Una llamada de atención en la lucha contra el hambre

Aunque la actual producción mundial de alimentos es suficiente para alimentar a todos los habitantes del planeta, el hambre sigue aumentando en algunas partes del mundo. A pesar de los recientes avances para reducir el hambre en Asia y América Latina, el mundo sigue enfrentándose a crisis alimentarias en muchas regiones, especialmente en África, donde la situación es catastrófica.

Las agencias de la ONU que se ocupan de la seguridad alimentaria utilizan términos específicos para describir los distintos niveles de escasez de alimentos; como hambre, inseguridad alimentaria y malnutrición. Veamos qué significan.

¿Qué son el hambre y la seguridad alimentaria?

La La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) describe el hambre como una sensación física incómoda o dolorosa, causada por un consumo insuficiente de energía alimentaria. Se vuelve crónica cuando la persona no consume una cantidad suficiente de calorías (energía alimentaria) de forma regular para llevar una vida normal, activa y saludable.

Por otro lado, una persona padece inseguridad alimentaria cuando carece de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y para llevar una vida activa y saludable. Esto puede deberse a la falta de disponibilidad de alimentos y/o a la falta de recursos para obtenerlos. La inseguridad alimentaria puede experimentarse a diferentes niveles de severidad.

Asimismo, la malnutrición puede consistir en la desnutrición o, en el extremo opuesto, en el sobrepeso y la obesidad. Ambas son tendencias preocupantes que coexisten actualmente en el mundo.

En los niños, la desnutrición puede causar retraso del crecimiento y emaciación. El retraso en el crecimiento consiste en una altura insuficiente para la edad del niño, mientras que la emaciación es una insuficiencia de peso para la estatura del niño. El retraso en el crecimiento es una medida de deficiencia nutricional crónica, mientras que la emaciación es una medida de deficiencia nutricional aguda.

¿Cómo se relacionan el hambre y la inseguridad alimentaria?

Cuando alguien se encuentra en una situación de inseguridad alimentaria severa, se ha quedado sin alimentos y ha pasado un día o más sin comer. En otras palabras, lo más probable es que haya pasado hambre. La inseguridad alimentaria severa es uno de los extremos de la escala, pero incluso la inseguridad alimentaria moderada es preocupante.

Para las personas que padecen una inseguridad alimentaria moderada, el acceso a los alimentos es incierto. Puede que tengan que sacrificar otras necesidades básicas, sólo para poder comer. Cuando comen, puede ser lo que está más fácilmente disponible o lo más barato, que puede no ser el alimento más nutritivo.

El aumento de la obesidad y otras formas de malnutrición es en parte resultado de este fenómeno. Los alimentos muy elaborados e hipercalóricos, con alto contenido de grasas saturadas, azúcares y sal son, a menudo más baratos y fáciles de conseguir que las frutas y verduras frescas

Comer esos alimentos puede significar que se cubren sus necesidades diarias de calorías, pero le faltan nutrientes esenciales para mantener su cuerpo sano y en buen funcionamiento. Además, el estrés de vivir con un acceso incierto a los alimentos y de pasar períodos sin comer puede llevar a cambios fisiológicos que pueden contribuir al sobrepeso y la obesidad.

La FAO advierte que los niños que hoy en día se enfrentan al hambre, la inseguridad alimentaria y la desnutrición, pueden tener un mayor riesgo de sobrepeso, obesidad y enfermedades crónicas como la diabetes a lo largo de su vida.

El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2023

La pandemia de COVID-19, los conflictos y las perturbaciones meteorológicas han provocado un aumento del número de personas que padecen hambre. Según la edición 2023 del informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2023, entre 691 y 783 millones de personas pasaban hambre en 2022, lo que representa un aumento de 122 millones de personas en comparación con 2019.

Además del hambre, el informe también destaca que 2.400 millones de personas sufrían inseguridad alimentaria moderada o grave y 900 millones se enfrentaban a una inseguridad alimentaria severa. Más de 3.100 millones de personas no podían permitirse una dieta saludable. Muchos niños menores de cinco años sufren malnutrición. La lactancia materna exclusiva ha mejorado, pero se necesitan más esfuerzos para alcanzar objetivos nutricionales para 2030.

Entender mejor la brecha entre zonas rurales y urbanas

El informe también hace hincapié en el impacto de la urbanización en los sistemas agroalimentarios, ya que se prevé que casi siete de cada diez personas vivan en ciudades en 2050. Los gobiernos y los responsables políticos deben tener en cuenta las tendencias de la urbanización y sus efectos sobre la seguridad alimentaria, el hambre y la malnutrición.

Aunque la inseguridad alimentaria afecta más a la población de las zonas rurales, el consumo de alimentos altamente procesados está aumentando en las zonas periurbanas y rurales.

