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Los Estados multiétnicos y la protección de los derechos de las minorías

Empleo lejos del suelo natal - Migración y discriminación

Al Hussein tiene 19 años. Se esfuerza por permanecer sentado sobre un inmenso camión que atraviesa el desierto. Lleva varias horas viajando en esas condiciones, respirando polvo y agobiado por el calor insoportable. Ha dejado su casa, a su hermano mellizo y al resto de su familia, que viven en el Sur. Más allá del desierto está el mar y, tal vez, con suerte, podrá encontrar un barco que lo lleve a Europa, donde espera conseguir un trabajo que le permita construir una nueva vida y enviar dinero a su aldea.

Al Hussein no es el único en emprender una travesía tan peligrosa como ésta. Unos 150 millones de mujeres, hombres y aun niños, que representan alrededor del 3% de la población mundial, han abandonado su suelo natal y viven como extraños en el país en que residen. No hay ningún continente ni región del mundo que no albergue migrantes en su seno. Todos los países son hoy lugares de origen, tránsito o destino de migrantes; muchos de ellos, las tres cosas a la vez. Más de la mitad de los migrantes internacionales viven en países en desarrollo. Según la Organización Internacional para las Migraciones, la mayor cantidad de migrantes internacionales se concentra en Asia; Europa y América del Norte tienen más o menos el mismo número y les siguen, en orden decreciente, África, América Latina y Oceanía.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que hasta 80 millones del número mencionado son trabajadores migratorios. En 1997 la OIT estimó que los trabajadores migratorios se distribuían de la siguiente manera: 20 millones en África, 17 millones en América del Norte, 12 millones en América Central y del Sur, 7 millones en Asia, 9 millones en el Oriente Medio (países árabes) y 30 millones en Europa.

La migración no es de ninguna manera un fenómeno reciente ni localizado. Mujeres y hombres han abandonado sus patrias en procura de mejores empleos y de una nueva vida en otros países desde los comienzos del trabajo remunerado. Las guerras civiles, la inseguridad y las persecuciones obligan también a las personas a abandonar sus países. Sin embargo, el proceso de mundialización actual ha causado una movilidad sin precedentes en los trabajadores, y la migración genera cada vez más presiones. El Sr. Gareth Howell, representante de la Organización Internacional del Trabajo ante las Naciones Unidas, ha señalado que "las restricciones cada vez más severas a la inmigración fomentan en grado creciente el tráfico de migrantes, lo que con frecuencia se traduce en tragedias personales."

Las mujeres y los niños componen más de la mitad de los refugiados y desplazados internos, y los porcentajes correspondientes van en aumento para otras categorías de migrantes. El 96% de los niños que trabajan y duermen en las calles son migrantes, y cerca de la mitad son niñas de 8 a 14 años de edad.

Los migrantes constituyen un grupo particularmente vulnerable, cuyos derechos no sólo como trabajadores sino también como seres humanos son sistemáticamente violados. Por lo general son objeto de actos de discriminación y hostilidad de raíz xenofóbica. Según la Organización Internacional para las Migraciones, "los migrantes se convierten cada vez más en chivos expiatorios de todo tipo de problemas internos que hoy aquejan a diversas sociedades, en particular el desempleo, la delincuencia, las drogas e, inclusive, el terrorismo". La Sra. Gabriela Rodríguez Pizarro, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los migrantes, observa que se adopta esa actitud especialmente "en el caso de numerosos migrantes indocumentados o en situación irregular, incluidas las víctimas de la trata de personas, que son [vulnerables] a las violaciones de sus derechos humanos". Las Naciones Unidas estiman que todos los años son introducidas clandestinamente de 300.000 a 600.000 mujeres en la Unión Europea y en algunos países de Europa central, y que el problema está muy generalizado también en África y América Latina.

En su informe a la Comisión de Derechos Humanos, la Sra. Rodríguez Pizarro destaca que "A menudo la violencia física y otras violaciones de derechos se cometen contra "personas cuyo color, aspecto físico, indumentaria, acento o religión distintos de los mayoritarios en el país de acogida, independientemente de cuál sea su situación jurídica" y añade que "uno de los aspectos constitutivos de la condición del migrante es el aislamiento."

