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Día Internacional de Tolerancia Cero con la
Mutilación Genital Femenina 6 de febrero

Mensaje del Secretario General con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina

«Conservar lo mejor de la cultura y abandonar todo lo que cause daño»

6 de febrero de 2014

Como Secretario General de las Naciones Unidas, enarbolo en alto la bandera del empoderamiento de las mujeres y las niñas, la promoción de su salud y la defensa de sus derechos. El Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina es una oportunidad para hacer frente a este problema persistente —y para ver con esperanza las iniciativas que demuestren que es posible acabar con esta práctica.

          

Debemos esforzarnos por conservar lo mejor de toda cultura y abandonar todo lo que cause daño.

          

No hay ninguna razón religiosa, de desarrollo o de salud para mutilar a una niña o a una mujer. Aunque algunos argumenten que esta práctica es una «tradición», debemos recordar que la esclavitud, los llamados crímenes de honor y otras prácticas inhumanas se han defendido con el mismo argumento débil. El hecho de que una práctica perjudicial haya existido durante mucho tiempo no justifica que se continúe. Todas las “tradiciones” que degradan, deshumanizan y lesionan son violaciones de los derechos humanos que debemos combatir activamente hasta que desaparezcan.

          

La mutilación genital femenina causa graves daños a las personas. Las consecuencias inmediatas y a largo plazo para la salud incluyen un dolor constante, infecciones, incontinencia y a veces complicaciones mortales durante el embarazo y el parto.

          

Esta práctica esta declinando en la mayoría de los países, pero aún está muy difundida. Aunque es difícil obtener datos estadísticos sólidos, se estima que más de 125 millones de niñas y mujeres vivas han sido mutiladas en 29 países de África y el Oriente Medio, donde la incidencia de la mutilación genital femenina es mayor y existen datos sobre ella. Si las tendencias actuales continúan, es probable que unos 86 millones de niñas en todo el mundo serán sometidas a alguna forma de esta práctica en 2030. Asia, Europa, América del Norte y otras regiones no están a salvo y deben mantenerse igualmente en alerta para hacer frente a este problema.

          

Afortunadamente, hay señales positivas de que avanzamos en nuestro impulso mundial para poner fin a esta práctica nociva.

          

Las propias niñas entienden instintivamente los peligros de ser mutiladas, y muchas madres que han visto o experimentado este trauma quieren proteger a sus hijas del sufrimiento. Es alentador que un número cada vez mayor de comunidades se unan y acuerden públicamente poner fin a la mutilación genital femenina y conseguir una vida mejor para las niñas.

          

Recientemente, en Uganda, Kenia y Guinea-Bissau se han adoptado leyes para poner fin a la mutilación genital femenina. En Etiopía, los responsables de esta práctica han sido detenidos, juzgados y sancionados, y los medios de comunicación han dado amplia cobertura a este asunto, aumentando aún más la conciencia pública.

          

Las Naciones Unidas y sus asociados han emprendido actividades valiosas y culturalmente sensibles con el objetivo de poner fin a la mutilación genital femenina sin reprimendas ni regañinas.

          

En el Sudán, observamos un cambio social con la campaña llamada «Saleema», la palabra árabe que significa completa, intacta, entera y pura. Un padre conmovido por el esfuerzo y que decidió que no se mutilase a sus hijas explicó su decisión con estas simples palabras: “Una niña nace Saleema, así que déjenla Saleema”. Cientos de comunidades han adoptado esta iniciativa, expresando su apoyo a través de canciones, poesías y ropa con los colores brillantes de la campaña. Otros países están emulando la campaña o encontrando soluciones adaptadas a sus necesidades locales, por ejemplo Kenya, donde los ancianos de la comunidad meru han prohibido la mutilación genital femenina y han prometido imponer una multa a cualquier persona que cause mutilación o incite a la práctica.

          

Además de las iniciativas de prevención, las Naciones Unidas están trabajando con sus asociados para ayudar a aquellas personas que han sido afectadas por la mutilación genital femenina. Con avances médicos pioneros, los médicos pueden reparar el cuerpo de las mujeres y restablecer su salud. Recuerdo las palabras de una doctora que trabaja en Burkina Faso y que describió «el alivio enorme de las mujeres» después de someterse a la operación, que según dijo es un 100% eficaz. Las muchas mujeres que carecen de los recursos necesarios para viajar a los centros adecuados y los programas que ofrecen tratamiento apropiado merecen un apoyo generoso.

          

La resolución histórica en la que la Asamblea General proclamó este día conmemorativo fue patrocinada por todos los países de África y apoyada por todos los Miembros de las Naciones Unidas. Este avance muestra el gran valor que ofrecen las Naciones Unidas para defender juntos los derechos humanos universales. Ahora nuestro reto es dar un verdadero sentido a este día, usándolo para obtener apoyo público, para promover avances jurídicos y prácticos y para ayudar a las niñas y mujeres en riesgo o afectadas por la mutilación genital femenina.

          

El efecto sobre las personas será profundo porque las librará del dolor y estimulará a progresar. Los beneficios se sentirán en toda la sociedad a medida que estas niñas y mujeres prosperen y contribuyan a un futuro mejor para todos.

 

Sección de Servicios de Internet, Departamento de Comunicación Global de las Naciones Unidas