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Consejo de Seguridad 2006: Recapitulación

Consejo de Seguridad

«El Consejo de Seguridad tuvo un programa muy ambicioso en 2006, con la intermediación en acuerdos de cesamiento del fuego, la facilitación de transiciones dificultosas y la mitigación de las recaídas en los conflictos. Entre las principales cuestiones examinadas figuran la guerra en el Líbano, el conflicto arabe-israelí,el Sudán, la no proliferación nuclear, el Iraq, el Afganistán y el terrorismo».

 

Ante las amenazas interrelacionadas y complejas que se presentaron en todo el mundo y que traspasaron fronteras nacionales y regionales, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2006 emprendió un ambicioso programa de intermediación en cesaciones de hostilidades, la facilitación de transiciones dificultosas y la mitigación de recaídas en los conflictos.

El Consejo celebró 224 sesiones oficiales, aprobó 87 resoluciones y emitió 59 declaraciones de la Presidencia. Estados Unidos de América ejerció dos veces el derecho de veto en relación con el Oriente Medio por la cuestión de Palestina. Además, en una reunión extraordinaria, el 22 de diciembre, el Consejo rindió un homenaje al Secretario General, Sr. Kofi Annan, quien al finalizar el año dejó su puesto tras estar durante una década al mando de la organización mundial.

A lo largo del año, el Consejo se ocupó de una amplia variedad de procesos políticos. Quizás ninguno ha sido más complejo que el del Oriente Medio, debido a que la cuestión de Palestina seguía en punto muerto y el Líbano se sumía en la guerra. La labor del organismo mundial compuesto por 15 miembros fue crucial para poner fin al conflicto entre el Líbano e Israel. Además, se respondió firmemente a la cuestión de la proliferación nuclear planteada por el Irán y la República Popular Democrática de Corea. El Consejo trabajó sin descanso para llevar la paz a Darfur, impulsar los esfuerzos de la Unión Africana por acabar con la crisis de Côte d’Ivoire y apoyar las primeras elecciones libres de la República Democrática del Congo en 40 años.

En la segunda mitad del año parte del Oriente Medio se volvió a sumir en la crisis y el conflicto. La guerra de 34 días entre Israel y el Líbano, precipitada por el secuestro de dos soldados israelíes el 12 de julio por combatientes de Hizbollah a través de la Línea Azul, desestabilizó la ya tensa zona de la frontera y amenazó con abarcar toda la región. El 7 de agosto el Gobierno del Líbano decidió desplegar una fuerza armada libanesa de 15.000 efectivos en el Líbano meridional mientras el ejército israelí se replegaba tras la Línea Azul. A consecuencia de esto, el Consejo actuó unánimemente el 11 de agosto para pedir tanto la asistencia de fuerzas adicionales de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) como la cesación total de las hostilidades y una cesación del fuego permanente.

En el Líbano y toda la región continuó la tensión en el clima político y el Líbano enfrentó grandes retos. Aun así, inmediatamente después de la guerra surgió cierto optimismo sobre la posibilidad de que la solución del conflicto pudiese animar a las partes de la región a revivir el estancado proceso de paz del Oriente Medio, sobre todo en lo relacionado con la cuestión de Palestina.

En una sesión de alto nivel del Consejo de Seguridad celebrada el 21 de septiembre al margen del debate de la Asamblea General, se sugirió, incluso por parte de la Liga de los Estados Árabes, la posibilidad de que el Consejo iniciase negociaciones entre las partes, lanzase de nuevo el proceso de paz, reforzase la hoja de ruta e incluso idease un nuevo mecanismo para aplicarla. Durante el resto del año, sin embargo, la reanudación de la violencia en Gaza y la rivalidad interna entre las facciones palestinas nublaron las esperanzas de la vuelta al proceso de paz.

