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El desarrollo sostenible debe ir más allá del progreso económico e incluir también la felicidad, el bienestar y la prosperidad.

El lunes, cientos de representantes de distintos gobiernos, investigadores y organizaciones de la sociedad civil se reunieron en la sede las Naciones Unidas para hablar del «índice nacional bruto de felicidad», un concepto centrado en la creencia de que el bienestar de un país puede y debe medirse más allá de los indicadores tradicionales como la productividad económica.

Organizada por el Gobierno de Bután, «el debate de alto nivel sobre la Felicidad y el Bienestar» se produce tras una resolución de la Asamblea General, aprobada el año pasado, en la que se pedía a los países que pusieran la felicidad de sus pueblos en el corazón del crecimiento y el desarrollo.

El Secretario General, Ban Ki-moon, habló sobre cómo los países han avanzado en esta nueva perspectiva, así como en la importancia de establecer un Índice del Desarrollo Sostenible.

«Necesitamos un nuevo paradigma económico que reconozca la paridad entre los tres pilares del desarrollo sostenible. El bienestar económico, el social y el medioambiental son indivisibles. Juntos definen la cantidad global de la felicidad.»

El debate se concentró en asuntos tales como la distribución de la riqueza y una mejor relación con el medio ambiente. Los oradores también examinaron la interacción entre los beneficios económicos y los costes sociales y medioambientales.

La reunión empezó también un debate sobre la creación de un nuevo modelo de desarrollo que se presentará en Río+20, la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, que tendrá lugar en Río de Janeiro, Brasil, el próximo junio.