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Narración

Kenia tiene uno de los sectores lácteos más grandes de África, y el consumo de leche aquí es el más alto entre los países en desarrollo. Alrededor del 80% de esa leche es producida por pequeños agricultores. Esta gran demanda les brinda una gran oportunidad para salir de la pobreza.

Pero para lograrlo, tienen que ser más profesionales y adoptar una mentalidad orientada al negocio. Hasta hace poco, Salomé Metto, madre de tres hijos, tenía una vaca, poca leche y nada de dinero. Eso cambió cuando se unió a otros 120.000 agricultores en un programa de capacitación dirigido por el Gobierno, con el apoyo del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de la ONU.

Ahora, con dos vacas y cuatro cabras, la producción de leche se ha convertido en el ingreso principal de la familia. Salomé puede proporcionar tres comidas diarias y pagar las cuotas escolares.

Ya no tiene que preocuparse por la escasez de tierras de pastoreo o por el forraje de baja calidad, sus animales son más saludables y la producción de leche se ha triplicado. Salomé dice que esto es gracias a la capacitación que recibió.

«El seminario al que he estado asistiendo nos ha ayudado mucho. Ahora utilizamos forraje seco, que es mejor para nuestras vacas».

Este nutritivo forraje puede ser secado y almacenado para el futuro. Ahora los agricultores pueden mantener una producción constante de leche durante todo el año.

Además de la importancia de la alimentación, los agricultores también aprendieron sobre la crianza, la prevención de enfermedades, la formación empresarial y la comercialización. Organizados en grupos, ahora gestionan los centros de recolección, como éste, donde la leche es analizada y almacenada higiénicamente.

Al trabajar juntos para garantizar la calidad y una mayor producción pueden llegar a acuerdos con los principales procesadores nacionales, quienes les compran la leche a diario. De hecho, el negocio va tan bien que están planeando instalar un segundo contenedor de 5.000 litros. Y la creciente popularidad de los productos lácteos les aporta beneficios directos para la salud, como explica Moisés Kembe, el Coordinador del Programa.

«Debido al aumento en los ingresos, la mayoría de los hogares puede aumentar su ingesta de leche. La nutrición ha mejorado, especialmente la de los niños en edad escolar».

Además de la mejora en la dieta, la producción de leche también está impulsando la economía local, el empleo en el sector ha aumentado 200%. Isaac Kiptoo, un joven desempleado, se apresuró a entrar al negocio.

«Hubo una oportunidad. Pude conseguir un trabajo, pude ganar algo de dinero. Al mismo tiempo mi familia y vecinos consiguieron un medio de llevar su leche al mercado».

Isaac comenzó sus rutas de reparto en bicicleta pero pronto se pudo comprar una moto lo que le permitió conseguir más clientes y ofrecer un servicio más rápido.

Cada mañana Isaac carga la leche y la pone en la nevera. Pero recientemente, especialmente durante la temporada de lluvias, la producción de leche aumentó tanto que tuvo que hacer una ampliación.

Ahora puede transportar más leche, y con el ingreso extra, Isaac tiene grandes planes para el futuro.

«Ahora estoy planeando ahorrar, de hecho he ahorrado un poco para mi educación. Quiero volver a la escuela porque veo que en la industria lechera hay mejores oportunidades por delante».

Hoy en día, más de 840.000 kenianos como Isaac y Salomé están viviendo de la producción de leche. Con un millón de pequeños productores en el país y los niveles de consumo al alza, la leche bien podría convertirse en el oro blanco de Kenia.

Este reportaje fue producido por Sam Cole para las Naciones Unidas.

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