El 2014 es el último año de la campaña «Refuerzo», que coincide con el Año Internacional para la Reducción de los Desastres. Dicha campaña ha sido diseñada con el fin de concienciar y abogar por la disminución de las amenazas de los desastres. Cada año se centra en un grupo de personas, como niños y jóvenes (2011), mujeres y niñas (2012), personas con discapacidad (2013) y personas de edad (2014).
El mundo está envejeciendo. Actualmente, cerca de 700 millones de personas (un 10 por ciento de la población mundial) tienen más de 60 años, y se espera que en 2030 haya más personas mayores de 60 que menores de 10. Mientras que esto puede considerarse un avance en el desarrollo, la combinación de un clima más extremo y catástrofes, junto con la incapacidad para adaptar las respuestas de reducción del riesgo de los desastres en una población que tiende a envejecer, incrementa la vulnerabilidad de las personas mayores. Sin embargo, los requerimientos y capacidades específicas de este grupo de personas no tienen la consideración adecuada a la hora de reducir el riesgo de los desastres.
Es necesario recordar el papel clave que las personas mayores juegan en la resiliencia frente a los desastres, y asegurar, por tanto, su participación igualitaria. El incremento de las temperaturas mundiales ha agravado los riesgos climáticos y medioambientales. A la vez, se está produciendo un rápido crecimiento y envejecimiento de la población, sobre todo en los países en desarrollo, en los que viven el 60% de las personas de edad avanzada. Se calcula que esta cifra aumentará a un 80% para el 2050. Esta combinación del aumento del riesgo de desastres junto con el envejecimiento de la población debe abordarse a todos los niveles de planificación de la gestión de los desastres para asegurar que su impacto no aumente en línea con dichas tendencias.
La «Carta 14» para las personas de edad en la reducción del riesgo de desastres solicita un mayor compromiso por parte de los gobiernos, los donantes y las organizaciones para que actúen a corto plazo en el desarrollo de políticas, estrategias y prácticas para la reducción del riesgo de los desastres que, a menudo, son insuficientes para responder a las necesidades de las personas de edad ante estas situaciones. Estas medidas deben reconocer y satisfacer los derechos de este grupo de personas y recoger sus capacidades y contribuciones. La Carta se ha desarrollado tras consultar con gobiernos, ONG, expertos en la reducción del riesgo de los desastres y en envejecimiento, y con hombres y mujeres de avanzada edad. Dicha Carta puede ser firmada por gobiernos y organizaciones que, al hacerlo, se comprometen a cumplir con al menos uno de sus estándares. Está compuesta por catorce estándares mínimos que sustentan los tres principios fundamentales. La Carta 14 pide un enfoque inclusivo, mediante el cual la reducción del riesgo de los desastres responda a las necesidades de los mayores: