar a la mujer de la violencia, donde sea que viva. Violencia contra la mujer no es un «asunto de mujeres», sino uno que nos concierne a todos -especialmente al hombre. De hecho, los hombres deben trabajar para confrontar lo que debe ser descrito como la violencia de hombres contra mujeres, y reconocer y respetar la igualdad de roles y derechos de la mujer. Cuando se trata de violencia contra la mujer, no existe una base para la tolerancia ni excusas tolerables.

En este Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, recordemos las palabras de un miembro de un grupo de mujeres Afganas, una de las muchas heroínas desconocidas de nuestro tiempo: «La sociedad es como un pájaro. Tiene dos alas. Y un pájaro no puede volar si una de sus alas está rota». Comprometámonos a asegurar que todas las sociedades vuelen con ambas alas, con igual fortaleza e igual dignidad.