América
Haití
La participación de las Naciones Unidas en Haití comenzó en febrero de 1993, con el despliegue de la operación conjunta de las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos en Haití (OEA), la Misión Civil Internacional en Haití. En septiembre de 1999, el Consejo de Seguridad estableció la primera operación de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en el país –la Misión de las Naciones Unidas en Haití (UNMIH). Tras sucesivas misiones de mantenimiento de la paz a lo largo de 2001, se produjeron diversos acontecimientos positivos, en particular el restablecimiento de un cierto grado de democracia, con el primer traspaso de poder entre dos presidentes elegidos democráticamente. Sin embargo, el punto muerto político tras las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2002, en las que la «victoria» había resultado de una participación de apenas el 10 por ciento del electorado, desembocó en una crisis política.
A principios de febrero de 2004, estalló un conflicto armado en la ciudad de Gonaïves, y en los días siguientes, el conflicto se propagó a otras ciudades. Poco a poco, los insurrectos se hicieron con el control de gran parte del país. Pese a las gestiones diplomáticas, la oposición armada amenazó con entrar en la capital, Port-au-Prince.
Profundamente preocupado por el deterioro de la situación política, de seguridad y humanitaria en Haití, el Consejo declaró en un texto de la Presidencia el 26 de febrero que consideraría de forma urgente opciones para la participación internacional, en particular la de una fuerza internacional en apoyo a un acuerdo político.
El Presidente de Haití Jean-Bertrand Aristide dimitió el 29 de febrero y fue sustituido ese día, de forma provisional, por el Presidente de la Corte Suprema. Esa tarde, el Representante Permanente de Haití ante las Naciones Unidas presentó la petición de asistencia del Presidente interno, la cual incluía la autorización de la entrada de tropas internacionales en el país.
Esa noche, en respuesta a la deteriorada situación política, de seguridad y humanitaria, el Consejo, mediante la aprobación por unanimidad de la resolución 1542 (2004) 
, autorizó el despliegue inmediato de una Fuerza Multinacional Provisional por un periodo de tres meses para ayudar a restablecer la seguridad y la estabilidad en la capital y el resto del país. El Consejo también declaró su disposición a establecer una fuerza de estabilización y seguimiento para apoyar la continuación del proceso político y el mantenimiento de un entorno seguro y estable.
El 30 de abril, el Consejo, señalando los retos a la estabilidad política, social y económica del país, estableció la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) por un periodo inicial de seis meses y pidió que la autoridad de la Fuerza Multinacional Provisional fuera transferida al MINUSTAH el 1 de junio.
El Consejo subrayó en una declaración de la Presidencia el 10 de septiembre que la Misión, de acuerdo con su mandato, necesitaba prestar asistencia activa a las instituciones de seguridad del país para hacer frente a las actividades de todos los grupos armados ilegales. Instó al Gobierno de Transición a que terminara, sin demora, de establecer las estructuras y el marco legal necesarios para la ejecución del programa de desarme nacional, desmovilización y reintegración, observando que la MINUSTAH también prestaría asistencia en sus actividades.
Determinando que la situación en Haití seguía constituyendo una amenaza a la paz y seguridad internacionales en la región, el Consejo prorrogó el mandato de la MINUSTAH el 29 de noviembre hasta el 1 de junio de 2005, con la intención de prorrogarla por nuevos periodos. Mediante la aprobación por unanimidad de la resolución 1576 (2004) , animó al Gobierno de la Transición a continuar explorando de forma activa todas las formas posibles para incluir en los procesos democráticos y electorales a aquellos que permanecían fuera del proceso de transición, pero habían rechazado la violencia.
El contenido de esta página es una traducción no oficial, elaborada con la participación de la Facultad de Traducción de la Universidad de Salamanca.