En el informe se subraya también que en el último decenio se ha registrado un recrudecimiento inquietante de la intolerancia, la discriminación, el racismo y la xenofobia, expresados en franca violencia contra los migrantes, prácticamente en todas las regiones del mundo. Se puntualiza asimismo enel informe que el racismo puede verse agravado por la distribución desigual de la riqueza, la marginación y la exclusión social. Las nuevas tecnologías de la comunicación, incluida la Internet, se utilizan para difundir propaganda racista y xenófoba contra los migrantes. Se destaca igualmente en el informe que por su doble marginación como mujeres y personas que migran, las trabajadoras migratorias pueden encontrarse fácilmente en una situación de vulnerabilidad a la violencia y a los abusos, tanto en el ámbito doméstico como en el laboral. El intercambio de favores sexuales por el permiso de tránsito, práctica frecuente en algunas fronteras, es también una forma de persecución de las mujeres migrantes fundada en el género. Las trabajadoras migratorias predominan en el mercado laboral no estructurado de la mayoría de los países, realizando tareas domésticas, industriales o agrícolas o trabajando en el sector de los servicios.

En el Foro Económico Mundial celebrado en Davos en enero de 2001, la Sra. Mary Robinson, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y Secretaria General de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, advirtió a los dirigentes empresariales que la discriminación racial en el lugar de trabajo seguía siendo un problema mundial muy preocupante, y dijo que hay estudios que demuestran que la discriminación en el lugar de trabajo "puede tener graves consecuencias para los trabajadores migratorios y los grupos minoritarios y para las carreras y el futuro de sus hijos. Los empleados que reciben un trato vejatorio por motivos de raza, color, nacionalidad, linaje o etnia sufren estrés, ira y fatiga, lo que a la larga repercute en la calidad del trabajo". Poco antes, la Sra. Robinson había expresado también su preocupación por los malos tratos que se infligen a los hijos y familiares de migrantes, el temor y desagrado generalizado los extranjeros que se manifiesta en las esferas pública y privada y el trato de delincuentes que se da a las personas objeto de tráfico debido a que carecen de residencia legal, hecho sobre el que no ejercen control alguno."

En diciembre de 2000, más de cien países firmaron en Palermo (Italia) la Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional de 1990 y sus protocolos complementarios contra la trata de mujeres y niños y contra el tráfico ilegal de migrantes. No obstante, aunque 16 países ya han ratificado la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y sus familias, se requiere aún la adhesión de cuatro gobiernos para que entre en vigor. La Sra. Mary Robinson ha exhortado a los gobiernos a que "ratifiquen la Convención lo antes posible, de modo que los millones de trabajadores migratorios que viven en distintos rincones del mundo queden amparados por el régimen de protección que instituye". La sra. Robionson ha señalado, asimismo, que "los prejuicios de los empleadores contra los inmigrantes agravan sus elevadas tasas de desempleo, lo que obstaculiza su ascenso social y reduce las posibilidades de sus hijos de prosperar económicamente en su vida de adultos."

En un seminario llevado a cabo en octubre de 2000 en Bangkok como preparativo de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, algunos expertos observaron que la inmigración de personas a quienes se consideran muy distintas genera tensiones entre la demanda de mano de obra y la sensación de que se está erosionando la cultura nacional. Un experto en particular sostuvo que "llevará mucho más tiempo eliminar el prejuicio contra el extranjero que corregir las formas jurídicas e institucionales de discriminación". Todos convinieron en que había que instituir programas educacionales al comienzo y al final del proceso inmigratorio con el objeto de valorar la diversidad y fomentar la tolerancia. En el seminario se destacó también con preocupación la vulnerabilidad de un nuevo subgrupo de niños migrantes en constante crecimiento: los hijos de mujeres migrantes que fueron violadas, los niños de uniones interraciales y los hijos de migrantes nacidos en el país de destino o acogida, todos ellos víctimas de discriminación racial no sólo en los países de adopción sino también sufren el estigma de su situación en sus comunidades y países de origen.

La Asamblea General de las Naciones Unidas celebró por primera vez en el año 2000 el Día Internacional del Migrante (18 de diciembre), con la esperanza de que contribuiría a que se reconocieran los aportes de los migrantes a las economías de sus países natales y de acogida.

El Fondo Monetario Internacional ha calculado recientemente que las remesas de los trabajadores migratorios a sus países de origen ascendieron en 1997 a 77.000 millones de dólares, cifra sólo superada por las corrientes monetarias del comercio internacional correspondientes a las exportaciones mundiales de petróleo.

La Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia se celebrará en Durban (Sudáfrica) del 31 de agosto al 7 de septiembre de 2001.

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