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Consejo de Seguridad 2010: Recapitulación

Debates temáticos

Los métodos de trabajo

Durante el debate público del Consejo sobre sus métodos de trabajo, el tercero tras casi 65 años de experiencia, la mayor parte de los países miembros de las Naciones Unidas coincidieron en la necesidad de lograr que las actividades de Consejo fueran más abiertas y transparentes, sin dejar de lado la eficacia y la eficiencia. De entre más de 50 ponentes que tomaron la palabra el 22 de abril, los representantes de los miembros electos del Consejo y los Estados que no forman parte del Consejo expusieron que las deliberaciones acontecidas en este órgano compuesto por 15 naciones y cuyos temas sean el contenido de las resoluciones, las sanciones y los mandatos del mantenimiento de la paz tendrían que estar abiertas a las verdaderas aportaciones de todos los Estados Miembros, y no depender únicamente del dominio de unos pocos. (Véase el Comunicado de Prensa SC/9910 Disponible en inglés).

El representante de Turquía encerró en sus palabras la esencia de este debate de un día de duración al afirmar que el Consejo les pertenecía a todos, no sólo a los 15, sino a todos los miembros de la ONU. Asimismo, se encontraba entre las filas de todos aquellos que habían explicado que una mejor interacción con todos los miembros significaba que el Consejo tendría que organizar más sesiones abiertas, en detrimento de las sesiones privadas; contar con una relación de trabajo más estrecha con los países que aportan contingentes o fuerzas de policía; y planificar un diálogo más interactivo con los países que forman parte de su programa.

Haciéndose eco de las opiniones de varios delegados, el representante de Alemania mencionó que la cuestión relativa a los métodos de trabajo no debería estar desvinculada del debate general sobre la reforma. Afirmó también que mejorar los métodos de trabajo sin reformar las estructuras del Consejo sólo supondría una fuente de frustración política de los miembros generales y un riesgo de mermar la autoridad del Consejo.

A propósito de lo anterior, el representante de Italia añadió que la búsqueda de innovaciones para los métodos de trabajo del Consejo había estado promovida de forma más entusiasta por los miembros no permanentes del Consejo. Afirmó también que en dicha búsqueda los Estados pequeños que no formaban parte del Consejo habían desempeñado un papel fundamental, lo cual era comprensible, puesto que las prácticas exclusivistas actuales hacían que los miembros del Consejo se encontraran prácticamente en una zona vedada.

El representante de Sudáfrica, al dar la bienvenida a las modestas mejoras en los métodos de trabajo del Consejo desde el último debate abierto al respecto, celebrado en el 2008, recordó a las delegaciones que la Carta recogía que el Consejo actuaba en nombre de todos los miembros de las Naciones Unidas, que tenían derecho a ser informados. Por eso, según dijo, aumentar la transparencia del Consejo, cuyo nivel no es suficiente todavía, contribuiría a aumentar la credibilidad del órgano.

Muchos ponentes solicitaron estrechar las relaciones con la Asamblea General, el Consejo Económico y Social, y la Comisión de Consolidación de la Paz, regular las consultas con las organizaciones regionales y subregionales, tales como la Unión Africana, y celebrar más reuniones con arreglo a la «fórmula Arria» para escuchar las opiniones de los interesados no miembros y grupos de la sociedad civil.

Después, se pidió al Consejo durante la sesión que revisara y actuara de forma severa para poner en marcha las medidas establecidas en su Nota Presidencial 507 (documentos S/2006/507 y S/2010 507) en materia de esfuerzos para aumentar la eficacia y la transparencia del trabajo del Consejo, y la interacción y el diálogo con los no miembros.

Entre los miembros permanentes del Consejo que tomaron la palabra, el representante de Francia afirmó que los métodos de trabajo tendrían que permitir al Consejo actuar de forma tan eficaz, transparente y creíble como fuera posible. Al señalar que la comunicación era vital para formular y poner en marcha las acciones del Consejo, dijo que la eficacia no está reñida con la franqueza, sino más bien todo lo contrario. Recalcó que se debería mantener un buen equilibrio entre las sesiones públicas y privadas, y abogó por un enfoque flexible y adecuado para cada situación, sin la necesidad de que esté codificado.

Al dar la bienvenida a la oportunidad de que se pudieran escuchar las opiniones de todos los miembros del Consejo, el representante de la Federación de Rusia subrayó que las decisiones al respecto solo las podrían tomar los miembros del Consejo.

Muchas de las preocupaciones que afloraron durante la sesión tenían que ver con el informe anual del Conejo de Seguridad para la Asamblea General, que, según un gran número de delegaciones, debería ser un análisis crítico del trabajo de este órgano formado por 15 naciones, en lugar de una mera lista de sesiones y temas. El Consejo adoptó por unanimidad el informe sobre su trabajo durante el período del 1 de agosto del 2009 hasta el 31 de julio del 2010 en una sesión celebrada el 28 de octubre. (Véase el Comunicado de Prensa SC/10073 Disponible en inglés).

Al mismo tiempo, el representante de Nigeria, miembro no permanente del Consejo, recordó que una reunión oficiosa del 21 de octubre con los Estados Miembros no solo había sido de utilidad al contribuir a estrechar las relaciones entre los miembros y los no miembros, sino que también, según la opinión de los participantes, había aumentado la franqueza y la transparencia del Consejo.

Posteriormente, el Consejo presentó su informe anual al pleno de la Asamblea General el 11 de noviembre. (Véase el Comunicado de Prensa SC/11022 Disponible en inglés).

Como en otras cuestiones en materia de procedimientos y administración, el 20 de diciembre, los miembros salientes del Consejo de Seguridad —Austria, Japón, México, Turquía y Uganda— pronunciaron sus exposiciones con respecto al trabajo de los órganos subsidiarios que habían presidido durante los dos años que habían ocupado el cargo.

Más concretamente, el representante de Austria informó sobre el Comité establecido en virtud de la resolución 1591 (2005), que había impuesto sanciones a aquellos que «están obstaculizando el proceso de paz» en Darfur, así como sobre el Grupo de Trabajo oficioso sobre los tribunales internacionales. El representante de Japón describió las actividades del Comité establecido de conformidad con la resolución 1737 (2006), que había sancionado a Irán por su programa nuclear, así como las del Grupo de Trabajo sobre las operaciones de mantenimiento de la paz y el Grupo de Trabajo Oficioso sobre la Documentación y Otras Cuestiones de Procedimiento.

Asimismo, el representante de México habló del Comité creado conforme a las resoluciones 751 (1992) y 1907 (2009), y dedicado a Somalia y Eritrea, y al Grupo de Trabajo sobre los Niños y los Conflictos Armados. El representante de Turquía informó sobre el Comité fundado en virtud de la resolución 1718 (2006), que había impuesto una serie de sanciones a la República Popular Democrática de Corea tras los ensayos de armas nucleares de esta nación, y sobre el Grupo de Trabajo establecido conforme a la resolución 1566 (2004), que trata de robustecer los esfuerzos contra el terrorismo. Por último, el representante de Uganda analizó las actividades del Grupo de Trabajo Especial sobre la Prevención y la Solución de Conflictos en África. (Véase el Comunicado de Prensa SC/10131 Disponible en inglés).


El contenido de esta página es una traducción no oficial, elaborada con la participación de la Facultad de Traducción de la Universidad de Salamanca.