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Testimonios

La historia de Khalid Hussain

Khalid Hussain es un bihari de Bangladesh. Describe a los bihari hablantes de urdu como el grupo más desfavorecido de Bangladesh porque no se les reconoce como ciudadanos en el país que consideran su hogar.

Khalid Hussain
Khalid Hassan, de Bangladesh destaca su difícil situación como una minoría étnica. Derechos de autor: Foto de la ONU/Jean-Marc FERRE

Hussain trajo la historia de los biharis al evento especial Voices: «Everyone affected by racism has a story that should be heard» (Voces: Cualquier persona afectada por el racismo tiene una historia que debe escucharse), de la Conferencia de Examen de Durban en Ginebra. Le dijo al público que tras la partición de Pakistán en 1971, más de 300.000 biharis han estado viviendo en campamentos provisionales por todo Bangladesh.

Hussain vive en el campamento Ginebra, construido por el Comité Internacional de la Cruz Roja en 1971, que debe su nombre a la ciudad de la oficina central de la organización en Suiza. El campamento Ginebra, uno de los mayores de Bangladesh, es el hogar de alrededor de 25.000 personas que viven en casas con un tamaño medio de unos 13 metros cuadrados habitadas por entre 5 y 8 personas. Hay 250 váteres públicos para todo el campamento.

«Como biharis», dice Hussain, «no tenemos acceso a ningún medio de subsistencia en la sociedad: ni social, ni cultural, ni económico».

La suya es una historia típica. Al terminar la educación primaria, Hussain y otros estudiantes intentaron inscribirse en el instituto local pero fueron rechazados. Su única opción era un colegio privado que la mayoría no podía permitirse.

En el colegio privado trataban a los estudiantes bihari como una raza aparte. «Recuerdo mi primer día en el colegio. Todos los estudiantes bangladesíes nos miraban como si fuéramos forasteros y comentaban entre susurros que éramos biharis y vivíamos en sucios campamentos... Se nos marginaba en el aula y teníamos que sentarnos en una fila aparte».

Khalid describió las extremas dificultades a las que se enfrentan los biharis para acceder al empleo y escapar de la pobreza. «No sólo se nos niegan todos los cargos gubernamentales sino que además, por tener nuestras direcciones en los campamentos y un estatus legal indefinido, la amplia discriminación en el mercado de trabajo sigue siendo una gran causa de preocupación».

«En consecuencia», afirmó, «la gran mayoría de los biharis se ven forzados a entrar en el sector informal y realizar trabajos como tirador de rickshaw, conductor, carnicero, barbero, mecánico y artesano».

Un grupo de biharis, Hussain entre ellos, logró un avance histórico el año 2003 al enfrentarse con la negativa de la comisión electoral de incluirles en el censo de votantes. El Tribunal Supremo de Bangladesh resolvió que las personas de los campamentos «son bangladesíes».

A pesar de este avance, Hussain considera que la situación de los biharis ha empeorado. «La intolerancia por parte de la sociedad civil dominante se ha incrementado. Ha habido muy poco interés por parte de las principales organizaciones de derechos humanos, los organismos de ayuda legal o las organizaciones de mujeres y niños… Las voces deben alzarse», dijo Hussain.

Hussain terminó hablando de tolerancia y solicitando un cambio de actitud que redujera la discriminación que soportaba su comunidad.

«Confío en que un día veremos un mundo libre de racismo, discriminación racial e intolerancia», declaró.

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