Migración internacional y desarrollo
 
 
 

Discurso del Secretario General de las Naciones Unidas

          Señora Presidenta,
          Excelentísimos Señores,
          Señoras y Señores:

      La migración es una valerosa expresión de la voluntad de una persona por superar la adversidad y vivir una vida mejor. En la década pasada, la globalización ha incrementado el número de personas con deseos y capacidad para trasladarse a otros lugares.

      Esta nueva era de movilidad ha creado, para las sociedades de todo el mundo, tanto oportunidades como nuevos problemas. También ha puesto de manifiesto la estrecha vinculación que existe entre la migración internacional y el desarrollo.

      Hace tan sólo algunos años, muchos no pensaban que fuera posible hablar de la migración en las Naciones Unidas. Decían que los gobiernos no se atreverían a plantear en un foro internacional un tema con respecto al cual sus nacionales eran tan sensibles.

      Sin embargo, aquí están ustedes, y noto que el estado de ánimo está cambiando.

      Cada vez hay más gente interesada en la forma en que los migrantes pueden ayudar a transformar sus países de adopción y nativos. Cada vez hay más gente que entiende que los gobiernos pueden ayudar a crear ganancias a tres bandas: para los migrantes, para sus países de origen y para las sociedades que los acogen.

      Nadie puede negar que la migración internacional tiene aspectos negativos como el tráfico, el contrabando o el descontento social; ni que a menudo es consecuencia de la pobreza o de la lucha política. No obstante, con su presencia aquí hoy, ustedes están mostrando su voluntad de afrontar los problemas de la migración mediante el diálogo y la cooperación y no con antagonismo y aislamiento.

      Su presencia constituye también un homenaje a la contagiosa energía y el pragmatismo visionario de mi Representante Especial, Peter Sutherland, cuya labor ha reafirmado e inspirado a todos y al que estoy profundamente agradecido.

      En el momento de iniciar este Diálogo, permítanme sugerirles tres razones de por qué este es el momento adecuado para ello.

      En primer lugar, para decirlo llanamente, porque a todos nos afecta. En la actualidad hay más países implicados en la migración internacional y que se ven afectados por ella que en ningún otro momento de la historia. Y ya no es tan fácil establecer una división entre "países de origen" y "países de destino". En la actualidad, muchos países son ambas cosas. Países que son muy diferentes en otros sentidos se enfrentan sorprendentemente a problemas de migración similares.

      En segundo lugar, cada vez hay más evidencias de las ventajas que la migración puede tener. Con un número de envíos que alcanzó una cifra estimada de 1.670 millones de dólares el año pasado, la cantidad total de efectivo que los migrantes del mundo en desarrollo envían a sus familias es superior al total de la ayuda internacional. Y el dinero no es ni mucho menos toda la historia. Los migrantes también utilizan su experiencia y su formación para transferir tecnología, capital y conocimiento institucional, inspiran nuevas formas de pensamiento respecto de problemas sociales y políticos, y constituyen un vínculo humano dinámico entre culturas, economías y sociedades. Por ello, estamos en mejor situación que nunca para afrontar los problemas de la migración y aprovechar las oportunidades que nos ofrece.

      En tercer lugar, los gobiernos están comenzando ahora a ver la migración internacional a través del prisma de la oportunidad y no del miedo. La labor de ustedes se centra en magnificar los aspectos positivos mutuamente beneficiosos de la migración al compartir sus experiencias, desarrollar ideas prácticas y establecer colaboraciones.

      Por todo ello, y también porque las personas migran no sólo entre países vecinos o dentro de determinadas regiones, sino desde casi todo un extremo al otro del mundo, la migración internacional requiere hoy un examen a nivel mundial.

      Por supuesto que la migración también provoca un debate apasionado. Puede privar a los países de sus mejores y más brillantes nacionales. Puede dividir familias. Puede generar tensiones sociales. A veces la explotan los delincuentes y los terroristas. Pero es posible encontrar respuestas a muchos de estos problemas mediante el debate y la participación constructiva.

      Por ello, creo que el diálogo que comienzan hoy no debe terminar mañana. Me complace especialmente que tantos de ustedes hayan aceptado mi propuesta de un Foro mundial sobre migración y desarrollo, y me hayan pedido ayuda para establecerlo. Quiero manifestar mi agradecimiento en particular al Gobierno de Bélgica por su ofrecimiento a acoger la celebración de la primera reunión el próximo año.

      Creo que un Foro de este tipo puede promover la cooperación práctica entre los gobiernos, basada en evidencias. Puede ofrecer una oportunidad para enmarcar los problemas de forma que permita avanzar juntos, descubrir ámbitos de coordinación y encontrar formas de mejorar la cooperación.

      Es evidente que no hay consenso respecto a la conversión de la migración internacional en objeto de negociaciones oficiales y normativas. No hay muchos deseos de establecer una comisión intergubernamental normativa sobre la migración. No obstante, según entiendo la posición de los países que apoyan esta idea, el Foro sería todo lo contrario a ello. Se trataría de una entidad oficiosa, voluntaria y de carácter consultivo. Sobre todo, no adoptaría ninguna decisión vinculante.

      El Foro nos permitiría establecer relaciones de confianza y aunar las mejores ideas desarrolladas por diferentes países; facilitar los envíos; participar en las diásporas; examinar nuevas formas para reducir la pobreza; crear colaboraciones con fines educativos; etc.

      Por último, sería una muestra de que los gobiernos están dispuestos en este momento a afrontar este complicado e inestable problema de manera reflexiva y constructiva.

      El Foro debe estar dirigido y supervisado por Estados. No obstante, el sistema de las Naciones Unidas, y yo personalmente, estamos dispuestos a respaldarlo. He decidido ampliar el mandato de mi Representante Especial sobre Migración para que continúe su labor tras la conclusión del presente Diálogo. Confío en que el Representante Especial constituya un vínculo esencial entre el Foro que se propone y todo el sistema de las Naciones Unidas. Asimismo, estoy dispuesto a establecer un fondo fiduciario voluntario que sirva de apoyo a la labor del Foro, si ustedes lo consideran útil.

      Las Naciones Unidas también están haciendo frente a los problemas que plantea la migración internacional de otra forma. La primavera pasada, establecí el Grupo Mundial sobre Migración, del que forman parte oficinas, fondos, programas y organismos de las Naciones Unidas que se dedican a distintos aspectos de la migración internacional y el desarrollo, así como la Organización Internacional para las Migraciones. Sin duda conocen la importante labor que realizan los miembros que integran dicho Grupo, que va desde apoyar la migración por razones laborales a ayudar a los países en desarrollo a establecer una mejor conexión con las comunidades migrantes que están en el extranjero, desde realizar un importante análisis demográfico a llevar a cabo investigación sobre los envíos, desde garantizar los derechos de los migrantes a luchar contra la trata de seres humanos. El Grupo Mundial sobre Migración está tratando de que exista mayor coordinación y coherencia entre sus miembros.

Señoras y Señores,

      Este Diálogo de alto nivel tendrá éxito en la medida en que con él se inicie una era de consideración profunda y continuada respecto de las cuestiones de la migración internacional y el desarrollo, porque durante demasiado tiempo la política en materia de migración se ha basado en corazonadas, anécdotas y oportunidad política. Ha llegado el momento de examinar los hechos y utilizarlos para establecer un entendimiento común de la forma en que la migración internacional puede beneficiarnos a todos.

Muchas gracias.

 

 
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