El Secretario General, Sr. Annan, dijo ante el Consejo el 12 de diciembre que las tensiones en la región estaban llegando al límite ya que el extremismo y el populismo estaban dejando cada vez menos espacio político para los moderados. Algunas medidas positivas en favor de la democracia, como la celebración de elecciones, plantearon a la vez un dilema, pues llevaron al poder a partidos, personas y movimientos opuestos a los elementos básicos de los enfoques actuales para el establecimiento de la paz. La oportunidad de negociar una solución biestatal no iba a durar mucho. «Si no la aprovechamos, quienes sufren más directamente los efectos de esta calamidad verán agravado su sufrimiento y su dolor. Será más difícil solucionar otros problemas y conflictos. Y será más fácil para los extremistas del mundo entero reclutar para sus filas», e instó al Consejo a desarrollar un nuevo entendimiento en cuanto a la incertidumbre que afectaba el Oriente Medio y a asumir plenamente su responsabilidad de resolver la crisis y estabilizar la región.

El Secretario General añadió que ninguna otra región ha forjado la Organización como el Oriente Medio. El conflicto árabe-israelí no es uno de tantos conflictos regionales; ningún otro conflicto tiene una carga simbólica y emocional tan grande, incluso para personas que viven muy lejos de la región. En el curso de los años se dieron pasos importantes hacia el logro de la paz, pero no se llegó nunca a una solución definitiva, a pesar de los esfuerzos denodados de varias generaciones de líderes mundiales. Además le comunicó al Consejo que él también terminaría su mandato sin ver el fin de esta prolongada agonía, con una situación que hacía mucho tiempo que no había sido tan compleja, tan frágil y tan peligrosa como en ese momento.

En África, el compromiso, de hecho, la ambición, del Consejo, de prevenir los conflictos armados apuntaló los esfuerzos una vez más en 2006, mientras sus miembros se esforzaban por reducir las tensiones políticas y la violencia en un continente indeleblemente marcado por los conflictos violentos. Más de la mitad de los «cascos azules» de las Naciones Unidas estuvieron desplegados en ocho países africanos. Existe la posibilidad de una importante presencia de las Naciones Unidas en el Sudán, si la fuerza híbrida de las Naciones Unidas y la Unión Africana, recientemente aprobada por el Gobierno del Sudán, se despliega realmente en 2007. Quizás fue en Darfur donde fue más difícil de alcanzar la responsabilidad compartida de protección. Anteriormente en 2006, el Sr. Annan había dicho que la situación recordaba muy claramente que el Consejo de Seguridad podría establecer la paz y la estabilidad solamente donde hubiese un continuo apoyo político local.

Sin ese apoyo a lo largo del año, una miseria creciente se extendió sobre la población de la región, ya tan afectada por la guerra, y surgieron informes preocupantes sobre la propagación de la violencia a los países vecinos, el Chad y la República Centroafricana.

A mediados de diciembre, en una sesión de información, el fiscal principal de la Corte Penal Internacional declaró ante el Consejo que la «Corte de última instancia» estaba completando la investigación sobre los que presuntamente son los principales responsables de los peores crímenes de Darfur. Las pruebas aportaron «motivos suficientes para creer» que estas personas habían cometido crímenes de lesa humanidad como el asesinato, la matanza intencional, la violación y la tortura. La oficina del fiscal no pudo investigar los centenares de presuntos crímenes de Darfur, así que fijó su atención en los más graves, con la esperanza de enviar el mensaje de que esos crímenes no pueden cometerse con impunidad. El fiscal resaltó que, sin embargo, la intensidad de este mensaje dependía de la cooperación del Consejo de Seguridad y del Gobierno del Sudán.

Durante los últimos días del año, Somalia se vió envuelta en una alarmante intensificación de las hostilidades en que estuvieron involucradas fuerzas extranjeras y se utilizaron armamento pesado y aeronaves, lo cual agravo la ya de por sí prolongada crisis. El Consejo celebró una reunión informativa de alto nivel solamente cuatro días después de haber pedido a las partes (el Gobierno Federal de Transición y la Unión de Tribunales Islámicos) que detuvieran el conflicto y reanudaran el diálogo. Durante las consultas que siguieron, el Consejo exploró la manera de detener las hostilidades, impedir un agravamiento de la crisis en Somalia y sus alrededores, y alentar a las partes somalíes a volver a los esfuerzos de reconciliación política que se habían estancado en la tercera ronda de Jartum en octubre debido a la diferencia cada vez mayor entre las condiciones previas exigidas por ambas partes.

