Bienvenidos a las Naciones Unidas. Son su mundo.
 

Actualizaciones informativas

La Alta Comisionada para los Derechos Humanos se sorprende por la retirada de EE.UU. de la Conferencia de Examen e insta a los Estados a centrarse en el racismo y no en la política

La representante de los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, declaró el domingo que lamentaba profundamente la decisión adoptada por Estados Unidos de no asistir a la Conferencia de Examen de Durban e instó a los otros estados a mantener su compromiso con el proyecto de documento final que este mismo viernes acordaron remitir a la Conferencia para su examen y aprobación.

«Estoy sorprendida y profundamente decepcionada por la decisión de Estados Unidos de no asistir a una conferencia cuyo propósito es combatir el racismo, la xenofobia, la discriminación racial y otras formas de intolerancia en todo el mundo», declaró la Alta Comisionada. «Algunos estados han permitido que uno o dos temas dominen su enfoque del asunto, lo que ha permitido que estos temas tengan más peso que los intereses de numerosos grupos de personas que sufren racismo y formas similares de intolerancia en un grado perjudicial y que daña sus vidas a diario por todo el mundo, tanto en países desarrollados como en países en desarrollo. Son asuntos verdaderamente globales y es esencial que se discutan a nivel mundial, por delicados y difíciles que sean».

La declaración de Estados Unidos que anunciaba su no asistencia a la Conferencia de Examen de Durban en Ginebra reconocía y aplaudía, no obstante, el importante progreso que se había realizado en las últimas semanas, que había culminado con el texto revisado del viernes que todos los estados que asistieron al Comité Preparatorio acordaron remitir a la conferencia principal para su examen y aprobación.

La declaración de EE.UU. cita, como principal escollo, el hecho de que el texto actual reafirme la Declaración y Programa de Acción de Durban (DDPA), el documento final acordado por consenso al final de la Conferencia Mundial contra el Racismo de Durban, Suráfrica, en 2001, pero que no contó con la aprobación de EE.UU ni Israel, que habían abandonado la Conferencia antes de su conclusion.

«Considero que esta dificultad podría haberse superado. Podría haberse dejado claro en una nota al pie que EE.UU. no había ratificado el documento original y por lo tanto no estaba en posición de reafirmarlo, una práctica habitual en las negociaciones multilaterales para posibilitar el consenso al tiempo que se permite la expresión de las posiciones individuales», afirmó Pillay. «De ese modo podríamos haber avanzado todos juntos, dejando atrás los problemas de 2001».

La declaración de EE.UU. también mencionaba que la referencia del nuevo documento a la incitación al odio era problemática, aunque este concepto esté ya bien establecido en la ley internacional. «Se encuentra incluido en el Artículo 20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos», dijo Pillay. «Éste es uno de los tratados generales sobre derechos humanos clave redactados tras la II Guerra Mundial. Se hizo con la intención de garantizar que el tipo de incitación al odio que empleó la maquinaria de propaganda nazi en los años 30 y 40 estuviera prohibida por ley. Esta necesidad alcanzó una trágica relevancia tras el papel desempeñado por la Radio Mille Collines, otros medios de comunicación y determinados políticos en la creación del ambiente que propició el genocidio de Rwanda hace 15 años este mes. No deberíamos subestimar el poder de la incitación al odio en el enardecimiento de la violencia, el conflicto e incluso el genocidio. Por lo tanto considero que es muy importante incluir este concepto en una conferencia diseñada para luchar contra el racismo y la xenofobia».

«Algunos medios de comunicación han interpretado la retirada de los EE.UU. como algo motivado por el mantenimiento de un lenguaje difamador hacia la religión y antisemita en el documento final, cuando, de hecho, este tipo de lenguaje no se encuentra en el texto que se aprobó la semana pasada», señaló Pillay. «Además, el proyecto de documento final afirma claramente que “nunca debe olvidarse el Holocausto” y rechaza cualquier forma de racismo incluida la islamofobia y el antisemitismo». Señaló que a este respecto es fiel a la Declaración y Programa de Acción de Durban original.

«No logro comprender por qué, si en este documento no se menciona Oriente Medio, la política relacionada con Oriente Medio sigue entrometiéndose en el proceso», afirmó Pillay.

La Alta Comisionada elogió la «actitud constructiva y flexible de los Estados miembros que han participado activamente durante las semanas de difíciles negociaciones que han dado lugar al proyecto de documento revisado del viernes». Señaló que se habían hecho concesiones para tener en cuenta los deseos de todos los Estados que participaban en el proceso. «Sin embargo, el documento sigue ofreciéndonos una aportación significativa», afirmó.

«Todos los países que participaron en la aprobación de la Declaración y Programa de Acción de Durban de 2001 deben redoblar su compromiso con la ejecución del mismo participando plenamente en la Conferencia de Examen», declaró Pillay.