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Consejo de Seguridad 2004: Recapitulación

Mantenimiento de la Paz, Consolidación de la Paz

Operaciones de Mantenimiento de la Paz

El debate de un día de duración sobre las operaciones de mantenimiento de la paz el 17 de mayo, en el que participaron más de 40 delegaciones, culminó con una declaración de la Presidencia subrayando que, en el difícil entorno actual, el personal de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz necesitaba reglas de enfrentamiento suficientemente robustas y los recursos militares necesarios que les permitieran cumplir sus mandatos y defenderse si fuera necesario. El Consejo también destacó en ese texto la necesidad de evaluar regularmente el tamaño, el mandato y la estructura de las operaciones de mantenimiento de la paz, con miras a realizar los ajustes necesarios. Subrayó la necesidad de una planificación de las misiones mejorada e integrada, así como una capacidad reforzada de despliegue rápido de personal y material para garantizar una puesta en marcha lo suficientemente rápida de las operaciones de mantenimiento de la paz.

A ese respecto, el Consejo pidió a los Estados Miembros que aportaran suficientes tropas entrenadas, policías y personal civil adiestrado, en particular con competencias y conocimientos especializados. También les pidió que garantizaran que las Naciones Unidas contaran con pleno apoyo político y financiero a fin de afrontar los retos de manera efectiva, teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada misión y teniendo presente las consecuencias en materia de recursos humanos y financieros para la Organización. Reconociendo que las operaciones efectivas de mantenimiento de la paz debían ser parte de una estrategia general para consolidar y mantener la paz, el Consejo destacó la necesidad de garantizar desde el principio la coordinación, coherencia y continuidad entre las diferentes partes de la estrategia general, y en particular entre el mantenimiento de la paz, por una parte, y la consolidación de la paz, por otra.

La Función de las Empresas

Con anterioridad, el 15 de abril, el Secretario General Kofi Annan comunicó en una sesión del Consejo que las necesidades fundamentales de las empresas privadas no podían seguir separadas de objetivos clave para las Naciones Unidas como la paz, el desarrollo y la equidad. Al considerar el Consejo la función de las empresas en la prevención de los conflictos, el mantenimiento de la paz y la consolidación de la paz después de los conflictos, dijo que a las empresas les convenía enormemente encontrar soluciones, ya que las empresas necesitaban un entorno estable para llevar a cabo sus operaciones y minimizar sus riesgos. Dijo, además, que a menudo se pasaba por alto la dimensión económica de un conflicto armado, pero nunca debía subestimarse. Las decisiones de las empresas privadas que operaban en zonas de conflicto podían ayudar a que un país resolviera el conflicto o exacerbar las tensiones que habían alimentado el conflicto en primer lugar.

La presidencia alemana en abril, en su capacidad nacional, dijo que, lo ideal sería que la participación empresarial en la fase de recuperación tras el conflicto ofreciera beneficios idénticos: inversión, con los consiguientes puestos de trabajo y oportunidades empresariales, y la dotación de pericia y de conocimientos especializados de gestión. En último término, sin embargo, no les correspondía a los gobiernos o a las organizaciones internacionales decidir qué era lo más conveniente para el sector privado. Las empresas tomarían sus propias decisiones, sopesando las oportunidades y los riesgos derivados de la participación en las zonas de conflicto. La participación del sector privado en todas las fases de un conflicto puede tener éxito únicamente si estaba incorporada en un esfuerzo concertado más amplio, destacó.

Entre los participantes se encontraba el Presidente y Jefe Ejecutivo de Siemens, Heinrich von Pierer, quien identificó los factores básicos de importancia fundamental para la participación del sector privado en las situaciones posteriores a los conflictos: la seguridad, la infraestructura, la financiación, la planificación tras los conflictos y los progresos patentes. El Presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, dirigió el debate hacia la necesidad de establecer un marco en el que pudiera arrancar la actividad empresarial, una vez se hubiera restablecido la paz. Los objetivos del sector privado en la prevención de los conflictos eran coherentes y acordes con los objetivos enteramente humanos de los Objetivos de Desarrollo de la Declaración del Milenio: proporcionar a los pueblos una oportunidad para vivir.

Consolidación de la Paz

Una reunión ministerial para debatir la forma en la que la paz duradera podía consolidarse en sociedades devastadas por la guerra, celebrada el 22 de septiembre, culminó en una declaración de la Presidencia en la que el Consejo reconoció la creciente importancia de tales aspectos civiles como la policía, la justicia y el retorno del Estado de derecho al hacer frente a situaciones de crisis complejas y prevenir su reaparición. El Consejo afirmó la importancia de la solución de conflictos y reconoció la importancia de la cooperación entre civiles y militares en la gestión de crisis. Los componentes militares y de policía eran esenciales para abordar y estabilizar determinadas situaciones de crisis graves y garantizar la seguridad, afirmó.

Los ministros también acordaron mediante el texto que la participación de un componente civil fuerte era fundamental para la prestación de asistencia humanitaria, el restablecimiento del orden público, el funcionamiento de las instituciones públicas, la reconstrucción, la rehabilitación y la consolidación de la paz para el desarrollo sostenible a más largo plazo. La participación civil también era esencial para una estrategia de retirada militar y desempeñaba una función decisiva en la fase de consolidación de la paz después de los conflictos.

Abriendo la reunión, el Secretario General Koni Annan dijo que la compleja tarea de consolidar la paz duradera podía coronarse con éxito, como se había visto en El Salvador, Guatemala, Mozambique, Namibia y, en fecha más reciente, en Timor-Leste. Se necesitaban ciertos elementos. El primero, y el más destacado, era el compromiso a largo plazo del Consejo, ya que su desinterés o su división podrían exacerbar las causas de los conflictos y hacer que estos volvieran a estallar en algún momento. «Observamos las amargas consecuencias del fracaso de la consolidación de la paz en Haití y en Liberia, países donde ahora participamos una vez más. No debemos repetir esos errores», afirmó.


El contenido de esta página es una traducción no oficial, elaborada con la participación de la Facultad de Traducción de la Universidad de Salamanca.