VENEZUELA

Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de la Republica Bolivariana de Venezuela

Luis Alfonso Dávila Garcíai

Conferencia Mundial contra del Racismo, la Discriminacion Racial, la

Xenofobia y las formas Conexas de Intolerancia.

Durban, Sudáfrica 02 de septiembre de 2001.


Sra. Presidenta,

Permítanme expresarle el más caluroso saludo del gobierno y del pueblo de Venezuela y el agradecimiento por todas aquellas muestras de afecto y atenciones expresadas a nuestra delegación. Reciba, Sra. Presidenta, las felicitaciones de mi gobierno por su elección para dirigir los trabajos de la 3a CONFERENCIA MUNDIAL DE LAS `NACIONES UNIDAS CONTRA EL RACISMO, LA DISCRIMINACIÓN RACIAL, LA XENOFOBIA Y OTRAS FORMAS CONEXAS DE INTOLERANCIA, la primera del Tercer Milenio.

Ayer el Sr. Presidente de la República de Uganda expresaba que, de acuerdo a estudios científicos, todos los seres humanos tenemos nuestra raíz en África, y que algunos emigraron hace miles de años a otras latitudes donde perdimos el color natural de nuestra piel. Pues bien, vengo como representante de un país mestizo donde nos sentimos particularmente orgullosos de serio.

Venezuela es una sociedad multi étnica y plus cultural, resultado de la fusión de etno culturas e idiosincrasias muy diversas, en cuya formación tomaron parte y se amalgamaron las tres razas primigenias de América, como lo fueron la india, la negra y la blanca, y de la inmigración proveniente de todas las naciones del mundo entero durante varios siglos.

Los venezolanos estamos orgullosos de este mestizaje.

Hemos creado una cultura de respeto a las diferencias, lo cual nos ha permitido un mejor manejo de la diversidad.

Este proceso de mestizaje ha operado de manera decisiva.

Ya en el siglo XVIII nuestro Libertador Simón Bolívar se refería a nuestro país, a nuestra América, como un pequeño género humano.

Nuestra novísima Carta Magna, aprobada apenas en Diciembre de 1999, ha otorgado jerarquía constitucional a los Derechos Humanos, y allí se establece que el Estado debe garantizar, conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el ejercicio irrenunciable, indivisible e independiente de los derechos humanos. Con ese objetivo ha sido creada la institución de la Defensoría del Pueblo de manera particular, pero en lo general, todo el Estado venezolano posee elementos, directrices, normas y leyes, que le obligan a cumplir cabalmente el mandato de la Constitución. Allí, a los pueblos indígenas venezolanos se les ha reconocido su especificidad diferencial y sus derechos colectivos, incluyendo el derecho a las tierras que ancestral y tradicionalmente han ocupado, hecho que significa, per sé, un acto de restitución de su primigenio patrimonio. Pero, mas allá aún, se les ha otorgado una propia representación legislativa en nuestra Asamblea Nacional, lo cual les da la oportunidad de ejercer una activa participación política, de hacer 'oír su voz y de plasmar sus justos derechos. Es decir, se les ha garantizado el respeto a sus costumbres, a sus tradiciones y a su identidad étnica y cultural.

Sra. Presidenta, Venezuela rechaza toda forma de discriminación que menoscabe o anule el goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades fundamentales de todo ser humano. Compartimos el criterio de que cualquier doctrina de superioridad basada en la diferenciación racial es científicamente falsa, moralmente condenable, socialmente injusta y políticamente peligrosa.

Sra. Presidenta, en Venezuela creemos que la lucha contra el racismo y la xenofobia comienza con el respeto a los derechos humanos de todos los grupos objetos de algún tipo de discriminación, es decir, los pueblos indígenas, los inmigrantes y las minorías étnicas, religiosas, culturales y lingüísticas.

Sin embargo creemos, sinceramente, que debemos ir más allá.

Creemos que es necesario tipificar las actitudes xenófobas y excluyentes para que sean adecuadamente sancionadas dentro del marco legal que caracterice a las naciones modernas.

Debemos fomentar oportunidades para que cualquier grupo humano víctima de la discriminación, deje de estar marginado o excluido de la sociedad.

Estamos convencidos de que sin el fomento de una cultura de tolerancia y de respeto, inclusive considerada ésta dentro de los sistemas educativos formales e incluyendo los poderosísimos medios de comunicación y la globalizante Internet, y todas estas nuevas tecnologías de la información como herramientas que pueden y deben ser utilizadas para promover la tolerancia, será aún más difícil, para cualquier sociedad de hoy, el adecuado manejo de la diversidad.

Sra. Presidenta, acudimos a esta Conferencia porque Venezuela quiere hacer oír su voz ratificando su tradicional e histórica posición y compromiso de luchar contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y cualquier otra forma de intolerancia que se pueda dar en el mundo. También porque deseamos el éxito de la Conferencia, en cuyos trabajos preparatorios hemos contribuido para promover entendimientos y facilitar la búsqueda de posiciones convergentes.