El Consejo también trató la amenaza de la proliferación nuclear en 2006, lo que demostró la pertinencia del informe de 2004 del Grupo de Alto Nivel sobre las Amenazas, los Desafíos y el Cambio. Este informe insta a las Naciones Unidas a que alivie la creciente tensión entre los objetivos de alcanzar un régimen de no proliferación más eficaz y el derecho a desarrollar una industria nuclear civil que tienen todos los signatarios del Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares. Se advertía que «el debilitamiento del régimen de no proliferación podría hacerse irreversible y desencadenar la proliferación». Una prueba de esta erosión fue que el Consejo se vio forzado a enfrentar un ensayo de armas nucleares de la República Popular Democrática de Corea y la negativa del Irán a suspender sus actvidades de enriquecimiento de uranio.

El 9 de octubre, la República Popular Democrática de Corea anunció que había llevado a cabo el ensayo. El 14 de octubre el Consejo le impuso sanciones y le pidió que volviese inmediatamente a las conversaciones multilaterales sobre el tema. El Consejo prohibió la ejecución automática de acciones militares relacionadas con sus exigencias, al tenor del artículo 41 del capítulo VII de la Carta, aunque esto impidió que una serie de productos pudieran entrar o salir del país, e impuso una congelación de activos y una prohibición de viajar a todas las personas relacionadas con el programa de armas nucleares. Anteriormente, el 15 de julio, el Consejo había condenado a este país por el lanzamiento de prueba de unos misiles y le había exigido que se suspendiesen todas las actividades relacionadas con los misiles balísticos y que se restableciese la moratoria del lanzamiento de misiles.

Debido al riesgo de proliferación que representaba el programa nuclear del Irán, a la continua negativa del Irán a cumplir con los requisitos de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y de la resolución 1696, que exigían la suspensión de las actividades de enriquecimiento y el reprocesamiento de uranio, el 23 de diciembre el Consejo decidió bloquear las importaciones y exportaciones de materiales y equipos nucleares estratégicos y congelar los activos financieros de las personas o entidades que apoyaban las actividades nucleares estratégicas del Irán relacionadas con la proliferación y el desarrollo de sistemas vectores de armas nucleares. El representante del Irán respondió rapidamente al Consejo diciendo que la «exigencia ilícita» de suspensión, la cual el país había acatado por dos años, no se concebía como una solución, sino como una imposición para que el Irán renunciase a su derecho de poseer tecnología nuclear con fines pacíficos.

Se indicó al Consejo en un informe del Secretario General que a finales de año el Iraq estaba al borde de la guerra civil y el caos. En una sesión de información celebrada a mediados de diciembre, el Representante Especial del Secretario General para el Iraq, Sr. Ashraf Jehangir Qazi, declaró que una guerra civil generalizada, o incluso un conflicto regional, se habían convertido en realidades más cercanas. Muchas zonas del país estaban afectadas diariamente por la violencia sectaria, la lucha entre civiles y los ataques de terroristas e insurgentes. Las crecientes actividades de las milicias habían acrecentado la desestabilización del Iraq, mientras que la gran cantidad de muertes civiles y de desplazados provocaban inseguridad y un gran pesimismo. Según el Sr. Qazi, si no se lograba detener el deterioro de la situación en materia de seguridad, el panorama político del Iraq podría verse cada vez más afectado.

Para evitar una catástrofe nacional, el Secretario General, Sr. Annan, presentó el 7 de diciembre algunas sugerencias para el Gobierno de Iraq: el desarrollo de un proceso político más inclusivo, concentrado en incorporar a todas las comunidades excluídas a la actividad política establecida; el establecimiento de un monopolio sobre el uso de las fuerza a través de instrumentos de seguridad y orden público dentro del marco del estado de derecho, mediante el enfrentamiento al terrorismo y, a la violencia sectaria, delictiva e insurgente; también encarar el problema de las milicias en las comunidades del Iraq y eliminar los elementos de las milicias en todos los ministerios y fuerzas de seguridad del Iraq; además, el fomento de una atmósfera regional de apoyo a la transición del Iraq. A este respecto, el Gobierno tiene la responsabilidad especial de normalizar las relaciones con sus vecinos, lo que por otra parte requiere que éstos colaboren para promover la estabilidad y la seguridad del Iraq.

