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Día Internacional contra los Ensayos Nucleares (29 de agosto)
Acepta un mundo libre de armas nucleares

Las armas nucleares y la «palabra-D»

Disarmament Times-número del verano de 2009
Artículo de Sergío Duarte
Representante Especial para Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas

Pese a los años de esfuerzos realizados por el Comité de la ONG sobre Desarme, Paz y Seguridad Internacional —que incluyen los innumerables números de su publicación Disarmament Times— gran parte de la retórica pública acerca de las armas nucleares sigue girando solamente en torno a los riesgos de la proliferación de dichas armas a otros Estados o su adquisición por terroristas.

Por supuesto que se trata de preocupaciones legítimas que merecen la atención que están recibiendo, pero mi propósito en este artículo es hacer hincapié en la importancia del desarme —la «palabra D»— como medio de fortalecer la paz y la seguridad internacionales.

Afortunadamente no soy el único en reconocer la necesidad de que se debe prestar más atención a este problema. Hemos sido testigo de una miríada de propuestas sobre desarme nuclear en los últimos años. Los artículos de opinión conjuntos de George Shultz, William Perry, Henry Kissinger y Sam Nunn han reavivado el debate público sobre este tema, y estadistas de otros países han publicado desde entonces otros artículos editoriales de ese tipo. Aprovechando el legado o que incluye los informes de las comisiones Palme, Canberra, y Blix sobre medios de destrucción en masa, Australia y el Japón han establecido la Comisión Internacional sobre la no proliferación y el desarme nucleares, que publicará su informe a principios del próximo año. La Unión Europea ha lanzado su propia propuesta de desarme, al igual que los Gobiernos de Francia y el Reino Unido. La iniciativa «Global Zero» ha inspirado el apoyo generalizado de la sociedad civil y de distinguidos ex dirigentes de todo el mundo. Y sólo estamos mencionando algunas de esas iniciativas.

Acogemos con agrado este profuso interés en el desarme: tenemos ante nosotros las perspectivas más brillantes de progreso que se hayan creado en muchos años, por no decir decenios.

Sin embargo me preocupa que exista al parecer una tendencia en algunas de estas propuestas a multiplicar el número de condiciones previas que se deben cumplir antes de que se pueda lograr el desarme. A ese ritmo, podría ver que el desarme, a la larga, sucumbiría aplastado por miles de condiciones previas.

Algunos dicen que debemos en primer lugar reducir a cero los riesgos de la proliferación y del terrorismo nucleares y entonces abordar el desarme.

Otros dicen que primero hay que crear la paz mundial y resolver para siempre el problema de la guerra.

Algunos dicen que consideremos del desarme un simple objetivo visionario y distante.

Otros entretanto instan a redefinir «cero» permitiendo que se siga reteniendo armas nucleares «virtuales».

Y hay otros que dicen que tienen intenciones de mantener en sus arsenales nucleares mientras esas armas que existan, un argumento circular que lleva a la perpetuación de todas esas armas.