Vemos con preocupación el riesgo de no alcanzar los objetivos que aquí nos congregan, porque ello tendría repercusiones negativas para los pueblos indígenas y los afro descendientes de las Américas, y para quienes hoy sufren las formas contemporáneas de racismo e intolerancia en sociedades que, inexplicablemente, se hacen llamar "avanzadas', "desarrolladas" o "del primer mundo".

Venezuela espera de esta Conferencia, al menos, una Declaración y un Plan de Acción que reflejen las aspiraciones de la comunidad internacional en su conjunto y los intereses de las minorías víctimas hoy de diferentes formas de exclusión. Propiciar el marco para que los problemas que estos días nos congregan en esta bella ciudad, tengan realmente la posibilidad de ser definitiva y totalmente superados.

Esperamos que surjan, en la Declaración y en el Plan de Acción, nuevos instrumentos y estrategias que renueven y hagan eficaces los esfuerzos de todos los pueblos del mundo, en el combate de estas anacrónicas y despreciables formas de intolerancia.

Estos logros estarán fortaleciendo la paz en el mundo.

Ya no se trata de prevenir la guerra entre ejércitos, con tanques y aviones, con fusiles y bombas; Aquí se trata de una guerra sórdida que se da en el día a día de nuestro tiempo, en el interior de muchas de nuestras sociedades, en los medios de comunicación muchas veces. Se trata, señores, de ganarle la guerra a la segregación de minorías que no tienen absolutamente ninguna culpa de su situación. Es la pobreza, es la concentración inescrupulosa de riqueza en muy pocas manos, o en muy pocas naciones, lo que ha llevado a que muchas minorías busquen desesperadamente hoy el sueño de un mundo mejor, en otro país.

Sra. Presidenta, mientras no detengamos, y se corrijan esos grandes desequilibrios que se han gestado en el mundo actual, no habrá murallas suficientes para detener a esas inmensas corrientes de pobres de todo el mundo que buscan, en otros lares, un modo de vida mas digno.

Ésta es una Conferencia de Derechos Humanos, por lo cual, todos los temas que ello implica e interesan a la comunidad internacional deben ser tratados.

Con relación al tema Palestino, Venezuela favorece una posición que facilite una solución que, sin esconder verdades y reconociendo las penas y frustraciones producto de la situación particular de los territorios árabes ocupados, permita, dentro de un proceso de negociación entre las partes directamente involucradas, la aproximación urgente a una solución justa y pacífica.

Sobre la cuestión de las reparaciones y el reconocimiento de lo sucedido en el pasado, traemos la experiencia de la restitución del patrimonio a los pueblos indígenas nuestros. Postulamos la necesidad de revisar la tragedia que para personas, familias y pueblos, significó la esclavitud, la servidumbre y el colonialismo, en el pasado lejano y en el pasado cercano. Tragedias singulares como el holocausto y otras formas violentas como la limpieza étnica y la violencia racista.

Creemos que esta Conferencia debe reconocer estos sufrimientos, aprender de ellos, hurgar en las consecuencias actuales de esas prácticas, para poder decir al mundo que nos comprometemos a expresar con firmeza que jamás tales prácticas podrán repetirse. Que, además de lamentarlo, es necesario también asumir responsabilidades que desemboquen en la reparación, al menos, de las terribles secuelas que aún persisten en nuestros días.

En lo concreto, Venezuela, está dispuesta a hacer su modesto aporte, nuestro Presidente Hugo Chávez Frías ofreció, en la última Cumbre de las Américas en Québec - Canadá, reducir de inmediato un 20% de los gastos de Defensa, para utilizarlos en la erradicación de la pobreza, siempre y cuando las naciones que acudieron a esa cita así lo hicieran.

Aún esperamos por ello.

Igualmente estamos en proceso de hacer la Declaración en la cual aceptamos la competencia del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, en los términos de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación Racial de 1.965, de la cual somos parte.

Finalmente, consideramos que la Comunidad Internacional delie promover programas que permitan a los grupos y pueblos que actualmente son víctimas o corren el riesgo de verse afectados por diversas formas modernas de intolerancia, tener acceso al desarrollo. Creemos que es la única vía para acercamos a un mundo donde, en virtud de la máxima igualdad y equidad posible, nos alejemos del fantasma de la intolerancia.

Sra. Presidenta, lo ocurrido fue sencillamente terrible. Pero hoy se trata de evitar nuevas formas de segregación o de servidumbre, porque podrían conducirnos a consecuencias tal vez mucho peores.

En Latinoamérica y El Caribe, nuestra región, hemos levantado viejas banderas y estamos impulsando activamente la solidaridad y la integración.

Estamos haciendo del viejo concepto de Democracia, un sistema donde prive la justicia social y la solidaridad humana, un sistema donde los ciudadanos participen activamente en las decisiones y en la gestión del su gobierno. Esa es nuestra lucha actual y en ella creemos fervientemente.

Muchas gracias...