El Afganistán fue otro reto al que se enfrentó la Organización de las Naciones Unidas en 2006. La operación de mantenimiento de la paz aprobada por el Consejo de Seguridad siguió facilitando el complejo proceso político de transición, centrado cada vez más en mitigar la recaída en las dinámicas que sumieron al país en años de guerra. La creciente insurgencia encabezada por los talibanes, la inseguridad generalizada en el sur y el este del país, el aumento de la producción y el tráfico de drogas ilegales, la omnipresente corrupción del gobierno y la fragilidad de las instituciones del Estado han alimentado la desilusión del pueblo del Afganistán y han hecho que la confianza en las jóvenes instituciones se erosione. Tras décadas de conflicto, el Afganistán por fin ha iniciado la reconciliación y la reconstrucción, pero, tal y como la misión del Consejo informó en noviembre a su regreso del país, el progreso no será directo y rápido.

Según el informe de diciembre de 2004 del Grupo de Alto Nivel sobre las Amenazas, los Desafíos y el Cambio, «El terrorismo atenta contra los valores más centrales de la Carta de las Naciones Unidas... florece en situaciones de desesperanza, humillación, pobreza, opresión política, extremismo y violaciones de los derechos humanos; también florece en el contexto de los conflictos regionales y la ocupación extranjera». El Secretario General, Sr. Annan, observó en 2006 que las medidas de las Naciones Unidas contra el terrorismo aumentaron sustancialmente a fin de poder afrontar este creciente reto.Las resoluciones del Consejo de Seguridad que marcaron un hito, a saber : 1267 (1999) Documento PDF, 1373 (2001) Documento PDF, 1540 (2004) Documento PDF y 1624 (2005) Documento PDF, junto con los grupos de expertos que apoyaron a los tres órganos subsidiarios que se ocupan de la lucha contra el terrorismo, llevaron a que los Estados asumieran una mayor responsabilidad y tomaran medidas para evitar la financiación del terrorismo, los desplazamientos o el acceso a las armas de destrucción en masa y la incitación al terrorismo.

Este año, el Consejo de Seguridad reiteró su rotunda condena de Al Qaida, Osama bin Laden y los Talibanes por sus constantes y múltiples actos terroristas criminales. El Consejo endureció sus procedimientos para añadir o retirar nombres de las listas y así mejorar la identificacion de los terroristas. También instó a los Estados a que intensificaran los esfuerzos por congelar los fondos de los terroristas, evitar su entrada o tránsito por sus territorios y prohibir que se les suministren armas o municiones.

El Consejo decidió prorrogar por dos años el mandato de su «Comité 1540» para luchar contra la posible adquisición de armas de destrucción en masa por parte de agentes no estatales. El Consejo estableció este comité en 2004, en reconocimiento de la urgente necesidad de que todos los Estados adoptasen medidas eficaces adicionales para prevenir la proliferación de las armas nucleares, químicas o biológicas y de sus sistemas vectores, y decidió facilitar una respuesta efectiva a las amenazas mundiales en el ámbito de la no proliferación.

Ver más información sobre las medidas tomadas por el Consejo de Seguridad.

A continuación se presentan unos resúmenes de las principales acciones y medidas tomadas por el Consejo en 2006

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Este documento informativo ha sido publicado por la Dependencia de Información al Público del Departamento de Información Pública, Naciones Unidas. Esto no es un documento oficial. Únicamente tiene fines informativos. La información fue obtenida del comunicado de prensa SC/8940 Disponible en inglés, de 12 de enero de 2007.


El contenido de esta página es una traducción no oficial, elaborada con la participación de la Facultad de Traducción de la Universidad de Salamanca.