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Mensaje del Secretario General, Kofi Annan,
con motivo de la celebración del día Internacional de la Paz

14 de septiembre de 1999

El principal mandato de las Naciones Unidas -"preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra"- continúa siendo tan válido hoy como cuando estas palabras fueron escritas en la Carta hace medio siglo. Para millones de personas de todo el mundo, la marcha del progreso humano continúa plagada de conflictos, violencia, odio y avaricia.

Durante estos años nos hemos dado cuenta de que no es suficiente enviar fuerzas de mantenimiento de paz para separar a las partes. No es suficiente entablar esfuerzos de construcción de la paz, después de que las sociedades hayan sido asoladas por los conflictos. No es suficiente dirigir la diplomacia preventiva. Todo esto constituye un trabajo esencial, pero también debemos actuar en un nivel más profundo si queremos obtener resultados duraderos. Necesitamos, en pocas palabras, una cultura de la paz.

En ocasiones, puede parecer que la cultura de la paz no tiene ninguna posibilidad contra la cultura de la guerra, la cultura de la violencia y las culturas de la impunidad y la intolerancia. La paz puede ser un reto complejo, dependiente de las acciones en otros campos e, incluso, de un poco de suerte de cuando en cuando. Puede ser un proceso lento, y frágil e imperfecto cuando se consigue. Pero la paz está en nuestras manos. Podemos hacerlo.

Este año, el Día Internacional de la Paz coincide con el inicio, por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), del Día Internacional para la Cultura de la Paz. "Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres", dice la Constitución de la UNESCO, "es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz". Cada uno de nosotros debe hacer su parte en este proyecto. La cultura de la paz es una idea, cuyo momento ha llegado.