La malnutrición infantil también revela especificidades urbanas y rurales: la prevalencia del retraso del crecimiento infantil es mayor en las zonas rurales que en las urbanas, al igual que ocurre con la emaciación. Asimismo, el sobrepeso es ligeramente más frecuente en las zonas urbanas que en las rurales.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio y los alimentos

En el año 2000, los líderes mundiales se reunieron en las Naciones Unidas para configurar un amplio plan de lucha contra la pobreza. De este encuentro nacieron ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, que se mantuvieron hasta 2015 como el marco principal de desarrollo para el mundo. El gran apoyo internacional que se dio a estos obejtivos generó el movimiento de lucha contra la pobreza más exitoso de la historia. Por ejemplo, el Objetivo 1  que tenía como meta reducir a la mitad el porcentaje de personas que viven en condiciones de extrema pobreza se alcanzó en 2010, años antes de la fecha límite de 2015. Pero esto solo es la mitad del trabajo, pues aún quedan muchos millones de personas en el mundo que pasan hambre cada día. Para afrontar este nuevo reto la comunidad internacional, liderada por la ONU, se comprometió a definir y alcanzar una nuevo paquete de metas en 2030: los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La alimentación y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

La alimentación se encuentra también en el corazón de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la agenda de desarrollo de la ONU para el siglo XXI. La finalidad del ODS 2 es "Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible". Lograr este objetivo en 2030 requerirá un cambio profundo del sistema alimentario y agrícola mundial. Estos son algunos de los componentes de esta meta:

  • poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación sana y nutritiva;
  • poner fin a las formas de malnutrición;
  • duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos en pequeña escala;
  • asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos;
  • aumentar las inversiones en la investigación agrícola;
  • corregir y prevenir las restricciones y distorsiones comerciales en los mercados agropecuarios mundiales;
  • adoptar medidas para asegurar el buen funcionamiento de los mercados de productos básicos alimentarios.

Datos sobre el hambre y la nutrición

Reto del Hambre Cero

El Secretario General de las Naciones Unidas lanzó el Reto del Hambre Cero durante la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20) en 2012. El Reto del Hambre Cero se puso en marcha para inspirar un movimiento global que lograra un mundo sin hambre en una generación. Esta iniciativa busca:

  • poner fin al retraso en el crecimiento en niños y niñas menores de dos años
  • lograr que el 100% de las personas tenga acceso a una alimentación adecuada, durante todo el año;
  • conseguir que todos los sistemas alimentarios sean sostenibles;
  • aumentar un 100% la productividad y el ingreso de los pequeños agricultores;
  • acabar con las pérdidas después de la cosecha y el despilfarro de alimentos.

Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios

En 2021, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, convocó una Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios como parte de la Década de Acción para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de aquí a 2030. La Cumbre puso en marcha medidas nuevas y audaces para avanzar en el logro de los 17 ODS, cada uno de los cuales depende hasta cierto punto de sistemas alimentarios más saludables, sostenibles y equitativos.

Guiada por cinco Vías de Acción, la Cumbre reunió a agentes clave del mundo de la ciencia, los negocios, la política, la atención de la salud y los círculos académicos, así como a los agricultores, los pueblos indígenas, las organizaciones juveniles, los grupos de consumidores, los activistas ambientales y otros interesados fundamentales.

Agencias de las Naciones Unidas que trabajan por la seguridad alimentaria

Programa Mundial de Alimentos (PMA)

El Programa Mundial de Alimentos (PMA), tiene como objetivo brindar asistencia alimentaria a más de 80 millones de personas en 80 países y responder a emergencias alimentarias. Además, el PMA también ayuda a prevenir el hambre en el futuro. Lo consigue mediante programas que emplean la comida para crear activos, difundir conocimientos y fomentar comunidades más fuertes y dinámicas, lo que las ayuda a conseguir una mayor seguridad alimentaria.

Banco Mundial

La inversión en agricultura y en desarrollo rural para potenciar la producción de alimentos y la nutrición es una prioridad para el Grupo Banco Mundial. El Grupo trabaja con asociados para mejorar la seguridad alimentaria y construir un sistema alimentario que cubra las necesidades de todos, en todo el mundo, todos los días. Algunas de sus actividades son:

  • el impulso de técnicas agrícolas "climáticamente inteligentes" y la restauración de tierras de cultivo degradadas;
  • el cultivo de cosechas más resistentes y nutritivas;
  • y la mejora del almacenamiento y de las cadenas de abastecimiento para reducir la pérdida de alimentos.

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

La finalidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). es alcanzar seguridad alimentaria para todos y asegurar que todas las personas puedan acceder regularmente a una cantidad suficiente de alimentos de calidad que les permita llevar una vida activa y saludable. Los tres objetivos principales de esta organización son:

  • erradicar el hambre, la inseguridad alimentaria y de la malnutrición;
  • la eliminación de la pobreza y el avance hacia el progreso económico y social para todos;
  • y la gestión del uso sostenible de los recursos naturales, como la tierra, el agua, el aire, el clima y los recursos genéticos, en beneficio de las generaciones de hoy y de mañana.

La FAO también publica el índice de precios de los alimentos, que es una medida de la variación mensual de los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios.

Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA)

Por su parte, el FIDA se centra en la reducción de la pobreza en áreas rurales. Para ello trabaja con poblaciones rurales en países en desarrollo para eliminar la pobreza, el hambre y la malnutrición; aumentar su productividad y sus ingresos; y mejorar la calidad de sus vidas. Todos los programas financiados por el FIDA abordan de alguna manera la seguridad alimentaria y nutricional. El FIDA ha apoyado a cerca de 483 millones de personas en las cuatro últimas décadas.

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