Les llaman la «generación marcada».

Y es que, en todo el mundo, se observa cada vez más que la población más joven se ve gravemente afectada por el continuo y nefasto clima económico, con menores posibilidades de obtener empleo y mayores probabilidades de pasar apuros financieros.

De hecho, la Organización Internacional del Trabajo, estima que los jóvenes desempleados en todo el mundo suman la asombrosa cifra de 75 millones.

Durante los últimos meses, muchos han salido a las calles para protestar, como la más reciente protesta en Nueva York, Tomemos Wall Street, que se ha extendido por todo el mundo.

El lunes en Suiza, el Secretario General Ban Ki-moon afirmó que el mensaje de las protestas es muy claro: ¡Ya basta!.

«La gente muestra su frustración al enviar un mensaje al mundo claro e inequívoco».

La Organización Internacional del Trabajo desea que los gobiernos traten de encontrar soluciones innovadoras para resolver la crisis de desempleo entre los jóvenes como la asistencia en la busqueda de empleo y la formación empresarial.

Sin embargo, el organismo señala que en última instancia los puestos de trabajo sólo se generarán cuando se arregle el sistema financiero, que implica que los bancos sean reestructurados y haya crédito disponible para las pequeñas empresas.

Hasta entonces, la nueva generación de trabajadores en potencia en el mundo tendrá que seguir luchando para hacerse oír