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Mensaje del Sr. Koichiro Matsuura,
Director General de la UNESCO,
con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa
3 de mayo de 2007
El Día Mundial de la Libertad de Prensa ofrece
una ocasión de recordarle al mundo la importancia de proteger
el derecho humano fundamental a la libertad de expresión, consagrado
en el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Puesto que la violencia contra los profesionales de los medios
de comunicación constituye actualmente una de las mayores amenazas
a la libertad de expresión, he decidido dedicar el Día Mundial
de la Libertad de Prensa de 2007 al tema de la seguridad de
los periodistas.
Durante el decenio pasado, presenciamos la drástica escalada
de la violencia contra los periodistas, los profesionales de
los medios de comunicación y sus colaboradores. En muchos países
del mundo, los profesionales de la prensa son objeto de hostigamiento,
agresiones y detenciones, e incluso son víctimas de asesinatos.
Según las asociaciones profesionales, 2006 fue el año más sangriento
registrado hasta ahora, con más de 150 asesinatos de periodistas.
Otros cientos de empleados de los medios de comunicación fueron
arrestados, amenazados o agredidos a causa de su trabajo. El
oficio de periodista nunca había sido tan peligroso.
Sabemos que las zonas donde se desarrolla un conflicto –al
igual que las que se encuentran en situación de posguerra son
especialmente peligrosas para los periodistas. El peor de esos
casos es Iraq, donde 69 profesionales de los medios resultaron
muertos el año pasado. Más de 170 periodistas, la gran mayoría
oriundos del país, han muerto en Iraq desde el inicio de las
hostilidades, en abril de 2003. Nunca antes en la historia
se había producido una matanza tan grande de periodistas.
Quienes arriesgan la vida para proporcionarnos información
independiente y fiable merecen que les brindemos admiración,
respeto y apoyo. Ellos entienden mejor que nadie que los medios
de comunicación contribuyen en grado sumo a los procesos de
rendición de cuentas, reconstrucción y reconciliación. En efecto,
el recrudecimiento de la violencia contra los periodistas es
un testimonio a la vez trágico y elocuente de la importancia
que tienen los medios de comunicación para las democracias
modernas.
La seguridad de los periodistas es un asunto que nos atañe
a todos. Cada agresión contra un periodista representa un ataque
contra nuestras libertades más fundamentales. La libertad de
prensa y la libertad de expresión no pueden ejercerse si no
existe una seguridad básica.
Por lo tanto, en este Día Mundial de la Libertad de Prensa
debemos comprometernos a redoblar los esfuerzos encaminados
a garantizar la seguridad de los periodistas. Exhorto a todos
los gobiernos y las autoridades políticas, en particular, a
que pongan fin a la tradición generalizada de impunidad que
caracteriza la violencia contra los periodistas. Los gobiernos
deben asumir su responsabilidad de garantizar que los crímenes
contra los profesionales de la prensa sean objeto de investigación
y proceso judicial.
Esta efeméride brinda también la oportunidad de reconocer los
avances que se han realizado en la protección de la libertad
de prensa. La UNESCO acoge con satisfacción la reciente resolución
de las Naciones Unidas en que se condenan los ataques contra
los periodistas en situaciones de conflicto. Esa resolución
representa una victoria para la campaña contra la impunidad
y para quienes se han comprometido a proteger la independencia
y los derechos de los trabajadores de los medios de prensa.
Debemos aprovechar este impulso para forjar una “cultura de
seguridad” en los órganos de comunicación.
Al celebrar el Día Mundial de la Libertad de Prensa, debemos
pensar en cómo difundir los valores que realzan la función
esencial de la prensa en la promoción de la paz, la democracia
y el desarrollo duraderos. Debemos conmemorar a los periodistas
profesionales que han perdido la vida y honrar a quienes nos
aportan la información, a despecho del peligro. Sobre todo,
debemos comprender la íntima conexión que existe entre la tarea
de garantizar la seguridad de los periodistas y el ejercicio
de nuestras libertades. Nuestra capacidad de actuar como ciudadanos
del mundo bien informados depende del funcionamiento libre
y seguro de los medios de comunicación.
Koïchiro Matsuura
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